Cambio forzado de sexualidad La causa
© Copyright Fernando Conde Torrens, el Martes 22-1-2.019
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………. Un artículo anterior iniciaba esta serie. Era Cambio forzado de sexualidad. Funcionamiento del cerebro.
………. Bien, retornemos al tema de hoy. Todo lo expuesto hasta este momento es para ilustrar la forma de resolver el problema. Es hora de exponer la causa del problema, por qué ciertas personas tienen cambiado el patrón sexual más habitual. Y aquí vamos a dar una posible explicación.
………. Y, como no puede ser de otro modo, seremos consecuentes con lo expuesto y reconoceremos que lo que el lector va a leer tal vez sea nuevo, inédito, inaudito – en el sentido de no oído antes – y por ello va a ser un “camino de cabras” para muchos. Y puede que se nieguen a considerarlo como senda viable. Así somos.
………. Pues bien, en base a observaciones múltiples y a conceptos captados en el exterior que entendemos son veraces, vamos a defender que ese cambio de actitud sobre el sexo no es de nacimiento, es sobrevenido. Es inducido o causado por un comportamiento muy agresivo, muy opresor, muy apremiante, causado por la persona con la que más convivimos, con la que más tratamos. Aunque, para ser más precisos, habría que decir «con la que más trata con nosotros».
………. Porque es esa persona, la opresora, la que se empeña en influir sobre nosotros. Nosotros desearíamos no tener tanto trato con ella; incluso desearíamos evitarla, con todas nuestras fuerzas. Pero nuestras fuerzas no son suficientes para eludir su presencia, para evitar su presión. Estamos en inferioridad de condiciones y hemos de soportar y sufrir su presencia y su acción.
………. Esa persona tiene problemas internos, en el fondo siente poca Autoestima hacia sí misma, y, para compensar, se comporta de forma posesiva, autoritaria, haciendo que los cercanos y dependientes de ella se porten como ella entiende que es lo mejor para ellos, como ella tiene grabado en su cerebro que los otros deben portarse, como ella quisiera ser, como no es. A eso le hemos llamado aquí «Posesión».
………. Una persona posesiva llega a repeler, si el contacto con ella es muy prolongado. Y la convivencia familiar supone períodos prolongados. De ahí que el proceso se dé en la familia, en casa. La Posesión que caracteriza a esa persona hace que sea la que mande en el hogar, la que marca el ambiente, los modos, el tipo de relación. Porque todo eso lo establece ella.
………. Esa persona tiene un nivel de Evolución escaso, tiene carencias importantes, que quedan ocultas por la autoridad de que se ha investido. Y, paradójicamente, es ella la que impone la forma de actuar “correcta” a toda la familia, hijos y pareja.
………. Esa forma de ser hemos dicho que repele. La persona se hace insoportable para quienes conviven con ella. Y, por extensión – por conversaciones con amigos/as que sufren en parecidas circunstancias – se suele llegar a la conclusión de que no sólo ese progenitor o pareja, sino todos los de su sexo, todos los progenitores del mismo sexo, o todas las parejas del mismo sexo que el opresor, son inaguantables, personas de las que huir por el resto de la vida. Se llega a la convicción de que la vida es insoportable junto a una persona de ese sexo.
………. Es decir – aunque ya debe haber quedado claro – sin necesidad de que el opresor intervenga en nada relacionado con el sexo, se forma un repudio total a la totalidad de personas que comparten el sexo del opresor. Porque a todas, por una pequeña estadística buscada con personas en iguales circunstancias (estadística que es buscada por la persona oprimida, para aliviar su sufrimiento y poder tener confidencias comprendidas), les ha llegado a resultar evidente que todas las personas del sexo de su agresor van a ser como el agresor.
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Renuevos que brotan de ramas secas
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………. Efectos. Cambio forzado de sexualidad La causa
………. Vamos a distinguir el efecto que esta situación, sufrida durante muchos años, produce en las personas del conjunto familiar. Porque sólo ellas la sufren, mientras que todos las demás personas del mundo están ajenas a los entresijos de ese hogar. Para ello, y por las distintas consecuencias, veremos separadamente varios grupos:
………. a) Hijos del sexo opuesto al del agresor.
………. b) Hijos del mismo sexo que el agresor.
………. c) Pareja del agresor.
………. Y en cada caso tendremos que diferenciar según el nivel de Evolución del “sufridor”, de la persona que soporta la imposición asfixiante.
………. a) Hijos del sexo opuesto al del agresor con un nivel de Evolución Alto, superior al del progenitor. Son los que mejor librados saldrán de la guerra que han soportado. Ellos habrán mandado a hacer puñetas al progenitor opresor desde muy al principio. Pasarán de él, no le harán ni caso, dirán a sus espaldas que “es un capullo”, y seguirán su vida sin sufrir deformaciones. La razón, su nivel de Evolución, que los vuelve “libres del Mal”.
………. En segundo lugar, hijos del sexo opuesto al del agresor con un nivel de Evolución igual o menor que el del opresor. Éstos son los que sufrirán con mucha mayor intensidad las consecuencias. Cambiarán su inclinación sexual por las razones ya dadas. Tantos años de soportar recriminaciones sobre su valía personal, sobre sus incorrectos comportamientos, por todos los comentarios peyorativos sobre su persona, han creado unas “autopistas neuronales” tremendamente afianzadas, consolidadas, aparentemente indestructibles, que les impulsará hacia el mismo sexo, ya que todos los especímenes del sexo opuesto les están prohibidos, son repulsivos.
………. Caben también en estos casos las afectaciones a nivel intermedio. No llegan a cambiar la sexualidad del hijo/a, pero lo/la incapacitan para un trato normal con las personas del otro sexo. No los arrojan en brazos de personas de su mismo sexo, pero les siembran recelos inmensos al trato normal con las del sexo contrario. Lo que hace que permanezcan solteros/as, por ser incapaces de relacionarse con las personas del sexo opuesto con la espontaneidad que dan una infancia y una juventud libres, sin opresiones sofocantes.
………. b) Hijos del mismo sexo que el agresor con un nivel de Evolución Alto, superior al del progenitor. Lo mismo que en el apartado anterior. Su nivel de Evolución no permitirá que un comportamiento tan atrasado, tan poco evolucionado, les contagie o influya. Mantendrán su propio nivel de Evolución una vez emancipados.
………. En cuarto lugar, hijos del sexo opuesto al del agresor con un nivel de Evolución igual o menor que el del opresor. Éstos no van a sufrir la deformación de inclinación sexual, pero van a adoptar, quizás, el modelo que ha supuesto el progenitor opresor. Porque no tienen suficiente nivel de Evolución como para captar que ese comportamiento es indefendible, execrable, perjudicial para él mismo.
………. Por el contrario, sólo van a percibir que el que aquí llamamos “agresor” es el que manda en casa, el que tiene lo que hay que tener. Y van a forjarse con él un modelo para su comportamiento futuro, cuando formen un hogar. Ello podrá tener como consecuencia un rechazo de su futura pareja y entraríamos en lo que puede llamarse un “perjuicio diferido”. Si no se reproduce la historia y se convierten en «deformadores» de los suyos.
………. c) Pareja del agresor con nivel de Evolución superior al de su pareja. En tal caso, una opción será la separación. Procurará lograr, en tal caso, la custodia de los hijos, porque ve perfectamente el perjuicio que el otro les causa.
………. Otra posibilidad es hacer frente al opresor y salir en defensa de los hijos, oponiéndose a cada intento de sometimiento por parte del opresor. Esto va a hacer saltar chispas en el ambiente familiar, porque el agresor posesivo va a soportar muy mal que la persona que, según él, debiera estarle sometida – porque no sabe cómo educar a una familia – se le rebele. No diremos si esta situación podrá mantenerse y seguir siendo un hogar único, porque el opresor recule, disminuya su agresión hacia alguno de sus “hijos diana” y pueda llegarse a un status admisible para todos, aun con tensiones esporádicas. (Será “hijo diana” el que más se parezca, física o emocionalmente, al agresor.) Caso de no ser así, se irá a la solución expuesta en el párrafo anterior.
………. La opción del progenitor evolucionado que se rebela es la solución menos mala, a nuestro juicio. No se debe dejar que el progenitor menos evolucionado sea el que establezca el ambiente del hogar, la educación y los malos modos que le son innatos. Una actitud para evitar estos lodos sería un conocimiento del verdadero carácter del “pretendiente” antes de dar el paso de formar pareja y, sobre todo, de tener prole.
………. Con un energúmeno no se puede convivir en paz. La guerra está servida.
………. Nos queda el último caso: Pareja del agresor con nivel de Evolución igual o menor que el de su pareja. Es la peor situación de las posibles. Porque sólo la pareja tenía la posibilidad de disminuir, acortar o anular la destructiva labor del progenitor posesivo.
………. En este caso, la pareja consiente en silencio, con su pasividad, que el otro progenitor haga su labor de destrozo con total impunidad. Como no capta el perjuicio que se está causando a sus hijos, no protesta, posiblemente para no despertar las iras del agresor. Su papel en el pequeño drama que está sacudiendo en su familia queda reducido a la nada. Luego, al igual que el agresor, se sorprenderá de las consecuencias. Y ambos tendrán que aceptar “el castigo que Dios les ha mandado”.
………. Hemos mencionado el caso de la pareja sometida que no protesta por el sometimiento y la deformación de la personalidad que el otro progenitor causa a parte de la prole. Pero hay otras dos posibilidades, peores aún que la citada: Que la acción deformadora del miembro macho se extienda a su pareja, influya sobre ella y le origine una repulsión hacia el sexo masculino o, incluso, un cambio en su sexualidad y que se oriente hacia personas del sexo femenino. Tenemos noticias de casos en que esta desviación sexual se produce tras un fracaso como pareja con alguien deformante.
………. Un caso menos extremo que el anterior sería que, al igual que puede darse en la prole, se haya creado tal repulsa hacia el agresor y su sexo, que se vea incapaz de entablar ninguna otra relacion con el otro sexo.
………. ¿Es esto frecuente en nuestra sociedad? Precisamente ése es el tema del siguiente artículo.
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………. Fernando Conde Torrens es autor de “Año 303. Inventan el Cristianismo“, recientemente editado, “Simón, opera magna“, “El Grupo de Jerusalén“, “La Salud” y una serie de artículos sobre el mundo de las ideas. En https://sofiaoriginals.com expone los resultados de sus investigaciones sobre la eterna búsqueda del ser humano, lo de “quién soy yo, qué hago aquí, de dónde vengo y adónde voy“.
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