Escuela virtual de Sabiduría de Pamplona.

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Donde no puede estar una tumba 1 de 4

Donde no puede estar una tumba 1 de 4

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………..   Este problema va a ser de fácil solución, porque la daremos desde la primera frase: En tiempos romanos, una tumba no puede estar en medio de una ciudad. Los romanos en esto eran tajantes: Los sepulcros, por motivos higiénicos, fuera de las ciudades, a la vera de los caminos que salían de ellas. Y allá se ven, aun hoy en día, en las ciudades que han sido amantes de su historia y respetuosas con ella, tumbas, mausoleos y epitafios de próceres y patricios que pasaron a mejor vida hace miles de años.

………..   Y, de paso que nos ocupamos de cierto «enterramiento» famoso, tocaremos el tema del desescombro, que, en tiempos de los romanos, e incluso medievales, no se podía realizar. Y resaltaremos los errores en que algunos incurren por no situarse en la época de la que hablan y enfocar los asuntos antiguos con mentalidad moderna, de los siglos XX o XXI.

………..   Es comprensible que el lector no se percate de que le están engañando. Para darse cuenta del engaño, tendria que saber del tema del artículo más que el propio autor. Y eso es casi siempre imposible. Pero hoy vamos a ir poquito a poco montando las piezas del puzzle. Y haremos como hicimos recientemente en los casos de Pamplona y Cádiz, siguiendo el crecimiento de la ciudad paso a paso, fase a fase. Claro que esta vez la Ciudad es nada menos que Jerusalén … Pero con la documentación que tenemos podremos hacerlo.

………..   Una mañana de verano de hace unos cuantos años paseaba por la Plaza del Castillo de Pamplona y me di cuenta, para mi sorpresa, de que había montada una «Feria del libro usado». No era la Feria anual: Era otra, local, montada por una docena de Vendedores de «libros con historia», es decir, usados. Yo nunca desperdicio una ocasión así. Además, había pocos compradores, lo que me aseguraba la plena atención del Vendedor al que abordara.

………..   Comprar en una Feria de libro usado es una aventura, con la promesa de mil sorpresas. Claro que esto es así para los bibliófilos … Y me puse a mirar. Hice una pasada rápida por todos los puestos, y clasifiqué a los más prometedores. Pronto estaba con un libro en las manos: «Les derniers jours de Jerusalen» de F. de Saulcy. París, 1.866. Trataba de la toma de Jerusalén por Tito. Pero lo que lo hacía apetecible de verdad era que incluía varios  planos topográficos de la Jerusalén de 1.866. 

………..  F. de Saulcy dirigía una misión militar francesa, enviada a Jerusalén para hacer trabajos de topografía. Y levantaron el plano de la ciudad con curvas de nivel cada 5 metros. Yo había estudiado Topografía en la carrera y sabía lo que significaba contar con ese documento: A un plano topográfico no hay relato, ni historia, que le contradiga. Aun sin verle una utilidad concreta, decidí que no podía dejar pasar por alto aquella ocasión y pagué los 145 euros que me pidió el Vendedor. Hasta me pareció barato.

………..  Añadiré que yo jamás le regateo a un Vendedor de libro antiguo. Sólo una vez lo hice, por un precio que me pareció abusivo. Fue en ebay. Le puse este mensaje al Vendedor: «Me gusta el libro, pero no me gusta el precio. Lo máximo que me parece justo pagar es X euros.» El hombre se lo pensó y cayó en que «más vale pájaro en mano …«. Y me dio su conformidad.

……….. Saulcy, que era militar, sabía de los movimientos de tierras que se hacen en un sitio. Él vivía en los últimos tiempos en que se hacían sitios a ciudades amuralladas. Se cañoneaba el muro más débil, hasta hacer en él una brecha. Y luego la infantería entraba – fusil con la balloneta calada en mano – a la carga. Y sabía Saulcy  que esos movimientos de tierras permanecen sobre el terreno por siglos. ¡Nadie va a desescombrar tierra! Y de ellos dedujo la historia del sitio, que narra con todo detalle. Aunque nosotros no entraremos en el tema del sitio.

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Donde no puede estar una tumba 1 de 4  Portada del libro  Donde no puede estar una tumba 1 de 4

Donde no puede estar una tumba 1 de 4

(Coleccion particular)

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……….. He aquí uno de los planos que contiene el libro. Y sólo al verlo me llevé una gran desilusión. Desde niño, yo había oído montones de veces a los curas del Colegio que el Juicio Final tendría lugar en el Valle de Josafat. Y yo pensaba para mis adentros: «Pues si todos los nacidos van a tener que caber en el Valle de Josafat, para esperar allí a oír su veredicto … ese Valle tiene que ser inmenso …«. No tenía ni idea de dónde estaba el tal Valle, pero sí tenía una idea muy clara sobre su extensión.

……….. Y de pronto, ya con muchos años encima, me encuentro con un plano topográfico del Valle susodicho. ¡Y veo que es una porquería de Valle, con perdón! A la altura de la vida en que compré este libro, hacia 2.012, no necesitaba ya confirmaciones de nada sobre temas de religión, pero sonreí por dentro. ¡Con la de vueltas en la cabeza que le había dado al Valle de Josafat en mis años de adolescente …! Y total, ná de ná …

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……….. Plano de la Jerusalén de 1.866 con el famoso VALLE DE JOSAFAT.

[Fuente: Libro citado. Colección particular.]

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2 comentarios en “Donde no puede estar una tumba 1 de 4”

  1. Adela dice:

    Como disfrutas al compartir estás cosas se leen muy bien porque salen del alma graciasFernando

  2. Pues la verdad es que sí, Adela, disfruto escribiendo cosas que me han pasado en la vida, siempre que puedan ser entretenidas o de utilidad para otras personas. Sobre este mismo tema ya escribí una serie cuando en National Geographic sacaron todo un artículo defendiendo que el Santo Sepulcro era un sepulcro de verdad, con huesos dentro. A lo mejor lo preproduzco al final de esta serie … Lo escribía una periodista estadounidense, novel e ingenua ella …

    Un abrazo y gracias por tu comentario.

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