Egipto Antiguo 59 y Ptolomeo XII 2
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© Copyright Fernando Conde Torrens, el Viernes 29-3-2.013
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En el artículo anterior hemos discutido un poco sobre si Ptolomeo XII era bastardo o legal. Estamos en minoría, como siempre, pero eso no impide que dejemos constancia de nuestra seria duda. Sospechamos que no lo era.
Situémonos de nuevo en el año 80. La odisea de los tres niños, capturados por Mitrídates VI Eupator, el Buen Padre – tal vez llamado así porque adoptaba y trataba bien a todo infante real de reino circundante que caía en sus garras – es de todos conocida. El más atrevido de ellos, Ptolomeo XI, se escurrió de las manos del Eupator en cuanto tuvo ocasión y acabó en Roma. Los otros dos, menos decididos, se quedaron a verlas venir y terminaron sus vacaciones en el mar en algún lugar de Asia Menor, según Cicerón, escritor, senador y alto mando militar en la Roma de tiempos de Pompeyo. De allí los reclamaron las autoridades egipcias cuando les falló el candidato romano, Ptolomeo XI. Y de Asia Menor volvieron a Egipto los dos, ya mozos, dispuestos a unirse a su destino.
Egipto, un país de agricultores. Papiro de hacia 1.350 AEC.
(Fuente: La Cultura del Antiguo Egipto. Rebecca Kingsley et alia. Quantum Books Ltd. EDIMAT LIBROS.)
Ptolomeo XII Auletes, también apodado Nozos (Bastardo) había nacido el año 112. Su hermano menor, Ptolomeo de Chipre, algunos menos; no se sabe cuántos. De forma que cuando lo embarcaron con su primo, Ptolomeo XI, y con su hermano pequeño, Ptolomeo de Chipre, tenía 9 años. Pensamos aquí que los Ptolomeos padres ponían el mismo nombre a varios de sus hijos porque no sabían, cuando los hijos eran bebés, cuál de ellos sobreviviría para sucederle. O a cuál iban a preferir y si a alguno rechazar. Llamarse Ptolomeo era un signo de distinción, más aún, de predestinación para sentarse en el trono de Egipto. Y un padre busca lo mejor para su hijo. Luego … Amón dirá.
Los egipcios hicieron lo que era ya costumbre inveterada en la país, elevar al mayor al trono de Egipto y concederle al segundón el trono de la isla de Chipre. Y así se hizo. Y, siguiendo el segundo paso en tales casos, que el mayor desposara a alguna hembra de reconocidos derechos al trono egipcio, como era el caso de Cleopatra VI Trifena, hija de Ptolomeo X y Berenice III; prima, por tanto del recién hallado Ptolomeo XII.
Previamente, los sacerdotes había aleccionado a la Trifena para que no destruyera toda su obra y accediera a que la batuta real la llevara el varón; no se repitiera una historia demasiado reciente. Nunca se sabe lo que unos jóvenes prácticamente huérfanos han aprendido en países bárbaros, como los que regía el Mitrídates aquél.
Esta Cleopatra VI Trifena (141 –57) [hija de Ptolomeo X y de Berenice III, que era sobrina de su esposo, quien a su vez era hija de Ptolomeo IX y fue esposa de su primo Ptolomeo XI, que la mató al poco de su boda] casó con Ptolomeo XII a inicios del año 79. Gobernó a su lado como corregente – es decir, corrigió Egipto – hasta fines del año 69. Luego su esposo gobernó en solitario, hasta que, once años después, fue depuesto por el pueblo de Alejandría en el 58. Cleopatra VI Trifena gobernó junto a Berenice IV, su hija mayor, desde Junio del 58, cuando Ptolomeo XII, salió para Roma. Murió una año más tarde, el 57. Algunos historiadores apuntan que posiblemente envenenada por su hija Berenice IV, a la que estorbaría.
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Imagen de Ptolomeo XII Auletes, el Flautista
(Fuente: http://es-la.facebook.com/pages/Ptolomeo-XII/213991315299680 )
Continuará.
Fernando Conde Torrens es autor de «Simón, opera magna», «El Grupo de Jerusalén», «La Salud» y una serie de artículos sobre el mundo de las ideas. En https://www.sofiaoriginals.com/ expone los resultados de sus investigaciones sobre la eterna búsqueda del ser humano.
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