Escuela virtual de Sabiduría de Pamplona.

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Historia de una epidemia 12 Seis países diferentes actuando

Historia de una epidemia 12 Seis países diferentes actuando

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……….  Sólo nos queda una última disyuntiva del sufrido ciudadano de la calle: ¿Qué hacer, qué postura adoptar? Sobre este tema sin duda todos hemos estado reflexionando desde el inicio de la epidemia. Porque es lo único que importa en plan inmediato, de cara al día a día. Podemos vivir sin saber si el virus es natural o ha sido generado ex-profeso para crea problemas a todo el mundo y beneficios a sus creadores, que podrán ofrecer  a medio mundo «la vacuna salvadora». Podemos vivir sin saber si fue eventualmente en Carolina del Norte o en Wuhan donde se estaba experimentando con él. Podemos vivir sin saber si es una gripe o un virus especial, sin saber si el 5G influye o no en su propagación y efectos, y sin saber por qué apareció en Italia y España en primer lugar de los países europeos. Pero debemos decidir sobre qué comportamiento tener cada día. 

……….  Para tener libertad de decisión no debemos estar convencidos hasta la médula de que es una u otra la teoría acertada. Estar convencidos de que todo es manipulación y de que las instrucciones que nos dan las autoridades son para nuestro daño, para perjudicarnos y dominarnos, nos impulsará a desobedecerlas. En tal caso ya habremos adoptado una decisión, actuar en contra de cuanto nos indiquen. 

……….  No es la opción que hemos seguido en esta casa. No porque rechacemos la teoria indicada hace un momento, sino porque no hemos adoptado aún ninguna teoría, por falta de pruebas. Los indicios no son pruebas. Y uno está acostumbrado a vivir en la incertidumbre respecto a temas no vitales. He observado que no pocas personas llevan muy mal esto de vivir en la incertidumbre. Ellas quieren certezas, convicciones profundas, y las quieren ya. Por eso las adoptan con gran facilidad, basándose en el primer indicio que les llega.

……….  Pues bien, la opción que defendemos – puesto que el tema con el que tratamos es mal conocido y arriesgado – es seguir las instrucciones que dan los medios oficiales. Y no porque creamos a pies juntillas todo lo que se da en los medios de comunicación, ni porque veamos que los políticos estén a la altura de las circunstancias singulares que estamos viviendo, sino por elemental prudencia, por sentido común. Natural o artificial, provocada o no, por unas causas u otras, está siendo afectado todo el mundo por un azote parecido a una plaga.

……….  Diferentes países han reaccionado de forma diferente. Y los frutos que se van a recoger en unos y otros van a ser datos que posiblemente van a aclarar cuál ha sido el mejor sistema para dismunuir los efectos negativos de la infección. Desde los primeros días en que fue evidente la situación en que vivíamos, cuando la epidemia lograba sus primeros triunfos en nuestro país, dejé escrito que me iba a fijar en los resultados – cuando todo perteneciera al pasado – que se habían dado en Italia, España, Portugal, Inglaterra, Estados Unidos y Brasil

……….  Quizas sea el momento de exponer por qué me fijé en esos países. En Italia porque había sido la primera en ser atacada por el Coronavirus de entre los países de nuestro entorno. Nos llevaba muy pocos días de ventaja. Había reaccionado como España en cuanto a ver el peligro del virus. Las primeras medidas tardaron algo en verse aplicadas en la realidad. Compararía sus cifras con las nuestras.  

……….  En el momento actual llevamos en España unos 235.000 Contagiados y unos 28.500 fallecidos por Coronavirus. Estamos en la mitad aproximada de la llamada «desescalada», o desconfinamiento. La clave está en saber si se darán o no «repuntes «a nivel nacional. Aquí apostamos a que no, que se darán a nivel local, restringido, pero que no influirán esas cifras en el nivel nacional.  Tenemos motivos para pensar así; no es un simple deseo.

……….  Portugal, en cambio, reaccionó con más velocidad, porque vieron el peligro en el país vecino. Y declararon algo parecido a nuestro «estado de alarma» con muchos menos «Contagiados» que nosotros. Reduciendo las cifras a valores relativos, «Contagiados» y «Defunciones» por millón de habitantes, la comparativa diría la influencia de una reacción rápida empleando el método de la cuarentena y posterior desconfinamiento. 

……….  Inglaterra se distingue de España en la forma de reaccionar el Gobierno. En los primeros momentos el Primer Ministro se resistió a adoptar la cuarentena como defensa contra la epidemia. Se habló de la «inmunidad de rebaño». Cuando los Hospitales empezaron a recibir «Contagiados» en cantidades apreciables, fue cuando se cambió la estrategia y se optó por las medidas de confinamiento de la población, con más o menos intensidad que aquí.

……….  Todo el mundo conoce las peculiaridades que está teniendo la epidemia en los Estados Unidos. Cuando aún no se sabe cuál va a ser el saldo conseguido, es obligado esperar para hacer comparativas y sacar conclusiones.

……….  Brasil representa el extremo opuesto a la estrategia adoptada por todos los países europeos, salvo excepciones, de las que también hablaremos en un futuro. Su presidente, quizás el último de los mandatarios en ser elegido, ha adoptado un rechazo de la cuarentena y una defensa de la no beligerancia contra el virus, al que parece despreciar. Esa postura, no compartida por miembros de su gobierno y por gobernadores locales, le está generando problemas a nivel interno a fecha de hoy, 23 de Mayo. Pero el tema no es  las dificultades de cada gobierno, sino el rastro que la epidemia va a dejar en cada país. Cuando se pueda medir, por haberse llegado a una situación estabilizada en todos ellos. Mientras, esperar y ver.

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Historia de una epidemia 12 Seis países diferentes actuando

Imagen de GLady en Pixabay

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……….  Otra cosa que hemos de ver es el efecto que tiene el virus en países con infraestructuras sanitarias débiles. No hace falta nombrarlos. Tales efectos nos dirán algo sobre si se trata de una epidemia al uso, o tiene una virulencia por encima de la habitual.

……….  Cuando tal cosa llegue para todos los países mencionados, volveremos con nuestra comparativa y conclusiones, si pueden extraerse.

……….  Pero mientras eso no se da, nos parece de sentido común aceptar que estamos en la incertidumbre respecto a bastantes cosas sobre el virus. Y podemos adoptar decisiones sólo sobre nuestro comportamiento. Pero existe una probabilidad alta de que, efectivamente, estemos en una guerra contra una plaga que ha golpeado a todo el mundo. Y la manera menos letal de afrontarla puede ser el confinamiento como primera arma de choque.

……….  Con tal medida, se quita alimento al virus – digámoslo en plan crudo. La población a la que puede infectar disminuye drásticamente. Por las calles no circula casi nadie. Las familias infectadas en esas primeras semanas proporcionarán enfermos cada vez más a los Hospitales. Pero el virus que les infectó muere tanto con su curación como con su defunción. Y el país se irá despoblando de virus.

……….  Con la cuarentena sólo han sido susceptibles de contagio el personal sanitario, los cuidadores de residencias geriátricas, los empleados de Supermercados y el personal de orden público. Todos ellos en ciudades; por tanto, con más riesgo. Y en las afueras han trabajado los agricultores, los ganaderos y los transportistas de bienes esenciales. Para todos ellos nuestro reconocimiento y apoyo.

Hemos subsistido todos los demás gracias a ellos.

……….  A no olvidar. A la hora de la verdad fueron importantes, más aún, imprescindibles.

……….  Pero no se puede estar indefinidamente con el país entero en cuarentena. Habrá que volver a la actividad productiva, para recuperar la normalidad de salarios y la generación de riqueza. A eso aquí  lo hemos llamado “echar más alimento al virus”.

……….  A esto, a reavivar el virus, contribuyen dos tipos de personas: Las que vuelven al trabajo por obligación y las personas que se ponen en riesgo de manera voluntaria, e incluso voluntariosa. Nuestro reconocimiento de nuevo a las primeras y nuestro rechazo más enérgico a las segundas.

……….  Cuando en una situación de guerra contra un enemigo, sea el que sea, alguien que está llamado a combatir al enemigo trabaja en contra de sus compañeros y opera a favor del enemigo, eso tiene un nombre, traición. No mencionaremos el pago que tal acto supone en un estado de guerra. Pero, salvando las distancias – y sin pensarlo siquiera para la situación actual – una multa es lo menos que ese comportamiento, insolidario para con todos, merece.

……….  Pero mejor que la semejanza con una guerra, me parece más apropiada la similitud con una orquesta, con una gran, inmensa orquesta, de la que formamos parte todos los habitantes del país. Y en esa orquesta hay un director de orquesta. En los casos de las democracias, elegido por sufragio universal. Elegido por la mayoría.

……….  No se defiende aquí que esa democracia sea perfecta, ideal, ni siquiera notablemente buena. No lo es. Pero la población ha elegido al director de orquesta. Y los instrumentistas, que estamos sentados en nuestras sillas, ante nuestros atriles, con la partitura delante, cada una con nuestra parte de la melodía – porque cada uno tiene su papel, su parte de responsabilidad en la sinfonía global – cada instrumentista puede hacer dos cosas: O seguir la partitura que tiene delante y tocar junto al resto de la orquesta, o bien olvidarse de la partitura y tocar con su intrumento lo que le venga en gana, otra pieza distinta. 

……….  Si fuera uno sólo el que va a su aire, el resto taparían su voz y apenas se notaría. Pero si son miles los que desafinan y tocan piezas diferentes a la que espera el director, esa orquesta sonará fatal, y quienes escuchen notarán, sorprendidos, que lo que oyen no es lo que se esperaba. El espectáculo será un desastre, un fracaso, como para levantarse y dejar el desdichado concierto.

……….  Sólo que en este «concierto» no está en juego un esparcimiento, un espectáculo de sonido grato, una mañana en un parque oyendo buena música. Está en juego mucho más. Nos jugamos, los que actuamos en el concierto, algo mucho más valioso. No todos, pero algunos se juegan la vida. Situados en el momento que estamos, con todas las incertidumbres de las que hemos hablado, pero la alternativa inmediata es seguir la partitura o tocar la melodía que a uno le venga en gana. Y cuando llevamos 90 días tocando razonablemente bien la partitura que nos dio el director de orquesta, romper la unidad ahora, que faltan unos 30 días, pasarse cada cual a la partitura que más le agrada, no parece una opción inteligente.

……….  Por mucho que nos guste la melodía alternativa, por mal que nos caiga el director de orquesta, por desacertado que nos parezca el traje que lleva, pasar de él y hacer lo que nos parezca sería fallar a todos los que han acudido a los ensayos y se han aprendido su partitura. Algo que no se merecen. Algo que corre el riesgo de perjudicar a todos, incluido el violinista díscolo.  

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