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La pretensión de la Paleografía

La pretensión de la Paleografía

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© Copyright Fernando Conde Torrens, el Martes 22-1-2.019

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………. Que la Paleografía se ocupe del estudio de las grafías antiguas, de las formas de escribir, contracciones, estilos, soportes, hábitos y demás características de la escritura de tiempos pasados no ofrece ninguna contraindicación. Otra cosa es cuando la tal se arroga la capacidad de “datar“ documentos, cuando se atreve a entrar en el terreno de la supuesta datación.

………. Por las suposiciones que deben hacerse para aceptar esa pretensión, y porque se ha comprobado que los frutos que se obtienen son los esperables: Cada Titulado que se sirve de la Paleografía con la pretensión de “proponer una datación” llega a la conclusión que se le ocurre. Conclusión que apoya con sus indicios, razonables según su propio criterio. Y se da una multitud de islotes, una multitud de “propuestas”, tantas como Titulados se meten en este proceloso mar. Porque cada uno elige los indicios que la parecen más idóneos. Y así se está condenado a que sea, porque para coincidir con otro Titulado anterior, para eso ya está él, que llegó primero.

………. Aunque sea repetir lo dicho en un artículo anterior: Se han dado falsificaciones, documentos trucados, escritos adjudicados a otros que no eran sus autores. La falsa donación de Constantino sería el ejemplo más conocido. Realizada por un Papa. Se tardaron siglos en descubrir la superchería. Las cartas de “san Ignacio de Antioquía” de la Versión Larga serían otro ejemplo. Cristianas. Falsificadas. Y la mitad aproximada de las Epístolas de Pablo, reconocidas por la jerarquía que son falsificaciones, aunque diplomáticamente se las denomine “pseudoepigráficas” (1). A éstas y otras hay que añadir, ya en pleno siglo XXI, todo el Nuevo Testamento. Y todos los escritos cristianos anteriores a Nicea. Todos falsificados. Y ninguno datado en realidad. Y eso está probado documentalmente, con argumentos “falsables” (2), expuestos en el  libro “Año 303”, editado hace casi tres años y que nadie ha entrado a rebatir, ni a discutir.

………. Y si la Historia nos confirma que se han dado falsificaciones, y se ha demostrado que los escritos cristianos anteriores a Nicea lo son de manera global, plantear que se puede saber cuándo se escribió un documento por comparación de las letras que figuran en el mismo, supone una candidez inmensa en quienes defienden el planteamiento, así como en los que aceptan el mismo, en los destinatarios. Y con más de … década y media encima no podemos ser cándidos.

………. Pretender datar por Paleografía equivale a blanquear, a anular todas las falsificaciones que han existido. Porque resulta elemental suponer – y los análisis con Carbono 14 efectuados lo confirman – que los falsarios falsificaron documentos de siglos pasados y los escribieron con el tipo de letra al uso en el momento de la falsificación. Lo cual es absurdo. Se prestaban a ser descubiertos por cualquier lector un poco culto. Y si, por poner un ejemplo, la donación de Constantino se falsificó hacia el siglo VII como si hubiera sido escrito el documento en el siglo IV, y no se descubrió su falsedad hasta el siglo XIV, es evidente que el falsificador trató de imitar la letra del siglo IV.

………. De modo que la primera suposición que hay que hacer para dar por buena cualquier “propuesta de datación” en base al tipo de letra empleado en el documento es que no hay falsificaciones, que nadie falsifica nada. Lo cual se ha demostrado que es incierto, y por ello no puede hacerse, no es de recibo.

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La pretensión de la Paleografía

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………. Otro argumento para rechazar la Paleografía como método de datar es la práctica, la experiencia que se ha tenido al aplicarla. Haremos ahora una distinción entre Ciencias Exactas y Ciencias Sociales. Las Matemáticas, la Física y la Química son, que sepamos, Ciencias Exactas. Las Leyes de la Naturaleza que ellas estudian y miden son invariables. Y las fórmulas que expresan tales Leyes son, por lo mismo, inmutables, de obligada aceptación.

………. Los Ingenieros y cuantos aplican en su trabajo diario las fórmulas de la Termodinámica, la Mecánica, la Hidráulica, la Resistencia de Materiales y demás disciplinas de las Ciencias Exactas, no discuten, ni opinan, ni proponen aplicar las fórmulas de una manera u otra. Y, por esa razón, no sé de ningún Ingeniero, que es la carrera que conozco, al que se le retire el título por aplicar mal lo aprendido. Un título es para toda la vida.

………. Y tampoco se emplean adjetivos peyorativos para calificar los trabajos de otros. Eso será posiblemente porque los trabajos de los otros no son opiniones que contradicen las nuestras. Pasemos al dominio de las Ciencias Sociales, de la Medicina, la Historia, la Filología, la Arqueología, etc. Aquí ya no se trata de Leyes de la Naturaleza. Son más bien el estudio de las cosas de los humanos. La Medicina estudia la salud del ser humano. La Historia, lo que hizo antaño el ser humano. La Filología estudia la cultura del ser humano a través de los textos escritos sobre todo. La Arqueología estudia el arte y los monumentos de la Antigüedad.

………. Aquí ya no hay Leyes de la Naturaleza que se puedan descubrir y expresar mediante fórmulas. Se trata de averiguar comportamientos humanos que reflejaron la voluntad de individuos del pasado. El estudio de estos temas es más problemático. De ahí que se propugne a veces el trabajo en equipo de especialistas en diferentes ramas de las Ciencis Sociales, equipos inter-disciplinares, para tratar de sumar ideas y puntos de vista a la hora de estudiar comportamientos complejos de poblaciones en el pasado.

………. De ahí también que de los resultados de los estudios deban ser hipótesis, explicaciones, opiniones. Y tales explicaciones han de basarse en deducciones personales, que resultan de fijarse en tales o cuales detalles, para de ellos deducir lo que a uno le parece. Por tal motivo, lo que un Médico, Historiador, Filólogo o Arqueólogo expone como resultado de sus investigaciones son sus deducciones de lo observado. No la sentencia definitiva sobre el tema estudiado. Lo que da es “su propuesta”.

………. Y si de fechar documentos hablamos, da una “propuesta de datación”, la suya. Que se sumará a las propuestas anteriores de otros colegas que estudiaron lo mismo y llegaron a conclusiones distintas. ¿La última ha de ser la acertada? ¡Dios nos libre de aceptar tal cosa! La última es la más reciente. Nada que ver con lo acertado o no. Eso dependerá de los medios de análisis que puso en marcha el investigador, del olfato en mirar o no el aspecto clave, y del acierto al interpretar sus observaciones.

………. Sólo si hay un interés por parte de alguien en determinada variable, por ejemplo el tiempo, la fecha de un documento. Sólo si tenemos un interés personal, no científico, la última la daremos por más acertada si va en favor de nuestro interés Concretando, si el interés se cifra en que el documento se feche en la época más antigua posible, la última “propuesta” será mejor aceptada si nos da la razón, si retrasa la fecha de la supuesta “datación” de nuestro documento. Pero eso es meter voluntades contrarias a una actuación científica, que debe buscar la realidad.

………. Para comprobar lo que decimos, podemos mirar en

https://www.sofiaoriginals.com/el-papiro-p46-algo-cambia-en-las-alturas/

………. Donde se ve que han picoteado en todos los siglos posibles como fechas de datación según la Paleografía. Se recomienda leer el artículo, del que el actual es casi continuación. Sin duda que cada uno de los que aplicaron la Paleografía para, según ellos, fijar la fecha de escritura del P46, encontraron indicios, a su juicio razonables, para fundar su apuesta. Uno encontró razones para defender que el papiro era del siglo I, otro del siglo II, del año 200, y otros del siglo III.

……….  (1) “Pseudo” denota falsedad, falso, engañar. (Diccionario Espasa Calpe 15).

………. (1)  “Falsable” significa comprobable, que puede revisar el propio lector (Idem).

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