© Copyright Fernando Conde Torrens, el 20-11-2.005
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Ayer llegamos a la fecha de 1.870 y dijimos que quedaban cuatro libros. Vamos con ellos. ¿A algún lector le suena San Antonio María Claret? Porque de él se trata. No es que el santo autor forme parte de mi familia, ¡Dios me libre! Este libro es un regalo de una persona muy querida. La persona sé que lo adquirió nada menos que en Argentina, en un viaje de trabajo que allá hizo. No sé cuánto vale, no me lo dijo. Está bastante entero en su aspecto. Otra cosa es el contenido interior, en el que hoy no voy a entrar.
Hoy estamos viendo libros de una biblioteca, como el que ve cuadros de una exposición, sin preocuparse de los precios. Hoy, aquí, sin preocuparnos de los contenidos, no al menos de los inquietantes. Formato, 8 por 12 cm. con 540 páginas. El título ya lo dice todo.
Camino recto y seguro para llegar al Cielo
Librería Religiosa. Barcelona, 1.864
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¡Es nada menos que la edición número 44! Y veremos de inmediato que las indulgencias se acumulan para los buenos clientes de una determinada Editorial. Sobre este tema se harán unos comentarios serios al final del artículo de hoy, que es el último sobre miniaturas. Veamos la primera página, porque nos da informaciones interesantes. Como de costumbre, amplío el tamaño para facilitar la lectura
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Primera página de la obra de San Antonio María Claret
(Fuente, la citada)
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El libro contiene algunas curiosidades, como la preocupación por saber a qué hora sale y se pone el sol en Barcelona, ciudad de la Editorial. Nótese que dice «SALE EL SOL» y «PÓNESE EL SOL».
En las páginas que siguen se dan varias Tablas que permiten saber de antemano en qué día de la semana cae cualquier fiesta fija, tal como la Inmaculada Concepción, que sirve de ejemplo. Y ello desde el año de la edición, 1.864, hasta prácticamente finales del siglo XIX.
Mas, ¡ay!, hay fiestas móviles. De ésas también da las fechas nuestro santo autor. Entre ellas, el dulcísimo Nombre de Jesús, el dulcísimo Nombre de María, el Santísimo Corazón de Jesús, los Dolores de Nuestra Señora y Nuestra Señora de los Dolores, que no hay que confundir, y, cosa que el lector sin duda habrá olvidado, la fiesta del Patrocinio de Nuestra Señora. Todas estas fiestas, y otras que omito, tienen su día de celebración, aunque tal costumbre ha caído, desgraciadamente, en desuso.
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Tabla sobre la salida y ocaso del Sol y la Luna
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En el interior se mezclan las oraciones pías con historias para meter miedo. Otro día tocará este tema, el tema del miedo, omnipresente en nuestro país en tiempos no tan lejanos, hace sólo 45 años. Y hay que considerar que 45 años son muchos para la vida de un ser humano hoy vivo, pero no son nada en comparación con los siglos y siglos que la doctrina del miedo lleva funcionando. Pero alejemos de nosotros los temas escabrosos. De modo que dejémonos de santos y vamos a un autor muy conocido y celebrado, al genial Victor Hugo.
Otra persona amiga y estupenda me hizo un regalo magnífico a mis ojos, los tres libritos que siguen. Desde aquí, te renuevo mi agradecimiento, C. Son tres tomos, dado lo extenso de la obra. Su título, «Nuestra Señora de París», en el original «Notre Dame de Paris», esto es, la Catedral de París. Autor, Víctor Hugo. Año de la edición, 1.840. Lomo con dorados y grabados. Son éstos.
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Nuestra Señora de París. Víctor Hugo. Barcelona, 1.840
Imprenta de D. Francisco Oliva.
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Podía haber dicho que los libros eran enormes, gruesos, bien encuadernados. Y como muestra, dar esta otra foto. En ella se puede apreciar las esmeradas encuadernaciones de entonces.
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Nuestra Señora de París. Víctor Hugo. Barcelona, 1.840
Es la misma foto, ampliando el tamaño de la imagen.
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Primera página, a mayor tamaño. En la página de la izquierda se ofrece una lista de las Librerías donde se venden los libros, en las principales ciudades del país y en la capital de la todavía hispana Cuba.
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Primera página del Tomo I
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Dice la primera página que el libro contiene láminas, grabados. El primero de ellos es el que se ve a continuación. Hecho, claro está, a plumilla el original.
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Lámina primera del Tomo I
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Y quedan los dos últimos ejemplares de mi colección. Son dos libros eclesiásticos, de los que tienen muy poco valor, porque abundaban. Eran los breviarios y estaban en latín. Creo que también se les llamaba el libro de los oficios, oficios divinos. Antaño, cuando los curas iban de negro y hasta los pies, uno era un crío y los veía a lo lejos, paseando, sosteniendo entre las manos un libro minúsculo y moviendo los labios sin cesar, musitando. Ahora ya no se musita … Estaban haciendo sus rezos, los que tenían obligación de hacer cada día.
Pues bien, entre los libros que me han llovido del cielo, y nunca mejor dicho, figuran dos breviarios, en latín y con tapas gruesas. Tal vez por ello, o porque nuestros ancestros eran muy cuidadosos, o más bien poco devotos, o porque fueron usados por pocos antepasados, el hecho es que el primero de ellos se ha conservado razonablemente bien para tener encima … 332 años. El libro se imprimió en Roma en 1.693. Formato 6´5 por 10´5 cm. y 462 páginas. Dotado de dos cierres metálicos en perfecto uso.
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Breviario de los Santos Oficios. Tamaño real
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Como es mi penúltimo cartucho, la ofrezco a tamaño ampliado. El escaneado, foto frontal, cercana y brutal, no permite ver el ligero rebaje que contiene el dorado de las tapas, ambas iguales. Se notan los anclajes del cierre metálico, a la derecha, embutidos bajo el forro oscuro.
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La misma foto, ampliada
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Para ver la fecha de edición hemos de acudir a la última página impresa. Como se ve, todo él en latín, el idioma de los sacerdotes en aquellas fechas. Alguno de sus dueños o usuarios copió a mano la letra del Pange lingua. ¿Cuántos lectores de este blog han cantado alguna vez el Pange lingua, eh? Seguro, tantos como han entonado el Tamtum ergo. Ambos con la misma música y para parecidas ocasiones, las interminables exposiciones del Santísimo Sacramento. Experiencia y recuerdo que fenecerá cuando lo haga la sufrida generación nacida después de la guerra civil española. A menos que alguno de mis vástagos adquiera, a edad ya madura, mis manías.
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Página postrera del añejo breviario. En números romanos, abajo y en rojo, ROMAE, 1.693
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La primera página nos informa del autor, Reverendo Padre Fray Antonino Cloche, quizás de la Orden de Predicadores. Me disculpo por el tono amarillo (fruto de ser mi escaner ya decrépito), que no se corresponde con el tono ocre real.
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Primera página del breviario.
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Lo que personaliza este breviario es que alguno de sus usuarios dejó entre sus páginas esta notable recuerdo, el de haber cumplido con Pascua Florida en la ciudad de Molina de Aragón, nada menos que en 1.828, sólo 7 años después Napoleón muriera en la isla de Santa Elena. Eso sitúa este breviario – y el que viene, recogidos ambos en la misma casa familiar – en la rama alcarreña de la familia.
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Cumplimiento de Pascua de hace 177 años. Tamaño natural
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Como se ve, los libros viajan. Uno de días pasados, editado en Barcelona, se vendió en Madrid para ser leído por vez primera en Cartagena. El adquirido en Buenos Aires, había llegado allí por barco desde Barcelona. El actual, viajó desde Roma a Molina de Aragón. Pero es que tuvo 135 años para decidirse a cambiar de domicilio. Sería interesante tener un diario con sus sucesivos usuarios, pero eso es ciencia ficción. El que viene, viajará de Venecia a Cartagena, donde lo recogí siglos después.
Y finalmente, mi miniatura más antigua, de 1.602. También, un breviario, mucho peor conservado que el anterior. Los años de diferencia con el anterior, 90, no justifican el deterioro. Fue peor tratado, o más usado, pero ha llegado a mis manos en las condiciones que se verán enseguida.
El formato real es de 7 por 11´5 cm. y 272 páginas. Sólo expongo la imagen ampliada. Ello permite ver los detalles de la tapa, que tuvo doradas las flores de la orla exterior y los cuatro ángeles soplando desde las cuatro esquinas del orbe, imagen muy antigua en el Cristianismo. Las tapas son de madera forrada. Por la madera hay huellas de banquetes de minúsculos maderófilos. Los dos cierres, que faltan, eran de tela, como se aprecia. Lo que en la tapa parece sobresalir es realmente hueco, ha sido prensado, tanto lo dorado como lo no dorado. Hago la misma observación que en la Esfinge, según cómo se pongan los ojos, se ve relieve o se ve hundido.
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Oficio de Santa María Virgen. Venecia, año 1.602
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Digamos que, al igual que en el anterior, hay oraciones Ad Matutinum, Ad Laudes, Ad Tertiam, Ad Sextam, Ad Nonam, Ad Visperas y otras muchas para Fiestas señaladas. Hay también una Tabla para prever en qué día de la semana cae cualquier Fiesta, desde 1.602 hasta 1.700. Era ésa una necesidad de nuestra casta sacerdotal. La primera página, también extrañamente amarilleada, nos confirma lugar y fecha de edición. Pío V, citado en dicha página, reinó de 1.566 a 1.572, es decir desde 30 años antes de la fecha de la edición. Fue el Papa que excomulgó a Isabel I de Inglaterra (1.570) y que vio cómo su alianza con España y Venecia derrotaba a los turcos en la batalla de Lepanto (1.572).
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Primera página del Libro de los Oficios de 1.602
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Y con esto, lector, termino mi exposición. No estoy buscando compradores, sino que me agrada compartir virtualmente unas obras humanas bien confeccionadas, que han resistido el paso del tiempo y que nos dan información sobre cómo vivieron nuestros antepasados.
Y ahora, dos palabras sobre ellos. Para empujar hacia la comprensión y la asunción de que no podemos juzgar con nuestra mentalidad de siglo XXI sus opiniones y creencias. Porque no tenemos potestad para juzgar sus posturas. Porque nadie nos lo pide. Porque eran otros tiempos y otra la educación recibida. Porque no había las defensas que hay hoy en día. Porque eran ellos y no nosotros. Y ellos eran dueños de su vida y de su conciencia.
Aquí tratamos de mantener un equilibrio entre el respeto a las opiniones ajenas, tanto mayor respeto cuanto más alejadas tales personas en el tiempo, y la crítica del hecho histórico. Respetar no significa adoptar esas ideas como propias, ni tampoco significa incapacitarse para enjuiciar la Historia. Si cualquiera entiende que en el pasado, o en el presente, hay situaciones imperfectas, tiene derecho a expresarlo. Es su derecho de expresión. Lo que tratamos de evitar es el sentirnos superiores, el mirar a los antepasados por encima del hombro. Eso jamás.
Además, no es de las ovejas la culpa, si el pastor las encamina mal. Es a los pastores a quienes objetamos desde este ínfimo foro. Me guardo en la recámara para mañana algunos pasajes de San Antonio María Claret. Y no como instrumento de crítica a la persona, sino como ejemplo palpable de la política de miedo que se ha metido al pueblo cristiano, crédulo y fiel, hace sólo 150 años.
Cariño, pues, comprensión, afecto y respeto a todos nuestros antepasados. Lo que no es obstáculo para que insistamos en que ese tipo de deformación no lo queremos, ni para nosotros, ni para nuestros descendientes. Por eso, aquí, a eso decimos «No».
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………. Fernando Conde Torrens es autor de «Simón, opera magna», «El Grupo de Jerusalén», «La Salud» y una serie de artículos sobre el mundo de las ideas. En www.sofiaoriginals.com expone los resultados de sus investigaciones sobre la eterna búsqueda del ser humano.
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Mis miniaturas 3 Mis miniaturas 3 Mis miniaturas 3 Mis miniaturas 3 Mis miniaturas 3 Mis miniaturas 3 Mis miniaturas 3 Mis miniaturas 3 Mis miniaturas 3
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