París 14 Trapicheos hereditarios Juana de Arco Carlos VII rey
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© Copyright Fernando Conde Torrens, el 23-1-2.009
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1. Entra París en la Historia de la mano de Julio César. Uno de los pueblo galos, los Aeduos, llama en su ayuda a Roma.
2. Roma, con Julio César, expulsa a los Helvecios y, a petición de los Aeduos, derrota y expulsa a los germanos de Ariovisto.
3. Cuando Galos y Romanos quedan solos, la Galia se rebela contra el invasor, amigo de los Aeduos y de unos pocos más. César sitia Alexia.
4. César toma Alexia, pacifica la Galia, celebra su triunfo en Roma y deja paso a Octavio, que será Augusto perpetuo. La Galia es ya una provincia.
5. Nada importante sacude París hasta la llegada del César Juliano, que en París es proclamado Augusto. Con los bárbaros, una nueva etapa.
6. Reinan en Francia los merovingios y luego los carolingios, mientras los vikingos hacen correrías casi cada año.
7. Comentarios sobre los periodos pasados.
8. Hugo Capeto, señor de París, se hace coronar rey en Reims. Le sucede su hijo Roberto. Reyes Capetos hasta las Cruzadas.
9. Felipe Augusto engrandece y embellece París. Luis VIII reinó poco y repartió mal el Reino. San Luis, Luis IX, embelleció París.
10. Termina la línea de los Capetos por línea directa y se inicia la colateral de los Valois. Felipe VI hace frente malamente a la invasión inglesa.
11. A Felipe V le sucede Juan II, todo un caballero medieval, y sufre nueva derrota en Poitiers, cayendo preso. El Delfín Carlos lo hace mejor.
12. La invasión de Eduardo II fracasa porque Carlos V dirige bien sus fuerzas. Mejora de París. Muerte de Carlos V e inicio de la guerra civil.
13. Juan sin Miedo mata a Luis de Orleáns: Guerra civil. Llama a Enrique V de Inglaterra. Desastre de Azincourt. Toma de Rouen. Matan a Juan.
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Hemos llegado al punto más bajo y comienza la sorprendentemente rauda remontada, gracias a una muchachilla que oía voces, luego dirán. Creyéndose enviada por Dios, Jeanne Darc – sin apóstrofe, que se inventaría luego en nuestro castellano – llega en el momento oportuno al lugar oportuno. La Historia es de todos conocida. Basándome en un libro razonable, explico lo sucedido sin el aura de milagro tan querido de los medievales: Fue una asunto de moral nacional. La francesa estaba bajo mínimos, no era para menos. Pero por suicidio de parte de la nobleza, por estupidez de unos cuantos dirigentes, por infantilismo medieval no generalizado, había excepciones, como Carlos V, el Inmóvil. Claro que el pueblo prefería creer en el apoyo divino para salir, cerrando los ojos a las causas de la caída; que a todos convenía, lo del cierre de ojos.
En la parte de hoy llegamos hasta la coronación de Carlos VII en Reims. Hasta ahí la unión Juana-Delfín llevará las cosas por un buen cauce. Luego, las circunstancias cambiantes serán otra cosa. Pero eso toca el lunes. Y hablando del verso, la terminación en «ía» es la más cómoda y fácil. He cambiado a «ente» de repente al entrar en acción Juana de Arco, porque eso fue ella, una interrupción feliz. En los enlaces, el de la batalla de Patay, claro está, da más detalles que en el escaso resumen de los versos. Por una vez, los franceses son favorecidos por la suerte. La miniatura que caracteriza la batalla en el enlace – y otras miniaturas ya mostradas – da fe de la poca confianza que se puede tener a las miniaturas, pues desconocen lo realmente sucedido. Da la sensación de que se hicieron muchos años después y por gente que no estuvo en el lugar, ni se enteró apenas de lo que pasó en el lugar, y que pintan/imaginan escenas de memoria. El segundo enlace sobre Juana de Arco es más fiel y la llama Juana Dearco, que sería la traducción acertada.
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La guerra civil se intensifica. París se rebela contra sus gobernantes.
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A Juan sin Miedo su hijo – Felipe sucedía; (Felipe de Borgoña)
La popularidad – de Armagnac descendía
y Felipe, la Francia, – y el Rey que la regía (Felipe de Borgoña, hijo de Juan sin Miedo y aliado de Inlgaterra)
rindieron casi el pleno – de su soberanía
mediante un mal tratado – que en esencia decía
que de París arriba – Francia inglesa sería,
salvo allá do Felipe – intereses tenía; (Felipe de Borgoña)
como rey francés, Carlos – VI, el loco, seguía,
la Reina por su parte – por fin reconocía
que Carlos, el Delfín, – del loco no venía, (el futuro Carlos VII)
sino de un desvarío …, – de ilegítima vía.
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Felipe, Duque de Borgoña, hijo de Juan sin Miedo
(Fuente: Histoire de France Illustrée. Tomo I, des origines a 1.610. Paris, Librairie Larousse, hacia 1.912.)
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Carlos VI, ya viejo, – a Enrique adoptaría, (Carlos VI, el Loco, Rey de Francia) (Enrique V, Rey de Inglaterra)
quien, si Carlos faltaba, – el trono heredaría.
Enrique se casaba – con la hija que tenía
Carlos, con Catalina. – Si un niño nacería,
nieto de Carlos VI – y se le aceptaría.
Se celebró la boda – y al año un bebé había
en Londres esperando – reinar en Francia un día.
Con tan malas noticias – todo en Francia caía,
decayó la cultura, – bajó la economía,
y hasta el Sena más bajo – por París discurría.
El rey con Catalina – a Londres se volvía, (Enrique V, Rey de Inglaterra, y Catalina, su reciente mujer)
deja a Tomás, su hermano. – De Francia cuidaría.
Mas Tomás, que es humano, – algo de gloria ansía,
toma a tres mil ingleses – y hace una correría
por Anjou. Cuando pasa – por una zona umbría
los franceses los copan, – una carnicería:
Ni un inglés sale salvo – y así mi teoría
se afirma y se confirma, – porque es buena, aunque es mía.
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Enrique que se entera – de la tal felonía (Enrique V, Rey de Inglaterra)
monta en cólera inglesa – e inicia travesía
hacia Francia, adivina – que la moral subía
entre las galas gentes – y eso no convenía.
Puso sitio a … bien, Meaux, – que al final tomaría,
mas en el sitio agarra – una disentería,
que en aquellos momentos – nadie curar sabía.
Vino a verle su esposa. – Catalina traía
al bebé de tres meses – que al padre sonreía,
pero sin solución – Enrique se sabía (Enrique V, Rey de Inglaterra)
y así, murió en Agosto. – Poco después moría
el rey, Carlos, el loco, – y este bebé sería (Carlos VI, el Loco, Rey de Francia) (Enrique VI, Rey de Inglaterra y Francia)
antes de lo que nadie – imaginar podía
rey de Inglaterra y Francia – que tíos ya tenía:
Y Juan, Duque de Bedford, – Francia gobernaría,
y, mientras, otro hermano – las islas regiría.
Tan pronto Carlos muere – se le coronaría (Carlos VI, el Loco, Rey de Francia)
al Delfín en Poitiers, – mas de poco servía
porque un rey que se precie – en Reims se debería
coronar, mas tal cosa – mal futuro tenía,
pues Reims está hacia el Norte – y el inglés la tenía.
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Posesiones de Carlos VII, Orleans y Reims
(Fuente: Histoire de France Illustrée. Tomo I, des origines a 1.610. Paris, Librairie Larousse, hacia 1.912.)
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Por un tema de faldas – que muy largo sería
de narrar, el hermano – que Inglaterra regía
casó con cierta dama. – Con ello interfería
en asunto de tierras – que a Felipe atañía, (Felipe de Borgoña, hijo del difunto Juan sin Miedo)
sin querer darse cuenta – la importancia que había
en tener un aliado – que en Francia sostenía
la británica causa. – Felipe apoyaría (Felipe de Borgoña)
al inglés siempre que éste – batallas ganaría.
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Juan, Duque de Bedford, Regente de Francia
(Fuente: Histoire de France Illustrée. Tomo I, des origines a 1.610. Paris, Librairie Larousse, hacia 1.912.)
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Para eso estaba Bedford, – para eso iniciaría
una marcha hacia el Sur – que doble fin tenía:
Ganar en las batallas, – porque eso hacer sabía,
y así al tibio Felipe – en la órbita tendría,
y el apoyo al Delfín – también socavaría,
quizás, desanimado, – al final se rendía.
Sitió, pues, Orleáns, – pero ésta resistía;
una tropa de auxilio – que allí se enviaría
fue también derrotada – y salió de estampía,
dejando así al sitiado – hacer lo que podía.
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Posesiones de Francia e Inglaterra y recorrido de Juana de Arco
(Fuente: Histoire de France Illustrée. Tomo I, des origines a 1.610. Paris, Larousse, 1.912.)
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Juana de Arco entra en acción
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Ésta es la situación – e inopinadamente
Juana de Arco aparece – y le dice, insistente,
al Delfín que la envía – el Dios omnipotente,
que Dios está por Francia – y que tranquilamente
ella levanta el cerco – de Orleans prontamente,
pues cuenta con la ayuda – de un arma trascendente.
Los mejores teólogos – la interrogan por veinte
días consecutivos – por saber cabalmente
si es Dios o si es el Diablo – de Juana el remitente.
Para los consejeros – el tema es diferente,
buscan más elevar – la moral de la gente
y saber si la moza – se acepta que es vidente,
santa y digna de crédito – o es un fraude evidente
y el Delfín es un crédulo, – al que muy fácilmente
se engaña. La respuesta – no se halla de repente.
Al final la postura – será coincidente
y a Juana se da apoyo – y con un contingente
de unos tres mil soldados – se van todos al frente.
Los ingleses son pocos, – su línea, intermitente,
para el cerco completo – no tienen suficiente
personal, pero piensan – que el triunfo es inminente,
por eso no se marchan – del franco continente.
La moral de derrota – francesa es contundente,
ellos siempre perdieron – y el cielo lo consiente,
una maldición vino – sobre el rey … y demente,
por eso no se atreven – con el inglés potente
y sólo necesitan – que revuelvan su mente
y suba su autoestima – dos metros solamente.
Y para eso confían – en Juana ciegamente
el Delfín, asesores – y el obispo de enfrente,
pues no tienen más bazas, – muy desgraciadamente.
Así no pierden nada – jugando astutamente
y diciéndole a Juana – que vaya buenamente
y con divina ayuda – salve en Orleáns gente.
Se realiza el “milagro”, – se lucha normalmente
y el cerco se levanta – y ello tranquilamente.
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Juana de Arco entra triunfante en Orleáns. Scherrer. Orleáns
(Fuente: Histoire de France Illustrée. Tomo I, des origines a 1.610. Paris, Librairie Larousse, hacia 1.912.)
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La batalla de Patay (1.429), triunfo francés
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Mes y medio más tarde – con moral ascendente
los francos aparecen – inesperadamente
ante una hueste inglesa – que es, cierto, insuficiente
para así, de inmediato, – al francés hacer frente
sin la preparación – del terreno adyacente.
Discuten los ingleses – si resulta prudente
lanzarse a la batalla – tan repentinamente,
sin esperar refuerzos. – Mas el francés, valiente,
lanza el toque de carga – y así, intrépidamente,
arremete furioso – y arrolla simplemente
al inglés que dudoso – ni ve, ni oye, ni siente
y ya no hace las cosas – ni bien, ni eficazmente
y del mal de los francos – es él nuevo paciente.
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Tras Patay, todo, todo – va a ser ya diferente,
todo Francia se vuelca – y un desfile imponente
hacia Reims se convierte – en Cruzada, en corriente,
y sin oposiciones, – batiente tras batiente,
se abren todas las puertas – y el Delfín, sonriente,
entra en Reims, donde pasa – a ser Rey finalmente.
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Coronación de Carlos VII en Reims. Lenepveu. Panteón
(Fuente: Histoire de France Illustrée. Tomo I, des origines a 1.610. Paris, Librairie Larousse, hacia 1.912.)
Continuará …
………. Fernando Conde Torrens es autor de «Simón, opera magna», «El Grupo de Jerusalén», «La Salud» y una serie de artículos sobre el mundo de las ideas. En https://www.sofiaoriginals.com/ expone los resultados de sus investigaciones sobre la eterna búsqueda del ser humano.
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