Paseando por el Ágora de Atenas 1 Grecia clásica 95
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© Copyright Fernando Conde Torrens, el 19-julio-2.006
……….Creo que éste es el momento para enseñar estas fotos. El médico me ha prohibido madrugar cuando me voy de vacaciones. Se lo puedo asegurar al lector. Y yo le hago caso. De modo que subimos a la Acrópolis a media mañana de un día despejado de primeros de Julio de hace ahora dos años.
……….Era el primer día y éramos novatos, no llevábamos ni cantimplora ni un mísero botellín de agua. Y pasamos un calor tórrido en lo alto de la colina rocosa. Pero la Acrópolis es la Acrópolis y dimos buena cuenta de ella. Parte de nuestro botín ya ha sido mostrado en este blog y el resto irá algún día al Álbum de fotos, que tengo la mar de abandonado en algún lugar. No es despreocupación, es carestía de tiempo, como aquel día teníamos carestía de líquido.
……….El caso es que terminamos con la Acrópolis, o ella terminó con nosotros, a las 2 de la tarde. Un puesto de agua embotellada apareció como por arte de magia y hacia él se fueron dos desesperados hispanos. Bajando por no sé qué escaleras te das de narices con el ágora romana, poblada de altas columnas. Y piensas, bien, pero yo he venido a ver el ágora griega. Y sigues adelante, indesmallable.
……….Y entonces, una superficie árida, poblada de algún que otro pino, te sale al paso. Aquello es lo que queda del ágora griega. El ágora romana era pequeñita y se veía en un santiamén, pero la griega … con el sol que hacía a las 2 y media de la tarde, sin comer … Uno echa mano del sentido del deber y se impone ver el ágora al completo. Felizmente había un edificio, un edificio fabricado exactamente para dar sombra y cobijo al sufrido caminante, la Stoa Sur, que dicen ahora. Aquellos griegos sabían lo que se hacían y plagaron el ágora de stoas. Es la única manera.
……….Una stoa es simplemente unos porches, una gran habitación a la que le falta una pared, por donde se entra y se sale. En el lugar de la pared que falta, colocan tres docenas de columnas. Véalo el lector. Y vea los triglifos y metopas, vacíos ellos.
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Stoa benéfica, llena de sombra. Ágora de Atenas
(Fuente: Colección propia.)
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……….Me hubiera pasado la tarde entera en la stoa. Se comprende que Zenón, el fundador de la Escuela estoica, diera sus altas clases a la suave sombra de la stoa aquesta. De ahí el nombre de la Escuela que fundó, la Escuela estoica.
……….En su interior había como dos niveles de resguardo, el primero, detrás justo de las columnas. No sé si por la combinación de mármol y sombra o por qué, pero se estaba fenomenal incluso en el primer nivel de cobijo, tras las columnas. El largo recinto está poblado de estatuas, mejor dicho, de trozos de estatuas. En la stoa creo recordar que no hay una sana. Las vimos todas y me retraté junto a la más grande. Ésta.
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Recinto en el interior de la Stoa……….
(Fuente: Colección propia.)
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En el interior, había un Museo. Pero estábamos sin comer y no era el momento de ver monedas, broches, candelas y collares, de modo que seguimos visitando el recinto exterior, lleno de estatuas notables. Otra que me llamó la atención daba la impresión de haber sido una lápida funeraria. Juzgue el lector.
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Fragmento de relieve en la Stoa
(Fuente: Colección propia.)
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……….Es claro que el actual edificio ha sido reconstruido, no supe en qué medida. La situación es la misma que se da en los planos para la Stoa Sur, de forma que es ella, su reconstrucción. Pero había que abandonar el suave refugio de la sombra y adentrarse en el campo abrasador del ágora, para eso estábamos allí. Bordeando la stoa había un edificio hecho con piedras antiguas, que conservaban aún las espigas con las que se las transportó a lomos de bueyes. El edificio estaba cerrado y parece que servía de almacén o algo así. En tiempos fue la Ceca, la fábrica de monedas con la lechuza ateniense. Estaba a la sombra relativa de los árboles, que son así de secos.
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La vieja Ceca (casa de acuñación de moneda), contigua a la Stoa
(Fuente: Colección propia.)
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……….Y nos adentramos en el páramo, en busca de monumentos que merecieran la plena la chicharrina que caía. Había algunas cosas dignas de quedar en la memoria, como este enorme capitel corintio, colocado sin mayores miramientos sobre una piedra. En la lápida blanca se decía que era uno de los modelos que un escultor famoso de la Antigüedad había hecho como muestra de lo que era un capitel corintio. Las ganas de comer me impidieron tomar tanta nota.
……….No es casualidad que al fondo se vea el Templo de Hefestos, que visitaríamos al día siguiente, de refresco, y del que me enamoré a distancia y a primera vista.
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Capitel corintio en el ágora de Atenas
(Fuente: Colección propia.)
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……….Hay que decir que lo que uno ve cuando va allí no es ni sombra de lo que había en sus buenos tiempos. Para situarnos un poco, veamos cómo era el ágora en tiempos. Esa especie de depósito de agua que se ve al fondo a la izquierda no era tal, sino la especie de graderío donde tenían lugar las Asambleas del pueblo ateniense, al aire libre. Compárese el edificio de la Stoa con la misma reconstruida, arriba.
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Aspecto del ágora hacia el año 400 AEC., vista desde el Este
(Fuente: La Ciudad Antigua. P.Connolly y H.Dodge. Acento Editorial, 1.998.).
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Enlace al próximo dia: Paseando por el Ágora de Atenas 2.
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……….Fernando Conde Torrens es autor de “Año 303. Inventan el Cristianismo”, “Simón, opera magna”, “El Grupo de Jerusalén”, “La Salud” y una serie de artículos sobre el mundo de las ideas. En www.sofiaoriginals.com expone los resultados de sus investigaciones sobre la eterna búsqueda del ser humano.
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