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Religiosidad helena en la Grecia clásica 40

«Religiosidad helena en la Grecia clásica 40», algo fécil de entender si uno se sitúa en aquellos tiempos. Difícil, si confiamos en nuestra supuesta superioridad moderna.

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© Copyright  Fernando Conde Torren, el 1-3-2.006

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……….En esta ocasión, y para evitar toda partidismo en un tema que me es muy precioso, el nacimiento de la religiosidad en nuestros lares europeos, voy a traducir unos pasajes de un libro del que el lector ya ha oído hablar. No es un libro reciente. La «Collection d´Histoire» de la que este libro forma parte está, o estaba, dirigida por Louis Girard, Professeur á la Sorbonne.

……….Y lo he elegido no porque sea el que mejor se adapta a ninguna idea determinada, sino porque es el que más detenidamente trata el tema de la religiosidad entre los griegos de la Antigüedad y, además, lo hace con ausencia de sesgos. No se le ve plumero alguno y eso ya es un mérito. Sospecho que los libros de hace … 40 años tenían una inocencia que más modernamente se ha perdido. Con cierta frecuencia, el autor actual pone su carne en el asador e introduce sus tendencias personales en su forma de ver la Historia y la ideología. Y eso para un historiador es … un poco mortal.

……….El libro está escrito por Maurice Meuleau, es de la Editorial Bordas y vio la luz en 1.965. Por aquel año comenzaba yo mis estudios de Ingeniería Industrial en Bilbao, con el título de Perito Industrial en el bolsillo. Tenía 20 años. ¡Qué tiempos aquellos …!

……….Las negritas son mías y señalan ciertas ideas que deseo no pasen desapercibidas al lector. Son ideas que bueno será se contrasten con nuestra realidad actual. Vamos allá, traduzco desde la página 199 a las 203 y reproduzco todo.

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……….«La religión griega: El culto y los santuarios

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……….1. La vida religiosa fue principalmente colectiva. Sus marcos naturales eran la familia y la ciudad, donde se honraba a los dioses como a protectores.

……….2. El culto tenía lugar al aire libre, junto al altar familiar o delante de los Templos. Los oficiantes encargados de él no formaron nunca un cuerpo aparte del resto de sus conciudadanos: Los magistrados civiles, elegidos o por sorteo, eran los oficiantes de la ciudad, igual que el padre lo era en la familia.

……….3. Unidos por la adoración a los mismos dioses, los Griegos se encontraron alrededor de los mismos santuarios, ya para honrar a los dioses o bien por los Juegos (en Olimpia, Delfos), bien para consultar su voluntad (oráculo de Delfos) o bien para buscar la curación (Epidauro).

……….Pero esta unidad moral y religiosa no fue jamás para los griegos el esbozo de una unión política.

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……….Marcos en los que se desarrollaba la vida religiosa

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……….El culto rendido a los espíritus (Immortels, en el original) debía asegurar la armonía entre los humanos y los dioses. Para la mayoría de los Griegos, la religión se conducía mediante ritos, pero siendo el individuo menos importante que el grupo al que pertenecía, bien la familia bien la ciudad, era el grupo el que se encargaba de cumplir los gestos rituales indispensables.

……….La familia era el marco natural de una vida religiosa muy profunda. El grupo que formaba, su unidad y su vida se expresaba mediante el hogar, donde el fuego que jamás se apagaba significaba la protección permanente del espíritu familiar. Cada día se le sacrificaba, ante él se satisfacía a los antepasados mediante oraciones y ofrendas apropiadas. Ante el hogar (altar) dirigía el padre de familia sus oraciones a los dioses, en las que pedía la protección, especialmente del Zeus de cercanías, es decir, a Zeus al que se encargaba defender los alrededores de la casa. A todos los momentos importantes de la vida familiar, nacimientos, matrimonios o funerales, correspondían celebraciones, generalmente relacionadas con el hogar (altar).

……….El recién nacido entraba en la familia cuando el padre lo había presentado al dios del hogar (altar). En brazos de su nodriza, el niño rodeaba el fuego del hogar familiar. Si el padre lo rechazaba, el niño era «expuesto» , es decir, arrojado en el montón de basura más cercano donde moría, a menos que un alma caritativa lo recogiera.

……….La ceremonia del matrimonio significaba arrancar a la joven hija del hogar paterno. Su padre pronunciaba ante el fuego del altar su aceptación: El joven esposo simulaba entonces el rapto de su esposa, a la que él conduciría a su nueva casa, en la que ella ofrecería sacrificios con él en un nuevo altar.

……….Los funerales exigían sobre todo que el muerto recibiera el reconocimiento de los vivos, que su alma pudiera irse tranquila, para la felicidad incluso de sus descendientes. El dolor se manifestaba ostentosamente a lo largo del recorrido del cortejo, con llanto de las mujeres y de plañideras que se arrancaban los cabellos, lamentos y cantos por parte de los hombres. El muerto era amortajado y en la boca se le colocaba una moneda de pequeño valor que le permitía pagar su pasaje a Caronte, el barquero de la laguna Estigia. Se esparcían abundantes libaciones sobre su tumba y los ritos ordenaban volver durante las semanas que seguían a la ceremonia.

……….Al igual que la familia, la ciudad era el marco de una vida religiosa particular, por la que todos los ciudadanos expresaban a los dioses su unidad moral. La ciudad tenía su altar y la llama ardía de manera permanente en el Pritaneo donde la mantenían los magistrados de la ciudad. Había aquí un culto a los difuntos, pero se trataba del culto a los héroes fundadores de la comunidad, por ejemplo, Teseo para los Atenienses. Se honraba a los espíritus (Immortels, en el original), pero se cuidaba de los honores particulares del santo patrón de la ciudad. Era el culto de la divinidad local, ocasión de las ceremonias más solemnes que se celebraban en los mejores Templos. Entre las más famosas de estas divinidades citemos a Atenea en Atenas, Artemisa en Éfeso, Hera en Argos.

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Templo inacabado de Segesta, en Sicilia, hacia 415 AEC.

Una guerra desafortunada impidió su terminación

Religiosidad helena en la Grecia clásica 40

(Fuente: Orígenes del hombre, tomo 74. Grecia emergente II. A.Johnston. Folio, 1.996)

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……….Las ciudades consideraban la existencia de un crimen particularmente grave, el de la falta de piedad. Quienes negaban las tradiciones religiosas de la ciudad ponían a ésta en el peligro más terrible, el riesgo de un castigo divino. Incluso Atenas, tan tolerante con los atrevimientos del espíritu, no pudo admitir la desenvoltura de Sócrates y le hizo morir.

……….En la familia, en la ciudad, el individuo no se enfrentaba nunca solo a sus dioses. Como miembro de un grupo, él participaba de las devociones del grupo, de  su familia o de su ciudad. Los cultos que proponían la salvación personal, tales como el Orfismo o los Misterios de Eleusis, suponían una revolución. Se dirigían al humano en solitario, único responsable según ellos de su destino por su buena o mala conducta. En Eleusis se aceptaba a cualquiera, incluso esclavo, siempre que no se tratara de un asesino ni de alguien que ignorara el griego.

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……….Dónde y cómo se honraba a los dioses

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……….El Griego sabía que las fuerzas divinas estaban presentes por doquier, pero no se dirigía a ellas sino en algunos lugares privilegiados. En la familia, era, claro está, junto al altar donde rezaba y hacía las ofrendas. Fuera de la casa, se reunía con ellos en un lugar sagrado, montaña, fuente o bosque donde la fuerza de la divinidad se había manifestado de una manera cualquiera (meteorito, rayo, aparición o milagro …). Muchos santuarios situados en el campo no fueron otra cosa que un lugar sagrado, sin construcciones particulares, donde los fieles aportaban sus ofrendas. Pero allá donde los grandes dioses se habían manifestado de manera ostentosa, o bien en las ciudades, los Griegos levantaban Templos. De la Antigüedad,  el Templo se ha conservado tal como quedó, un edificio que acogía la estatua del dios y sus tesoros, rodeado de columnas, pero demasiado pequeño para recibir a la multitud de fieles. Las ceremonias se desarrollaban siempre en el exterior, ante un altar de piedra, para todo lo que afectaba a la comunidad (sacrificios, oraciones y comidas comunes).

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Fachada y naos del Templo de Segesta.

Columnas sin estriar, peldaños sin desbastar

Religiosidad helena en la Grecia clásica 40

(Fuente: Orígenes del hombre, tomo 74. Grecia emergente II. A.Johnston. Folio, 1.996)

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……….La religión griega no ha requerido nunca un cuerpo de sacerdotes que formara una casta en la ciudad. En la familia, el padre era el oficiante natural del culto ante el altar o a los antepasados. En la ciudad, los cuidados del culto correspondían a los simples ciudadanos, asistidos de personas competentes únicamente para las oraciones y los gestos del culto. El nombre de sacerdote iereus, significa el que degüella (a las víctimas del sacrificio). Del oficiante se esperaba sólo la ejecución de los ritos, no que conociera una doctrina que debiera a continuación enseñar. En la mayoría de las ciudades, los cargos públicos implicaban las funciones religiosas, realizadas por magistrados en ejercicio, éstos eran pues sacerdotes el tiempo de su cargo, generalmente, anual, al cual habían accedido por elección o por sorteo.

……….Todo acto religioso suponía que quien se acercaba al altar tenía las manos limpias de toda ignominia. Por ello, el sacerdote hacía verter sobre sus manos el agua lustral con anterioridad a cada ceremonia. Entonces presentaba las ofrendas a los dioses y las acompañaba de oraciones. Las ofrendas podían ser frutos, miel, leche o vino, pero los más importantes consistían en sacrificio de animales. Convenientemente degollados y despiezados, las víctimas eran quemadas en parte en el fuego del altar. Era la parte dedicada a los dioses, que comprendía los huesos y la grasa del animal. El resto se compartía entre los asistentes, que comían la carne de los animales sacrificados, uniéndose al homenaje dirigido a los dioses. Los grandes sacrificios de animales, las hecatombes por ejemplo ( la palabra significa sacrificio de 100 animales, generalmente bueyes), tenían lugar con ocasión de las grandes fiestas comunitarias en las que todos los ciudadanos debían participar del festín sagrado. Las ceremonias familiares eran mucho más modestas, el padre se contentaba con quemar algunas porciones de comida sobre el altar doméstico y de derramar en el suelo algunas gotas de vino pronunciando las oraciones a los dioses y a los antepasados. Mediante gestos tan sencillos, los miembros de la familia manifestaban a los dioses su respeto, garantizaban a las almas de los antepasados lo que su vida en el más allá exigía y afirmaban la solidaridad del grupo familiar.»

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……….Hasta aquí la traducción del libro citado. Ya sé que la lectura de un libro resta agilidad al artículo, pero en este asunto me ha parecido más fiable. Como el texto ha sido largo, mis comentarios serán breves.

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Tesoro dórico de Atenas dedicado a Teseo y Hércules

Religiosidad helena en la Grecia clásica 40

(Fuente: Orígenes del hombre, tomo 73. Grecia emergente I. A.Johnston. Folio, 1.996)

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……….Voy a resaltar un par de ideas. La primera, lo señalado en negrita, en la Grecia antigua no había casta sacerdotal. Felices ellos. Por contra, en el Egipto imperial sí la había y formidable, tan potente que le hacía la competencia al propio Faraón. En el Cristianismo también tenemos una casta sacerdotal. De su poder histórico no hace falta hablar. Que el propio lector saque sus conclusiones. Sitúe el lector al Cristianismo como más cercano a los cultos griegos antiguos o a los cultos imperiales egipcios.

……….Las fuerzas de la Naturaleza, o divinas, estaban, a juicio de los antiguos griegos, por todas partes. ¿Quién decidía que una mujer fuera fértil o estéril? ¿Quién decidía que un parto fuera normal o se torciera y no dejara supervivientes? ¿Quién decidía quiénes morían en una batalla y quiénes regresaban? ¿Quién decidía las buena cosechas y los años de hambre? Estaba claro, los dioses. Luego había que estar a buenas con ellos. De ahí esa profunda religiosidad, les iba la vida en ello. No achaquemos solamente a la ignorancia la religiosidad de los antiguos. Decir eso con nuestros conocimientos actuales es demasiado sencillo. Debemos ponernos en su lugar y hallar una solución a su problemática, mejor que anular su problemática desde nuestra Ciencia moderna. ¿A qué nos apuntaríamos de ser helenos del siglo VI AEC.?

……….Pero ya en la Grecia antigua aparecieron los misterios órficos y de Eleusis y adelantaban, «el destino del humano es cosa suya, no del grupo«. Y aún nos falta lo mejor, lo más centrado en la diana.

……….La postura que aquí mantenemos por ahora, con la Historia griega vista hasta el momento, es ésta: No neguemos que el humano tiene un destino por los desatinos del Cristianismo.

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No enjuiciemos a los dioses por lo que nuestra religión dice de ellos.

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……….E indico «ellos» ya que se nos dice que son tres. Tres en uno, pero tres.

……….Para tomar postura sobre lo de la Divinidad, el destino y ese tipo de cosas, habrá que conocer todas las opciones. Que el Cristianismo no da en la diana, eso es ya sabido para muchos. La pregunta entonces será ¿cuál es la diana? y no, tal vez, que no hay diana. 

……….Los dioses y la religión egipcios, 

……….los dioses y cultos griegos antiguos, 

……….los misterios griegos, 

……….lo que no hemos visto aún, 

……….el Cristianismo

……….……….……….son opciones. Trataremos de analizarlas todas. Y luego que cada cual decida. Pero conociéndolo todo, ¡voto a bríos!, que dicen que decían los piratas.

……….He afirmado sin pestañear que modernamente hay autores que arriman el ascua a su sardina. Estoy obligado a poner un ejemplo. Lo haremos mañana. Pero al mismo tiempo quiero indicar que últimamente están editándose un tipo de libros sobre Historia de nuevo cuño, con gran rigor, con amplia participación de autores profesionales. Pare ser perfectamente fiables sólo les falta no caer ni rozar lo que veremos mañana. Pido a los dioses que los buenos profesionales de la Historia acierten en esa postura.

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Enlace al próximo día: De ascuas y sardinas en la Grecia clásica 41.

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……….Fernando Conde Torrens es autor de “Año 303. Inventan el Cristianismo”, «Simón, opera magna», «El Grupo de Jerusalén», «La Salud» y una serie de artículos sobre el mundo de las ideas. En www.sofiaoriginals.com expone los resultados de sus investigaciones sobre la eterna búsqueda del ser humano.

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