Escuela virtual de Sabiduría de Pamplona.

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Comunicación de Sigma 5

Comunicación de Sigma 5, como antesala de la «Tertulia con Sigma 5»

 

 

     Estimado Sr. Conde:

        Me tiene usted muy ocupado. Sigo leyendo cada capítulo de su tesis y acabo de terminar su libro sobre Simón (me faltan los apéndices). Sobre este último decirle que, efectivamente, es tan conciso que su ampliación del tema en Internet se hace indispensable.

        El capitulo tercero, terrorífico, trajo a mi memoria negros pensamientos sobre una novela cuyo nombre tenia que ver con cierto caballo de la antigüedad y me mantuvo en vilo hasta que en la página 71 confiesa que es ficción. Lo suponía, pero me hizo pasar un mal rato, porque en el mundillo éste de desvelar misterios hay de todo. Afortunadamente, no me he equivocado sobre usted.

        Otro capítulo que me ha llamado la atención es el noveno, sobre todo su segunda parte, la toma de conciencia. En él expone prácticamente lo mismo que yo en algunos párrafos de aquel e-mail que tituló «Tertulia con Sigma 3» e incluso hace gala de cierta acidez. Me alegro de esta coincidencia y como ve no implica ningún odio ni dolencia interna. Simplemente, se trata de descargar la tensión a través del humor. Quizá yo fui más rotundo, pero la intención es la misma. El hecho de que usted se exprese de forma análoga me deja aun más tranquilo, porque si alguien da sensación de no ser rencoroso, es usted.

        Finalmente decirle que no puedo estar más de acuerdo con su afirmación de que para hacer una critica a su método hay que, por lo menos, usarlo en unos cuantos textos. Efectivamente toda crítica desde la teoría, una vez que el método haya sido explicado por completo, será una forma «cómoda» de negar su validez. No quiero decir con esto que las personas que lo hagan, que supongo las habrá, estén equivocadas. Sin embargo yo creo que lo correcto es que, cuando nos dicen cómo se hace una cosa, la hagamos de ese modo. Si los resultados obtenidos no son los esperados entonces podemos afirmar que existe un error. El problema es que, como muy bien señala, esto nos llevará unas 500 horas (grosso modo).

        Y aquí esta el dilema. ¿Merece la pena perder 500 horas para saber si un texto es realmente una falsificación? Evidentemente la respuesta es tan subjetiva que cada uno tendrá la suya. Usted ya ha contestado y me da la impresión que no sólo con 500 horas. Espero que otros acepten el reto, las inviertan, y compartan sus conclusiones, positivas o negativas. Mi respuesta está condicionada por el factor tiempo. 500 horas son muchas horas para mi.

        Si fuese creyente, si mi vida se basase en la verdad de los Evangelios y los demás textos sagrados, tendría una razón para hacer ese esfuerzo. Pero si se leen estos textos con un poco de atención y después se levanta la vista y se mira a la Iglesia actual, a su historia, a sus líderes, a su modo de proceder, una conclusión aparece clara. Sin necesidad de aplicar sus algoritmos, y hablo desde una perspectiva personal, que sólo me incumbe a mi, los textos aparecen como un cajón de sastre. Hay de todo. Si pensamos en Jesús como en un buen hombre (supongo que un punto de partida mínimo para cualquier cristiano) que intentó legarnos un mensaje positivo, sus biógrafos le hicieron un flaco favor, sus apologistas enturbiaron su doctrina, la Iglesia en sus concilios le tergiverso y su intento acabó convertido en lo que hoy vemos, un mundo parecido a aquél que le tocó vivir, con dominantes y dominados, con dolorosas desigualdades, sin los valores que supuestamente él predicó.

        Partiendo de aquí, las 500 horas me parecen un caro precio, desde mi falta de tiempo para enfrentar mis intereses, para saber si Jesús es falso, porque fue inventado en el siglo IV, o si Jesús es falso porque es inventado cada día desde su muerte, en función de los intereses de quienes dicen representarlo. Por supuesto, seguiré leyendo su página y espero que otros tengan el tiempo que a mí me falta o que les inquiete tanto el tema como para decidirse a enfrentarse a él con las armas que usted propone.

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Comunicación de Sigma 5

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        Yo, por mi parte, prefiero dedicarme a traspasar las puertas que me ha abierto, en lugar de a comprobar como está la que han cerrado. Cerrada está, que más da cómo. Tengo todo un camino por delante y espero que me ayuden a recorrerlo. Usted lo está haciendo, otros lo hicieron, lo hacen y lo harán. Espero llegar a buen puerto. Confío en ellos. Confío en usted. Dese cuenta de que asume cierta responsabilidad con muchas personas que le leen. Esperemos a ver los frutos.   

        Un sincero saludo,

        Sigma.

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