Escuela virtual de Sabiduría de Pamplona.

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Los Santos Padres

Los Santos Padres

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© Copyright Fernando Conde Torrens

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……….En el siglo IV, la cultura estaba mucho menos extendida que ahora, de modo que los que tenían estudios, los que eran capaces de componer obras escritas, podían ganarse la vida con su saber. Claro que, posiblemente, no les hacía ninguna falta ganarse la vida, porque ya eran de familia acaudalada. De no ser así, no hubieran tenido esa formación, ni hubieran ido a aprender a lejanas tierras.

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……….Conoceremos hoy algunas características de las primeras jerarquías, de los primeros teólogos que se subieron al tren imperial. Su destino fue doble, o ir al destierro, si el Emperador tornaba su afecto al bando opuesto, el Conocimiento, o la celebridad y a gozar del favor imperial, si algún colega se había ganado su voluntad. Creo que los cinco destierros del futuro San Atanasio son un ejemplo y todo un récord.

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……….. Los Santos Padres

……….Hace algunas semanas una persona que me entrevistaba preguntaba extrañada cómo pudo ser que una falsificación empezara a funcionar en los primeros tiempos, puesto que los contemporáneos sabían que lo que decían los libros no había sido así. Una respuesta completa hubiera necesitado un tiempo que en la entrevista no había y me limité a responder de forma muy resumida. En los anteriores artículos está una respuesta más completa, pero tampoco un estudio profundo de lo sucedido durante los cien primeros años de existencia del cristianismo.

……….Hoy vamos a responder en parte a esa pregunta fijando nuestra atención en los mensajeros del engaño, en los Santos Padres. La reconstrucción de la historia que estamos haciendo tiene un cimiento fuerte, el hallazgo de las firmas en todos los textos cristianos anteriores a Nicea. Estas firmas demuestran de manera irrefutable que

……….1. toda esa literatura es obra de los mismos autores,

……….2. éstos trabajan a la vez y

……….3. uno de ellos es Eusebio de Cesarea.

……….Las mismas cadenas de firmas en docenas y docenas de obras prueban la primera afirmación. Que las cuñas azules, aportación del segundo autor, lleven asimismo firmas de Simón, el autor del texto en rojo, prueba la segunda. Las cadenas de firmas halladas en la Historia Eclesiástica prueban la tercera. Todas estas pruebas son documentales y se cuentan por miles. Forman parte de los propios textos, de modo que jamás podrán ser hechas desaparecer. Nuestra casta sacerdotal está pillada.

……….A partir de estas bases, todo lo demás que se ha construido se basa en el sentido común, en la lógica. No puedo probar de manera irrefutable que el autor azul es Osio (1). Debo recurrir a la historia deformada que nos han servido y a ciertos indicios de tipo filológico que existen en los escritos. No parece haber grandes posibilidades de error, pero no está probado del mismo modo que las tres primeras afirmaciones.

……….Así pues, conscientes de que el resto de la reconstrucción se basa en indicios y ellos han matizado parte de lo sucedido en la época que analizamos, veamos ahora cómo operó el engaño, qué protagonistas tuvo, quiénes continuaron la labor de Constantino y Osio y contribuyeron a que el montaje constantiniano fraguara y se consolidara. Si bien hubo Santos Padres que todo lo que nos ha llegado apunta a que actuaron de buena fe, una parte no despreciable de los denominados Santos Padres fueron intelectuales sin escrúpulos que vieron una oportunidad de medrar y conscientemente pusieron su conocimientos al servicio de la farsa imperial. Fueron premiados en vida con un obispado u otro y, una vez muertos, con la corona de la santidad. Se movían por ese razonamiento, que es más descriptivo cuando se explica verbalmente: «Jesucristo es Dios y aquí, yo, suministro». Viven, y vivieron bien, a base de propagar el engaño. Algunos corrieron riesgos, como todo el que se dedica a la política de altos vuelos, y no menores que quienes defendieron el Conocimiento por convicción interior. La carrera eclesiástica ha sido, desde siempre, una buena oportunidad en la vida. Esto ha sido válido hasta tiempos recientes. Aún recuerdo las largas filas de seminaristas, todos de negro, que se recogían al atardecer en los gruesos muros del antiguo seminario de mi ciudad. Yo también era niño entonces, hace de esto 50 años. El corte a esta situación se ha dado, en nuestro país, hace apenas 30 ó 40 años. La generación que comienza a tener dos más bajo ella es testigo de este cambio.

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Los Santos Padres

    Todo es mágico …

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……….Vamos a pasar revista a los personajes que pasan por ser Santos Padres. Es correcta la acepción de padres. Lo fueron. De una estafa, pero lo fueron. Lo de santos ya es más dudoso. Pero tampoco discutiremos ese calificativo. Tanto da. No obstante, y sobre este asunto, voy a ofrecer al lector dos indicios de que la reconstrucción que planteamos se corresponde con la realidad. El primero se refiere a la ausencia de Santos Padres en Occidente durante los 100 años que van del 225 al 325 y la segunda a la catadura moral de muchos «Santos Padres» y otros obispos involucrados en el montaje.

……….En este enlace al inicio se lee que en el período de 100 años anteriores a Nicea que no hubo ningún Santo Padre en Occidente. Y, como siempre, se dan varias razonadas sinrazones. La explicación es la siguiente:

……….* No hubo cristianismo en ese período, del 225 al 325.

……….* Eusebio se inventó personajes cristianos hasta el año 250 (Tertuliano, Cipriano, Hipólito). A partir de ahí, los personajes inventados debieran estar vivos el año 312 y eso no era posible, no habían existido … Leyenda para los vivos, sólo con difuntos.

……….De modo que la inexistencia de «Santos Padres» en Occidente durante 100 años es una confirmación más de los hechos reales, el cristianismo brotó en el pupitre de Eusebio. Vamos ahora con la personalidad de más de un Santo Padre. Cuando, sin saber la hazaña de Eusebio, cuando uno se creía la historia oficial y leía la historia de lo sucedido en el campo cristiano allá por el siglo IV, llamaba la atención un cierto y nada despreciable relajo que se deducía con respecto a los obispos de antaño. Eso contrastaba con el fervor que cabía esperar de los tiempos primeros.

……….Es más, razonaba yo desde mi aceptación mental, diferente del suicido mental, si durante siglos los cristianos habían estado perseguidos, si además los obispos eran elegidos por la propia comunidad, si ahora había llegado la paz y la libertad religiosa, los obispos eran elegidos y eran los mejores de la comunidad, ¿qué explicación tenía leer que se tomaban medidas para combatir los abusos de los obispos, que éstos acumulaban bienes y que su vida era relajada? ¿Ésa era la comunidad cristiana en sus principios, apenas superada la época de los mártires heroicos? No se comprendía.

……….Cuando se desveló el origen de nuestras creencias, localizado en el pupitre de Eusebio, la luz brilló diáfana. Cuando se repasa la biografía de los Santos Padres se aprecian dos tipos claramente distintos: La persona devota, con tendencia al retiro y a la soledad, y el sinvergüenza «convertido». Unos y otros van a trabajar en favor del triunfo del montaje y a escalar puestos en la jerarquía sacerdotal, a la cumbre de la cual se llegaba rápidamente. Entre los piadosos, San Gregorio Nacianzeno o San Ambrosio, obispo de Milán. Entre los crápulas «convertidos», el futuro (ver período 359-367San Jerónimo y el mismísimo San Agustín. La casta sacerdotal mantiene que una persona dedicada a la vida disoluta se puede «convertir» en un momento dado. Eso es desconocer el fondo de la naturaleza humana e ignorar que la Evolución de todo ser humano es progresiva y muy lenta. Pero, desde la supuesta «conversión» de San Pablo, hay que acostumbrarse a lo irreal cuando de nuestra religión se trata.

……….Sea cual sea la procedencia del Santo Padre, la historia suavizada que sus colegas han preparado para nosotros indica que, una vez en el podio, el fin justifica los medios. Así, San Atanasio, al que algunos críticos modernos irrespetuosos califican de «gangster eclesiástico», liquidará, mental o físicamente, al mismísimo Arrio. San Dámaso, obispo de Roma, y San Ambrosio contribuirán, con su calculada inhibición, al final sangriento de Prisciliano, contando con la colaboración del obispo (del año 389Itacio, mal bicho donde los haya. Y San Agustín se volverá contra su colega y sacerdote Pelagio y hará que lo persiga la furia imperial hasta lograr su muerte en el destierro. Por los servicios prestados, todos alcanzarán la corona de la santidad.

……….La batalla por lograr el favor imperial desde Constantino hasta Teodosio fue dura. Mantengo que ninguno de los Emperadores romanos fue cristiano. Ellos estaban ante un problema existencial grave, la lucha por mantener el Imperio frente a las amenazas exteriores, y ello no les dejaba ocasión para flirtear ni para adherirse a unas ideas que ellos sabían de dónde venían. Sólo Juliano fue partidario claro de unas ideas, afortunadamente las auténticas, y las favoreció mediante edictos. Pero duró poco. Los demás usaron el factor creencia como instrumento político, como tabla de salvación. Y resultó vana.

……….Teodosio obligó al Imperio (ver año 382) a volverse cristiano pasado el 390,(ver año 392no sin oposición. Murió el 395. Quince años después, el 410 Alarico tomó Roma y la saqueó. Realmente algunos consideran que en el 406 se produjo la caída del Imperio romano de Occidente, pues su frontera norte, el río Rin, fue sobrepasada y nunca reconquistada. Para los más optimistas, el final no llegó hasta el año 476, cuando el rey germánico de turno consideró innecesario la existencia de un Emperador títere, que de él dependía, y depuso a Rómulo Augústulo. Fin incontestable del Imperio romano de Occidente.

        Mantengo que la versión explicada a lo largo de estos últimos artículos es una visión de la Historia que se asemeja mucho más a lo realmente sucedido que la que nos cuentan muchos libros preparados e inspirados por la casta sacerdotal dominante. No ignoro que lo reflejado en estos artículos no suponen una prueba del orden que suponen las firmas halladas en todos los escritos cristianos anteriores a Nicea. Son, simplemente, indicios razonables. Pero no son equiparables a los contrarios, si se acepta el principio de que la Historia es lógica y no mágica.

……….Hay una prueba de carácter personal e intransferible, llamada sentido común, concepto difícil de definir. No ignoro que no es universal, por más que se le califique de común. Y tal vez ni siquiera sea habitual, normal ni mayoritario. Pero no obstante, permite a quien lo posee, ser consciente de su posesión y emplearlo, con resultados que son comunes a todos los que lo usan. Los tales no pueden inocularlo en el resto ni pueden demostrar su existencia, porque es algo que, al igual que las «meigas», es posible que no se crea en ello, pero haberlo, haylo.

………. . Los Santos Padres

……….  (1) En aquel entonces, año 2.004, para mí los dos autores eran Eusebio de Cesarea y Osio, ambos ligados a Constantino y a Nicea. Doce años más tarde decubriría que el lugar de Osio lo ocupó Lactancio.

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Siguiente artículo: Siglo cuarto, resumen

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……….Fernando Conde Torrens es autor de «Simón, opera magna», «El Grupo de Jerusalén», «Año 303. Inventan el Cristianismo«, «La Salud» y una serie de artículos sobre el mundo de las ideas. En  https://sofiaoriginals.com expone los resultados de sus investigaciones sobre la eterna búsqueda del ser humano.

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2 comentarios en “Los Santos Padres”

  1. Entonces, ¿es aproximádamente a partir del año 325 cuando por primera vez se empieza a hablar de herejías?, ¿la Iglesia Católica no menciona herejías anteriores a ese año?

    1. Fernando Conde Torrens dice:

      Hay que distinguir, Gustavo, lo que es Historia y lo que es la falsificación del equipo redactor. Todo escrito o noticia sobre cristianos anterior al 314 en Occidente y al 325 en Oriente es falsificación. El equipo redactor escribió falsos libros de autores supuestametne cristianos dándolos cpmo de los siglo II y III, todos falsos. En ellos se hablaba de «herejías» y «herejes», como Marción o Taciano, personajes inexistentes, inventados.

      Tras esas dos fechas viene la Historia. PERO la escribían historiadores cristianos, como el propio Lactancio, Eusebio de Cesarea, Sozomeno, Sócrates (no el filósofo) y otros. De éstos hay que fiarse muy poco cuando hablan de temas «históricos» pasados, pues prosiguieron la falsificación. Los historiadores modernos, una gran parte, siguen lo que ahora llamo «el viejo paradigma» y dan por Historia lo que sólo es falsificación, o flecos interesados de la falsificación. Y así andamos, en pleno siglo XXI …

      Es penoso, para llorar. Toda una sociedad, la que rige el mundo, engañados como niños … y creyendo en el ratón Pérez.

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