……….Hemos analizado la parte externa del problema, cómo fue que el Gólgota se escurrió de su posición original y se desplazó unos 350 metros en dirección de la Ciudad Santa de Jerusalén. En los supuestos tiempos de Cristo, primer tercio del siglo I, estaba en su lugar original, a unos 500 metros de la “segunda muralla” de la Ciudad Santa. Y hoy se nos asegura que estaba y está dentro del Templo del Santo Sepulcro, 350 metros colina abajo, siempre en dirección a la Ciudad. Esto, mantenemos, puede ser fruto de lo que en su día fuera «Una propuesta envenenada».
………. Las causas del problema.
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……….¿Por qué sucede esto? ¿Por qué los defensores del fraude cristiano tienen que hacer equilibrios inauditos y tejer una nueva falsedad sobre el supuesto Sepulcro Santo y el promontorio del Gólgota, o Calvario?
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……….Las cosas suceden por alguna causa. Nada es fortuito, tratándose de un asunto como el que analizamos. Tratemos de hacer luz en un tema, en el que llevamos 17 siglos soportando oscuridad, falsedades y manipulaciones, una tras otra. Nos engañaron – defendemos aquí – hace 17 siglos, y pretenden engañarnos de nuevo en pleno siglo XXI. Y eso ya es demasiado.
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……….Discurramos un poco, sólo un poco. Claro que para eso hay que tener la capacidad de discurrir por uno mismo. La inmensa mayoría de nuestros lectores poseen esa capacidad.
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Debemos situarnos en el contexto en que los hechos sucedieron, adaptarnos a la realidad de aquella época, y entonces se pueden entender los hechos que dieron origen al problema de dónde estaba el Gólgota y dónde se enterró a un ser que nunca existió, Jesucristo.
………. Las virtudes de Constantino.
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……….Lo primero que hay que saber es que Constantino era un gran general, un magnifico general, el mejor general de su tiempo. Aquí lo equiparamos a Alejandro Magno. Fueron los dos únicos generales – que sepamos – que no sufrieron ni una sola derrota en toda su vida. Aníbal ganó todas las batallas en que intervino menos la última, Zama. Tampoco pudo tomar Roma, aunque eso no fue una derrota, sino unas tablas. Napoleón ganó todas sus batallas, menos la campaña contra Rusia y Waterloo. Perder la última suele ser fatal. Anula todos los demás triunfos.
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……….Retornemos a Constantino, que venció por dos veces a los pictos, la primera bajo el mando nominal de su padre, Constancio Cloro, enfermo y cercano a la muerte, que se produciría meses después. Venció a los germanos, aunque fueran correrías de castigo, de dudoso valor como batallas. Venció a Majencio en la batalla del Puente Milvio, el año 312. Majencio no era un general avezado, sino un general novato, cuyo único mérito era haber sido hijo del anterior Augusto, Maximiano. Ganó mientras tomaba las decisiones su padre. Muerto su padre, sucumbió a la primera.
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……….Constantino ganó por dos veces en el campo de batalla a Licinio. Licinio – Augusto de Oriente, y cuñado de Constantino, por iniciativa de éste – sí era una general capaz. Pero Constantino tenía mejores guerreros, más experimentados en la guerra contra los germanos, y los dirigió bien. En resumen, fue el mejor general de su época. De eso no hay la menor duda. Enfrentado a Alejandro, Magno, es dudoso quién habría ganado. Pero tal hecho no se dio. Olvidémoslo.
………. Las reacciones.
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……….Ahora bien, la habilidad de Constantino para conducir ejércitos, hecho indudable y que no le regateamos, no implica que sus decisiones en todos los demás aspectos fueran acertadas. Ni que todos los ciudadanos del Imperio lo adoraran, como lo adoraban sus Legiones. Hay rastro histórico de que en el aspecto de la ideología que se empeñó en implantar, el Cristianismo, recogió un rechazo fuerte y generalizado. Había motivos.
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……….Su primera visita como Emperador a Roma fue el año 312, tras la victoria del Puente Milvio. Fue recibido en olor de multitudes, como liberador. Se le erigió un Arco de Triunfo, todavía en pie. Todo eran aclamaciones al general victorioso de Majencio. Pero el año 314 Constantino convocó el Sínodo de Arelate (Arlès) e inauguró en sus dominios – Italia, las Galias, Hispania y Britania – el culto cristiano. Ello significaba el abandono de los dioses ancestrales, los de la Tríada Capitolina, que habían llevado – en la mentalidad de entonces – a Roma a la cima del mundo, a convertirse en el Imperio más grande jamás conocido en Occidente.
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……….Los dioses verdaderos, a juicio de los entendidos, podían sentirse airados con tal abandono, y podían dejar de favorecer a Roma. Y todo por culpa de un Emperador “hereje”, a juicio de los “sabios” romanos, y empleando una palabra inventada por los cristianos posteriores.
………. Un precedente cercano.
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Lo que está documentado en la Historia es que la segunda vez que Constantino volvió a Roma, a celebrar sus “Bicenales” – los 20 años de mandato (306-326) – la acogida fue fría, e incluso hubo abucheos al pasar la comitiva triunfal por las calles de Roma. Hay una anécdota relativa a este desfile que se refiere en los libros antiguos. A Constantino le habrían acompañarían dos de sus hermanastros. Y uno de ellos, al oír el abucheo, aconsejó a Constantino que pasara a los que protestaban por la espada. El otro le aconsejó aguantar la adversidad sin inmutarse, como debe hacer un Emperador. Constantino optó por la recomendación prudente y el incidente pasó simplemente a la historia sin consecuencias.
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……….Ésta pensamos que es una “leyenda urbana” más, creada por los historiadores cristianos para favorecer a su héroe, Constantino. Por eso no le damos valor histórico como hecho real, pero sí como reflejo del malestar profundo en amplios círculos del Imperio por el abandono de las creencias ancestrales del Imperio que suponía el apoyo a la nueva doctrina, el Cristianismo, por parte de Constantino. Y eso que los ciudadanos de Roma no podían saber si el fundador del Cristianismo era un personaje real o inventado.
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……….Pero eso sí lo sabían los dirigentes de Jerusalén. Situémonos en el mismo año 326, un año después de que Constantino hubiera proclamado en Nicea – al sur de Nicomedia, en el Norte de la actual Turquía – que Jesucristo era el Hijo de Dios, y que había muerto en Jerusalén, crucificado en tiempos de Poncio Pilato, bajo el reinado de Tiberio. Las personas cultas de Jerusalén sabían la historia de su región y que tales hechos no habían sucedido. Sabían que lo que se estaba cuajando era un bulo histórico.
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……….Constantino viaja a Roma, después del Concilio de Nicea, año 326, para celebrar sus “Bicenales” y allí tiene el recibimiento que ya conocemos. Luego del desplante romano, ese mismo año llega a Jerusalén Elena, la madre de Constantino, comisionada por éste, para construir Templos en los lugares en que el Hijo de Dios había nacido y muerto. Y recaba tal información a los mandos civiles de Jerusalén, al – digámoslo con conceptos modernos – Arquitecto Municipal de Jerusalén.
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……….
………. El Arquitecto Municipal de Jerusalén.
……….¿Qué postura tomará éste? Una posibilidad es que estuviera en contra del fraude que sabía se estaba montando con la falsa historia del crucificado. Pero no podía rebelarse abiertamente, en modo alguno. Constantino no admitía una negativa. En tal caso, pudo hacer lo que hizo alguna otra persona, cercana a Constantino, que no estaba de acuerdo con la intriga planeada por éste: Disponer las cosas de forma que en el futuro se pudiera comprobar la falacia de la historia cristiana. Personalicemos, para simplificar, la acción en el que llamamos “Arquitecto Municipal”.
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……….Le bastaba echar un vistazo al plano de la Ciudad de tiempos de Tiberio, para saber cómo estaba la misma, dónde sus murallas, y dónde el Gólgota, a unos 400 metros de las mismas. Y le sobró tiempo para hacer una hipótesis absurda, que la sepultura de un crucificado se hizo a los pies de las murallas de entonces, lugar en el que en modo alguno podía aceptarse que se realizaran enterramientos. Todas las tumbas más antiguas estaban mucho más lejos de la Ciudad, alejadas del orden de 1.000 metros, salvo las situadas en lo hondo del repecho que bordea la Ciudad al Este, Sur y Oeste, lo que la hacía inexpugnable en esas direcciones, con un desnivel cercano a los 75 metros. Ver mapas del artículo primero.
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……….Y así, informaría a la ilustre Señora de que sin duda lo enterraron donde se construiría el primer Santo Sepulcro, muy cerca de la “segunda muralla”, allí donde jamás se enterraría a nadie, y menos a un ajusticiado.
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……….Si el llamado “Arquitecto Municipal” conocía la ubicación de las murallas 300 años antes, así como las costumbres higiénicas judías y romanas, Elena nada sabía de tales temas. Le bastó saber, como se le diría, que en tan lejana época aquella zona estaba extramuros. Y así lo comunicaría a su hijo. Y éste, lejos de la Ciudad Santa, que nunca pisó, dio el visto bueno a la propuesta envenenada del “Arquitecto Municipal”, sin saber que tal cosa pondría un día en grave aprieto a los defensores del fiasco cristiano, que él estaba modelando desde la distancia.
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……….Han tenido que pasar 17 siglos para que la realidad salga a la luz: El Gólgota sigue en su sitio, del que nunca se movió, y no está dentro del Templo del Santo Sepulcro, construido a partir del año 326 y ampliado un par de veces.
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……….Éstas es la cuarta entrega de una serie de artículos que han surgido a raíz de discusiones tenidas con detractores relativas al libro “Año 303. Inventan el Cristianismo”. En él se defiende, y se ofrecen pruebas falsables, documentales, comprobables, de que el Cristianismo fue un invento hecho en el siglo IV, por orden de Constantino.
………. El Gólgota no se movió.
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……….Comprendemos que esta información, vista por primera vez, ha de sorprender a cualquiera. Cuando un trema se investiga y se hallan pruebas, nadie ha de creerse nada, lo que se puede hacer es conocer las pruebas, evaluarlas con el propio criterio y forjarse uno mismo una opinión. Eso si hay interés real en el tema, si uno quiere saber, si se tiene curiosidad intelectual, o deseos de conocer la realidad histórica.
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……….Para espíritus inquisitivos, ofrecemos enlaces a los otros tres artículos anteriores y a un cuarto, donde se expone una muestra de las pruebas de que el Cristianismo es un fraude como la copa de un pino. Conviene insistir en que las pruebas totales están en el libro, de 864 páginas en forma novelada, como “reconstrucción del la Historia real”, no novela de ficción. En los artículos del cuarto enlace no se prueba la tesis del libro, se adelantan el carácter de las pruebas. La prueba completa es demasiado extensa y complicada para ser resumida en 25 páginas; requirió 800.
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https://www.sofiaoriginals.com/sobre-una-tumba-de-jerusalen/
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https://www.sofiaoriginals.com/suburbios-en-ciudades-de-la-antiguedad/
………. No obstante Una propuesta envenenada
https://www.sofiaoriginals.com/donde-estaba-el-golgota/
………. Sin embargo Una propuesta envenenada
………. Sino Una propuesta envenenada
………. Aunque Una propuesta envenenada
© Copyrigth Fernando Conde Torrens, el 29-12-2.017
. Pero Una propuesta envenenada.
……….Fernando Conde Torrens es autor de “Año 303. Inventan el Cristianismo”, recientemente editado, “Simón, opera magna”, “El Grupo de Jerusalén”, “La Salud” y una serie de artículos sobre el mundo de las ideas. En https://www.sofiaoriginals.com expone los resultados de sus investigaciones sobre la eterna búsqueda del ser humano, lo de ¿quién soy yo?, ¿qué hago aquí?, ¿de dónde vengo? y ¿adónde voy?
. Mas Una propuesta envenenada
En 19 días he conseguido leer al completo su «novela».
Vaya por delante mi gran admiración por usted y por su gran obra.
Me he quedado asombrado del trabajo tan enorme que llevaron a cabo tanto Lactancio como Eusebio de Cesárea. Es verdaderamente increíble y fascinante.., tanto como su trabajo de investigación Sr. Conde.
Es inaudito comprobar lo que se llega a hacer con una mentira. Pero más inexplicable es cómo, a través de esos 17 siglos hasta nuestros días, letrados, sabios, gobiernos, etc… no hayan hecho nada por evitar y corregir tan inmenso fraude.
En lo que respecta a la parte histórica, ha sido una satisfacción personal trasladarme a esa época y poder «vivirla.»
No me queda más que felicitarle por su descubrimiento y darle las gracias por su aclaratoria valiosa información.
He disfrutado.
Un saludo
Manuel Martín
P.S. Sólo tres preguntas: ¿Cómo ha conseguido en sus pesquisas hacerse con la codificación de la firma «Simon» si ya en tiempos de Teodosio el Grande se ordenó la destrucción de cualquier prueba que testificara la falsificación de los Evangelios?
¿Cómo se contaba el tiempo (los años) en esa y las anteriores épocas romanas?
¿Arrio no fue un personaje histórico? No está en la «Relación de personajes históricos»
Gracias por su elogioso comentario, Sr. Marín. Es un buen ritmo, esos 19 días.
Sobre lo inaudito que pueda ser ver que han pasado 17 siglos con Occidente en el engaño. Aún más asombroso le va resultar comprobar lo que va a tardar que – una vez sabido el engaño y esparcido el libro por casi todo Occidente, por el libro en papel o en E-book – siga siendo todo lo mismo. La reacción al libro, en su inmensa mayoría, es de rechazo o de indiferencia. Somos así, y eso no se puede evitar.
Sus preguntas: 1ª: Lo tiene en el libro, punto 6 del Epílogo.
2ª. Se contaban los años como «primero de Constantino», que sería nuestro año 306, pues fue proclamado en el verano. «Segundo de Constantino», todo el año 307, etc. Por eso los diez años, o Decenales, fueron el año 315 y no el 316, como haríamos nosotros con nuestro cómputo actual. Un año era el último del Emperador muerto ese año y el primero del sucesor. Por eso dejaban escrito de cada persona, por ejemplo, «vivió 54 años, seis meses y doce días» de cada persona, por humilde que fuera. Cosa que ya no se hace. Los años se empezaron a contar como hoy desde el año 565, año en que murió Justiniano, por expresa orden de éste. Era un nuevo Constantino o Teodosio, en cuanto a prestigio.
3ª. Ha encontrado un gazapo. Arrio es histórico, desde luego, pero se me pasó ponerlo en la lista. Lo corregiré en una eventual futura edición. Gracias.
Muy agradecido por sus aportaciones. Un cordial y grato abrazo
Agradezco su respuesta.
Gracias.
Correspondo igualmente con un cordial y grato abrazo.
Manuel Martín