«Egipto Antiguo 193 Batalla de Farsalia Ventajas y arenga», con el arma secreta de César, su cuarta línea.
.
© Copyright Fernando Conde Torrens, el Viernes 4-4-2.014
.
.
.
En el anterior artículo hemos visto a Julio César organizando sus tropas, inferiores en número a las de su rival, el día de la batalla de Farsalia.
Para que este efecto sorpresa fuera mayor, a César se le ocurrió que su cuarta línea no actuara como suele ser normal cuando una cohorte de legionarios se enfrenta a varias turmae (escuadrones) de caballería, que es arrojar el pilum (jabalina) al pecho del jinete. Si hacían eso, se quedarían sin un pilum, y sólo portaban dos. En la cuarta línea formaban menos de 3.000 legionarios, ya que dos cohortes debían defender el campamento, para evitar que fuera tomado por el enemigo, que disponía de fuerzas suficientes para intentarlo. Esos 2.700 infantes debían hacer frente a casi 7.000 jinetes. Y no tendrían oportunidad de lanzar su segundo pilum, dada la velocidad de aproximación de la caballería.
Tras estas consideraciones, César había llegado a la decisión de ordenar a los legionarios de su cuarta línea que usaran el pilum no como arma arrojadiza, sino como lanza, como si fueran una falange macedónica. Formando una muralla de lanzas apuntando al rostro de los jinetes, no a sus caballos, al rostro de los jinetes. La sorpresa de topar de improviso con la cuarta línea, la casi segura ausencia de su jefe, Labieno, y el peligro de quedar con el rostro desfigurado debería ser la combinación suficiente para que aquellos pocos soldados de a pie obligaran a retirarse a unos jinetes enemigos que les duplicaban en número. Y así lo hizo saber. Y entrenó a sus hombres para que manejaran el pilum con ambas manos, sin abandonar el escudo. Deberían tener más espacio entre ellos. Se eliminaron de la cuarta línea algunos legionarios de corta estatura. Para lograr llegar con el pilum por encima de las cabezas de los caballos enemigos, se necesitaban legionarios altos.
.
Ala de caballería desplazándose. Una turma = 30 jinetes. Un Ala = 16 turmae
(Fuente: El Ejército Romano. Adrian Goldsworthy. Akal Ediciones. 2.005)
.
Había todavía otro factor que operaba a favor de César y en contra de Pompeyo. Es dudoso que Pompeyo lo supiera. O tal vez sí, y por eso estaba aún más renuente a presentar batalla campal. Pompeyo estaba en territorio propio. No tanto él mismo, como sus tropas. La mayoría de éstas provenían de guarniciones de Grecia, Asia Menor y Macedonia. En caso de retirada, podían incorporarse a sus destinos, estaban en su tierra; durante la eventual retirada pasarían por territorio amigo.
No así los hombres de César. Ellos eran los invasores. En caso de derrota, la retirada sería un largo y penoso acoso por parte del ejército de Pompeyo y de todos los habitantes de los lugares por donde pasaran. Y eso servía de aliciente para poner todo el esfuerzo de que eran capaces, porque se jugaban la vida a una baza, la batalla. Era corriente que, de un ejército invasor derrotado, no sobreviviera nadie. A esto había aludido, suavemente, César en su arenga.
.
Primera fase de la batalla de Farsalia. La caballería y los arqueros de Pompeyo atacan el flanco derecho de César
(Fuente: Greek & Roman Warfare. John Drogo Montagu. Greenhill Books. 2.006)
.
«Legionarios – había dicho – os queda un último esfuerzo. Y conquistaréis la República que unos traidores a Roma os quieren arrebatar. Son los mismos que se aprovechan de los prisioneros que nosotros, con nuestro valor y nuestra sangre, les proporcionamos en los campos de batalla. Y ellos usan como esclavos en sus inmensas plantaciones. Obtienen así productos a más bajo precio que los de vuestros familiares campesinos y los arruinan y empobrecen. Los mismos que os niegan las tierras para jubilaros con honor. Ésa es la Roma podrida contra la que luchamos. A esa Roma queremos desterrar. Y a eso hemos venido a estas tierras, último reducto de la vieja y caduca Roma.»
Un clamor inmenso se elevó por encima de sus Legiones, algunas de las cuales ni le oían, pero se hacían eco del griterío de quienes le oían. Cuando se calmó el griterío, terminó.
.
Arenga de Trajano. Columna de Trajano. Visibles, dos signifer
(Fuente: Roma Antigua. Anna María Liberati & Fabio Bourbon. FOLIO Ediciones. 2.005)
.
«Lo espero todo de vosotros. Sé que pelearéis con bravura, con todo vuestro corazón, como lo habéis hecho siempre, desde que nos conocimos. Estamos lejos de casa, por eso, hoy, necesitamos vencer al enemigo. Cumpla cada cual con su deber. Los que pelean en vanguardia, los jinetes, y la cuarta línea. Todos sois imprescindibles, todos sabéis qué debéis hacer. Hacedlo, ¡¡por la nueva Roma!!«
.
«¡¡¡Por la nueva Roma!!!«, respondió un clamor de más de veinte mil gargantas.
.
Hasta aquí llegó la previsión, las instrucciones y el entrenamiento facilitados a sus hombres. César no sabía lo que éstos legionarios seleccionados iban a ser capaces de lograr.
.
Juntos, Foros de Trajano, con la estatua, de Augusto y de César
En primer plano, la basílica Emilia. Detrás, la basílica Julia. Detrás, el Foro de Nerva.
(Fuente: Roma Antigua. Anna María Liberati & Fabio Bourbon. FOLIO Ediciones. 2.005)
.
Enlace con el próximo día: Egipto antiguo 194. Batalla de Farsalia. Segunda fase.
.
Fernando Conde Torrens es autor de «Simón, opera magna», «El Grupo de Jerusalén», «La Salud» y una serie de artículos sobre el mundo de las ideas. En https://sofiaoriginals.com expone los resultados de sus investigaciones sobre la eterna búsqueda del ser humano.
.
Egipto Antiguo 193 Batalla de Farsalia Ventajas y arenga Egipto Antiguo 193 Batalla de Farsalia Ventajas y arenga Egipto Antiguo 193 Batalla de Farsalia Ventajas y arenga
Egipto Antiguo 193 Batalla de Farsalia Ventajas y arenga Egipto Antiguo 193 Batalla de Farsalia Ventajas y arenga Egipto Antiguo 193 Batalla de Farsalia Ventajas y arenga
Egipto Antiguo 193 Batalla de Farsalia Ventajas y arenga Egipto Antiguo 193 Batalla de Farsalia Ventajas y arenga Egipto Antiguo 193 Batalla de Farsalia Ventajas y arenga