Tertulias. Al publicar «El Grupo de Jerusalén» no hubo detractores. A esas alturas de la investigacion yo aceptaba la figura histórica de Jesucristo.
Fue con «Simón opera magna» cuando abundaros los detractores. A los escritos que llegaba a la redacción respondía con otro, y asi organizábamos Tertulias, que podían prolongarse si el interlocutor volvía a responder. Los detractores habían leído el libro y comentaban educadaemtne lo que no les convencía. Hay suficientes Tertulias como muestra, las que están antes de la intervención del hacker.
La acción de un hacker que metió unos 1.500 troyanos en toda la Web ha hecho que algunos ficheros se perdieran, y posiblemente alguna Tertulia se haya perdido.
A partir de ahí están las Tertulias con motivo de «Año 303. Inventan el Cristianismo». El lector verá que hay un cambio radical en las posturas de TODOS los detractores. No díré cuál, averígüelo el lector observador.
Sí creo poder decir la causa de ese comportamiento uniforme, exacto, distante, despiadado: Los detractores pertenecen a una casta y todos obedecen a un Manual, el MPP, Manual del Perfecto Propagandista.
La salida al mercado de «Simón opera magna» activó ciertas alarmas y se elaboró en esta país el Manual, con instrucciones precisas, que todos siguen. Se perdió la cercanía dentro de la discrepancia, se perdió la educación, el respeto, la humanidad; ahora se sigue un Protocolo. Sólo rebate uno, el autor del MPP. Los demás son marionetas; se han contagiado del carácter del autor del MPP.