Escuela virtual de Sabiduría de Pamplona.

fcondetorrens@hotmail.com

Tertulia con XX

Tertulia con XX, como es costumbre, viene precedida de una Comunicación recibida de XX.

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Comunicación de XX

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        Estimado Don Fernando,

…………………………………………..  me he decidido a participar en el Foro por las razones que enumero.

        1/. Porque siento «vergüenza ajena» al leer algunos de los escritos de sus detractores; por las expresiones no ya poco respetuosas sino despreciativas que rezuman, lo que pone en evidencia sus actitudes cristalizadas, enquistadas, incapaces de un vuelo intelectual libre pero riguroso.


2/. Porque uno de sus interlocutores dice que usted desvirtúa «algo tan hermoso»… Está claro que todo es cuestión de gustos. Para otros, el montaje constantiniano es una obra de teatro tenebrosa y sangrienta basada en el tema del chivo expiatorio, en el cual todos somos culpables y pecadores. Los administradores del tinglado tienen la exclusiva de conducirnos por el camino recto y ¡ay del que se desvíe!. La manipulación está servida


3/. Porque, amigo Fernando, usted es un paladín de la verdad. Y esto enfurece a muchos. Para participar en debates, lo primero es tener una cierta claridad de ideas, y muchos lo que hacen es atrincherarse defendiendo su ego, su «yo»; y de allí «no pueden» salir, están presos en él, como las moscas en el panal de rica miel. A eso no se le puede llamar contraste de ideas. Por ello, pienso que en estas lides, deberían aportarse unas credenciales mínimas, intelectuales y de «actitud», si no cualquier pelmazo podrá hacerle perder su valioso tiempo. Hay bastantes cronófagos (devoradores del tiempo de los demás) al acecho.


4/. Usted decide seguir porque su camino es correcto, porque responde a una necesidad profunda e insobornable de Verdad. Curiosamente, esta necesidad de captar y compartir Verdad, está en todos los seres humanos, pero muchos prefieren apoyarse -por pereza, limitación, miedo o conveniencia- en las muletas mentales que les ofrecen los poderes de este mundo. Es lo que hay.

        Estimado Fernando, reciba mi admiración y afecto.

                XX

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Tertulia con XX

       Como pocos …

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        Amigo XX,

        Su mensaje tiene muchas facetas interesantes, por lo que haré de él tema de Tertulia. No siempre voy a ser un masoquista y sacar a la luz opiniones un sí es no es adversas, bueno será pulsar todos los sectores de opinión.

        La primera frase que me llama la atención es ésa en la que indica que ante ciertas comunicaciones «siento vergüenza ajena» Le comprendo perfectamente. Tal vez incluso fuera más exacto decir que preferiría que ese tipo de comunicaciones no existieran. Que no hubiera personas capaces de decir esas cosas. Porque le parece que lo normal es tener un punto de vista bastante opuesto al que ellas exponen. Y Vd. siente como un malestar de que el pago a una divulgación parece que sea mayoritariamente posiciones en contra. Bueno, ya la ha remediado en lo que estaba en su parte. Y se lo agradezco.

        Cuando uno pone un blog hay dos termómetros. Uno es el total de comunicaciones. Y ahí el dueño del blog no siempre sale bien parado. No porque todo el mundo esté en su contra, sino porque hay más gente de la que está en contra que escribe que lectores que acogen el blog con agrado y que escriben diciéndolo. Quizás los discrepantes son más lanzados, o están más motivados a hacer sentir su postura. Lo de la mayoría silenciosa. Vd. ha roto su silencio y eso, qué duda cabe, me agrada.

        Luego está el otro termómetro, las estadísticas. A ésas accede sólo el dueño de la Web. Y ésas le dicen el grado de acogida que tiene su sitio. Desvelaré un dato de la estadística que he recibido precisamente hoy. Los visitantes de la Web donde está colgado el blog se bajan al mes entre 500 y 700 Megas de artículos. Cada artículo ocupa del orden de 20 a 40 Kb. Échense cuentas. Tengo para mí que no son los discrepantes los que se bajan puntualmente el artículo nuestro de cada día. Y, otro dato como ejemplo, hay unos 70 lectores que acuden al blog cada día del mes.

        Las primeras estadísticas, comunicaciones, las saben todos. Las segundas, sólo uno. Y eso da una idea más centrada del grado de interés que provoca el blog. Me importan más las estadísticas completas que recibo cada mes de cómo va la audiencia del blog y de la Web. Y de ellas no me quejo. Me fío.

        Varias veces comenta que es cuestión de gustos, que hay personas que contrastan pareceres y otros que no lo hacen. Eso es pluralidad. Tiene que haber personas de todos los pareceres, de todas las opiniones. Si tomamos 1.000 personas de un lugar cualquiera al azar, encontraremos de todas las edades y condición. Solteras, casadas, ancianos, niños, personas maduras, jóvenes. Es malo cuando en un lugar toda la gente tiene la misma edad – ésta suele ser alta – vale más la diversidad. Lo mismo sucede en la forma de ser de 1.000 personas. Eso sucede con los lectores de este blog.

        No le duela que haya personas de todas las opciones, XX. Lo que suele suceder es que cada uno de nosotros pensamos: «Vamos a ver, yo soy una persona completamente normal. Pienso con lógica y mi forma de pensar es razonable. Sopeso las cosas y me inclino donde veo que está la razón y el sentido común. No puedo entender que todo el mundo no actúe del mismo modo.»

        ¿Sabe lo que pasa, XX? Que todo el que ha escrito opinando de manera contraria a la suya también es normal, lógico, razonable, de los que sopesan y con sentido común. Y tampoco puede entender que el resto de personas no se adhiera a su manera de ver las cosas. Lo que sucede es que la mente de cada uno le juega la pasada de convencerle de que es todas esas cosas, piense lo que piense y se comporte como se comporte.

        Hay clubs virtuales, formados por personas que no se conocen, pero que tienen su forma de pensar, la suya, XX. Esas personas pertenecen a su club sin saberlo. O bien Vd. pertenece a ese club sin ser consciente de ello. Coinciden en la manera de enfocar un asunto, por ejemplo la ideología, y es estupendo cuando dos personas del mismo club se encuentran y hablan de sus opiniones. Su conversación es un derroche de placer.

        Tiene que esperar a encontrarse con alguien que pertenezca a su club para pasarlo bien. Si entra en un club extraño, verá que allá no tiene nada que hacer. Yo he entrado en clubs virtuales extraños. He captado el ambiente y me he ido bastante pronto. Allí yo no tengo nada que hacer. Por eso le sugerí a otro comunicante que deje este club, le sienta mal, le hace daño. Entrar en un club que no es el tuyo y marcharte con deportividad, eso creo que es bueno.

        La idea de las credenciales mínimas me ha hecho mucha gracia. Y crea que no me hace nadie perder el tiempo. No todo el tiempo lo dedica a sesudas investigaciones o a análisis lingüísticos en idiomas poco habituales. Charlas con personas con las que no se coincide es también un ejercicio saludable. Suele volvernos relativos y nos aumenta la tolerancia, lo que no es malo. El problema sería encontrar un concesionario de credenciales de fiar. Pero bien, la idea tiene su intríngulis.

        Es cierta su última afirmación, que todos deseamos ser felices. No estoy tan seguro de que todos queramos conocer la verdad. Hay quien está convencido de que está en ella. Y por eso no tiene que buscar nada. Y le parece pérdida de tiempo que otros se dediquen a buscarla, cuando él ya la tiene. Tiene ventaja. El que busca, piensa, es porque no tiene. Pobrecillo, yo ya tengo. Poner algo en duda es un fallo enorme. El fallo es poner la verdad que ya tenemos en duda. Y de ese fallo se deriva todo, empezando por la duda. Si no dudara no lo pasaría mal. Lo tiene merecido, por dudar. Y no es lo malo que ellos duden, lo peor es que hablan de esa duda y la propagan. Con eso sólo hacen daño. Convendría que se callaran.

        No sé dónde leí que tolerancia es ser tolerante con los intolerantes. Están dando una película de Gandhi en este momento por un canal de los 40 principales. Gandhi fue un ejemplo de tolerancia. Y no era ningún hombre de paja.

        Ha sido un placer cambiar impresiones con Vd., XX. Mi mejor saludo.

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………. Fernando Conde Torrens es autor de «Simón, opera magna», «El Grupo de Jerusalén», «La Salud» y una serie de artículos sobre el mundo de las ideas. En https://www.sofiaoriginals.com/ expone los resultados de sus investigaciones sobre la eterna búsqueda del ser humano.

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