Estilo de vida Claude Monet 3 La penuria Pintura 168
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© Copyright Fernando Conde Torrens, el 22-9-2.008
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Asistiendo a la Academia de Gleyre hasta 1.863, para satisfacer a sus padres, y yendo luego a pintar al aire libre a Fontainebleau, con sus colegas Alfred Sisley, Pierre-Auguste Renoir y Frédéric Bazille , además de Pissarro, al que había conocido antes de ser llamado a filas, la vida de Claude Monet (1.840 – 1.926) se despide en 1.864 de su etapa de formación pictórica y se inicia su andadura por el proceloso mundo de la Pintura, los Salones y el vivir de manera independiente. Mientras sus amigos pintores están más centrados en el sistema establecido y aprovechan sus estudios en la Academia con encomiable dedicación, Monet, que tiene ya sus propias ideas y cierta formación previa gracias a su tía y a Boudin, despotrica del amaneramiento de Gleyre, para quien el paisaje es sólo un tema de estudio para idealizarlo en una composición que siga las normas académicas de ser cuadro histórico o mitológico. Quizás entendamos mejor lo que va a decir en breve Monet si vemos un cuadro de Gleyre.
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Charles Gleyre, 1.843. Atardecer (Las Ilusiones perdidas). Óleo sobre lienzo, 112 x 195 cm. París, Museo del Louvre
(Fuente: Claude Monet. Birgit Zeidler. Editions Place des Victoires, 2.006.)
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Como puede apreciarse, en la cima del clasicismo. La escena no es real, sino inventada. Los personajes, de otros tiempo y lugar. Era la moda. Monet era el más rebelde del grupo. Y un buen día, hacia 1.863 dijo a sus amigos Sisley, Renoir y Bazille, según escribiría más tarde:
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«Larguémonos de aquí. Este lugar es malsano: Aquí no hay sinceridad.»
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Y se fueron a pintar a los alrededores del bosque de Fontainebleau. Digamos que la Escuela de Barbizón, pequeña villa en las cercanías de Fontainebleau, y capitaneada por Rousseau, había dado ya sus frutos, como vimos tiempo ha. El paisaje ya tenía en Francia representantes que no se limitaban a tomarlo como decoración de su composición, sino que lo constituían como verdadero protagonista de sus cuadros. Pues bien, Monet y su grupo de amigos siguieron los pasos de la Escuela de Barbizon y pintaban paisajes en plan moderno, lo que se llamaría «paisaje intimista».
Veamos unos ejemplos de cómo era al Pintura de Monet en este su abrirse al mundo. Es claro que Monet pintaba muy bien y ya desde sus inicios, siguiendo a Rousseau, se esforzaba en captar el ambiente, la atmósfera. El cuadro debía ser un testigo fiel de cómo era el campo a cierta hora del día, cierto día del año. Compárense el realismo de los tres cuadros que siguen con la atmósfera neutra e impersonal del cuadro de Gleyre recién visto. Contra eso se rebelaba Monet y ésa era la falta de sinceridad.
Lo cierto es que Honfleur, pequeña y encantadora villa situada a 165 km. de París, bien merecía ser plasmada con la paleta de Monet. Y Monet lo hizo al menos un par de veces. Es un puerto pesquero provisto de un dársena rectangular cuajada de tiendas donde se venden obras de arte de todos los estilos. No era exactamente así en tiempos de Monet, según se ve en el cuadro.
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Claude Monet, 1.864. Rue de la Bavolle, en Honfleur.
Óleo sobre lienzo, 58 x 63 cm. Manheim, Städtische Kunthalle.
(Fuente: Claude Monet. Birgit Zeidler. Editions Place des Victoires, 2.006.)
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Monet se esfuerza en ser fiel al ambiente. En su paleta predominan los tonos tierra y los verdes. Él y sus amigos pintan lo que ven. Aún no ha nacido la «deformación » Impresionista. Al contrario de como lo hará más adelante, Monet pinta despacio, con gran lujo de detalle. Esto se verá especialmente no en este cuadro, sino en el siguiente. El grupo, salvando alguna excursión en tren a lugares algo lejanos, como Honfleur, se quedaba en los alrededores de París, concretamente cerca del pueblecito de Chailly. De sus alrededores son los dos cuadros que siguen.
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Claude Monet, 1.865. La carretera de Chailly
Óleo sobre lienzo, 42 x 59 cm. París, Museo d´Orsay
(Fuente: Claude Monet. Birgit Zeidler. Editions Place des Victoires, 2.006.)
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El tema del cuadro siguiente es un roble, roble que incluso tenía nombre, el de un pintor de la escuela de Barbizon, que hicieron de este roble una de sus mascotas, de sus temas favoritos. Monet, ni corto ni perezoso, lo pintó también. Las hojas y ramas oscuras del roble contrastan con los amarillos y verdes más claros del fondo y eso da al cuadro una gran luminosidad, querida por el autor. El número de pinceladas de los cuadros de Monet en esta su primera etapa, es muy superior a la que tendrán los cuadros Impresionistas.
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Claude Monet, 1.865. El roble de Bodmer.
Óleo sobre lienzo, 96 x 129 cm. New York, The Metropolitan Museum of Art.
(Fuente: Claude Monet. Birgit Zeidler. Editions Place des Victoires, 2.006.)
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Pero no sólo de paisajes vive el hombre. Y la economía de Monet por esta época es desastrosa. Tanto que él y sus colegas tendrán que dejar apartamentos vacíos en mas de una ocasión y sin pagar al casero por flagrante carencia de fondo. Bien está ser rebelde, pero incluso los rebeldes comen. Además, Monet ha conocido a la que fue primero su modelo, luego su amante y más tarde su esposa, Camille.
En 1.865 Monet comienza los estudios previos y pinta un gran cuadro que titulará «Desayuno sobre la hierba». Su intención es retomar la Pintura más clásica y mandar el cuadro al Salón, con ánimo de labrarse un nombre y, de paso, comer. Con el título y la temática, Monet rinde homenaje al de igual título que hiciera un par de años antes, en 1.8963, Manet. Compare el lector la hierba de los dos cuadros. Es mejor, más real, la de Monet. Monet, no lo olvidemos, se proponer ser fiel y se fija en el color de las sombras, colores que no tenían importancia anteriormente.
La posibilidad de exponer y lucir ante el público y la crítica la propia obra había dado un paso de gigante precisamente hacia esta época. Los hados siguen protegiendo a Monet. Y ello porque se había abierto el Salón de los rechazados. Dos años atrás, en aquel fatídico para muchos pintores 1.863, el Jurado del Salón oficial, el único existente, había rechazado 3.000 cuadros. Las protestas de los afectados llegaron hasta el máximo representante de la nación, el Emperador Napoleón III, que, político él, vio conveniente crear un Salón para ese tipo de Pintores que no eran admitidos por las autoridades académicas oficiales. Y en ambos salones pensaba Monet.
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Mirbach, 1.885. El Cementerio de los Rechazados.
Ilustración de la revista París ilustrado, mayo de 1.885
(Fuente: Claude Monet. Birgit Zeidler. Editions Place des Victoires, 2.006.)
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Para situarnos en la época, veamos al Jurado del Salón en acción. Ante tan ilustres caballeros, los pintores jóvenes eran unos simples gusanos. Nótese que votan bastón en alto.
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Henry Gerveux, 1.885. Una sesión del Jurado de Pintura, el Salón de los artistas franceses. Óleo sobre lienzo, 299 x 419 cm. París, Museo d´Orsay
(Fuente: Claude Monet. Birgit Zeidler. Editions Place des Victoires, 2.006.)
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En 1.866 Monet presenta al Salón el cuadro Camille o el vestido verde que es aceptado y logra una buena crítica, lo cual es todo un éxito. Aunque hay que decir que este cuadro es la excepción, pues la mayoría de los que presenta son rechazados. No obstante, gracias a la buena acogida de su cuadro, Monet vende varios cuadros de su producción.
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Claude Monet, 1.866. Camille o el vestido verde.
Óleo sobre lienzo, 231 x 151 cm. Bremen, Kunsthalle Bremen.
(Fuente: Claude Monet. Birgit Zeidler. Editions Place des Victoires, 2.006.)
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Es esta época la más complicada para el joven Monet. Camille le da un hijo, Jean, al año siguiente, en 1.867. El padre de Monet no acepta la nueva relación de su hijo y le pone como condición para seguir financiándole que abandone a Camille. Fingiendo aceptar, para así poder seguir sosteniendo a la madre de su hijo, Monet se va a vivir con su tía, la pintora, a Sainte-Adresse, cerce de Le Havre. No se puede casar, pues no tiene dinero para mantener una familia.
A lo largo de 1.867 se dedica intensamente a trabajar en Le Havre y pinta una veintena de marinas, que venderá al año siguiente.
En 1.868 Monet expone en Le Havre, con ocasión de una exposición marítima internacional que allá se celebró, donde hiciera su primera exposición de la mano de Boudin. Allí gana una medalla y cierto reconocimiento, aunque local. Ello le permite vender varios cuadros, lo que mejora su situación económica. No obstante, aún no se puede casar; eso sí, reconoce a su hijo y sigue viviendo con Camille. Su padre, que se entera, suspende toda ayuda. Monet pasa auténtica necesidad. De 1.868 es una carta que dirige a Bazille, que también está pasando apuros insufribles. Le dice Monet:
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«Pídele a Renoir, que nos ha traído pan de su casa para que no reventemos de hambre.
Pero 8 días después no teníamos ni pan, ni vino, ni leña para la cocina, ni luz.»
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Pero «no hay mal que cien años dure», que decía mi abuela. Y para Monet las cosas malas están a punto de terminar. No obstante, en 1.868 le vuelven a rechazar uno de los dos cuadros que ha presentado al Salón, dos paisajes. Eso desalienta al joven pintor. Pero será la última vez que esto ocurra. Al año siguiente le rechazarán no uno, los dos cuadros enviados. Pero algo ha pasado en el intervalo que el rechazo no altera la moral de Monet. Pero hoy es ya tarde, mejor lo vemos en un par de días …
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………. Fernando Conde Torrens es autor de «Simón, opera magna», «El Grupo de Jerusalén», «La Salud» y una serie de artículos sobre el mundo de las ideas. En https://www.sofiaoriginals.com/ expone los resultados de sus investigaciones sobre la eterna búsqueda del ser humano.
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Me encantó, es la primera ves que leo a Monet, y la verdad su historia de vida, sus creaciones, la gran creatividad que tenía, los colores y técnica empleada en sus
pinturas me deja asombrada, y que decir de sus caricaturas, tan jovencito mostraba su genialidad que tenía en sus manos. Gracias por compartir la vida y obra de este pintor impresionista, Ud. tiene una forma de relatar muy interesante y especial, espero la tercera parte de la biografía de Claude monet. Muchas gracias.