Una característica comprobada de la Mente Superior – que podría ampliarse a todo lo Superior – es que, en temas de mejora, nunca toma la iniciativa, la iniciativa nunca. Responde, y bien, pero no sugiere por sí misma, no toma la iniciativa. Tal vez sea porque el interesarse debe partir de la parte individual, no de la Colectiva. [Otra cosa es cuando la vida está en riesgo. Entonces, sí que la toma. Pero esto no es lo frecuente.]
Tendría algo que ver con eso, tantas veces oído, de que venimos a mejorar, a progresar, y que es aquí abajo cuando y donde mejoramos. Y cuando nos morimos, nos “congelamos” en el grado de Plenitud al que aquí hemos llegado. En el intervalo atemporal podemos hacer examen de conciencia, sentir dolor de corazón, forjar propósitos de enmienda, pero sólo hasta ahí. Conseguir la mejoría, sólo aquí abajo. Por eso es tan valiosa la vida, porque es el único lugar, o estado, en el que podemos crecer.
Con ese planteamiento es lógico que las componentes que todo lo saben no tengan permiso para hacernos indicaciones sobre temas en los que no nos hemos interesado, como individuos atemporales que provisional y aparentemente somos.
Y viene a la mente ese dicho que acuñaron en Oriente, donde saben mil veces más que nosotros, de “Calla. El que sabe no habla. El que habla no sabe.” Ese dicho sutil rechaza el proselitismo activo, que sería hablar al que no se interesa. Según él, debemos actuar del mismo modo que actúan las Componentes Superiores, no tomando la iniciativa, esperando a que el sujeto pregunte, se interese. Entonces se dan las condiciones para que el “hablar” sea fructífero. Hablar al que no pregunta, tiempo perdido. Y, quizás, Posesión camuflada.
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La iniciativa nunca
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Porque, como dicen los herméticos, “Como es Arriba, es abajo.” Hay un paralelismo entre las Componentes Superiores y las inferiores. Y bien haremos en tener esto en cuenta.
Por eso, posiblemente, nos sugerían Marta y Sergio, de seryamar, en el Taller de Archivos Akáshicos, que organizáramos la consulta a la Mente Superior (o Archivos Akáshicos) con una doble pregunta: ¿Qué origen tiene este defecto que tengo? y ¿Qué puedo hacer yo para superarlo? De ese modo somos nosotros los que hemos descubierto y queremos saber y corregir ese defecto. Y la Mente Superior podrá responder, porque le está permitido responder a preguntas concretas.
Sería muy cómodo preguntar “¿Dónde puedo mejorar?” y que nos apareciera en el ordenador sutil una lista desplegable con todos nuestras Asignaturas Pendientes, por orden de gravedad. Pero no está permitida tanta comodidad. Tendrá que ser el buscador el que analice, abra los ojos y señale el campo en el que mejorar.
De todas formas, tampoco es una limitación excesiva. Son muchas más las ayudas que podemos recibir de la Mente Superior, como el Saber y la Fuerza para restablecer los patrones acertados sobre lo que preguntamos, que las limitaciones de la misma. Pero bueno será conocerlas, para no perder tiempo con deseos demasiado amplios y vagos. En temas de mejora, concreción. Una Asignatura Pendiente después de otra. Y a por ellas. Entre otras cosas.
La Mente Superior es como nuestro/a mejor amigo/a, con quien hablamos con total confianza, que siempre está a nuestro favor y que lo sabe todo. Basta con que no le pidamos peras al olmo.
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……….Fernando Conde Torrens es autor de «Simón, opera magna», «El Grupo de Jerusalén», «La Salud», recientemente «Año 303. Inventan el Cristianismo» y una serie de artículos sobre el mundo de las ideas. En https://sofiaoriginals.com/ expone los resultados de sus investigaciones sobre la eterna búsqueda del ser
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