Los egipcios antiguos – como los romanos más tarde – construían para la eternidad, para durar siempre. En «Medinet Habu bastante antes» veremos una bajada del nivel: Era más cómodo construir con adobe que con piedra …
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© Copyright Fernando Conde Torrens, el 1-11-2.005
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……….Ya se ha adelantado que el Templo-Palacio se construye como una fortaleza para los dioses. Tiene, por tanto, murallas y torres defensivas. Pero como son para los dioses, las paredes son de ladrillos de adobe recubiertos de losas de piedra caliza, donde se graban escenas de la vida del Faraón.
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La Puerta Alta de Medinet Habu. Templo de Ramsés III
(Fuente: EGIPTO. El mundo de los faraones. KÖNEMANN, 2.004)
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……….Al final de su reinado, Ramsés III cercará su palacio de un muro de 18 metros de alto. Eso no impedirá que sea asesinado por alguien cercano, en un complot que se inicia en su propio harén. Será el único Faraón del Nuevo Imperio que muere de esa forma. El muro no pudo con la traición. Ni cabe pensar en un castigo digno de matar a un dios …
……….Veamos otra escena triunfal. Ramsés III agarra por los brazos esta vez a un hatajo de facinerosos y les da su merecido. No faltan los dioses ofreciendo su propia espada por si a Ramsés III se le rompe la maza con tanto golpe. Como se ve, las escenas son estereotipos, siempre las mismas, siempre los mismos personajes en las mismas posturas, hasta las posiciones de las piernas estaban establecidas.
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Escenas que decoran una de las Torres del Templo-fortaleza. Medinet Habu
(Fuente: National Geographic Historia, nº 22. RBA Revistas, S.A., 2.005)
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……….Otra escena de las muchas que podrían mostrarse, si uno no temiera aburrir al personal. Una escena de caza, tema poco frecuente en un monumento funerario. Tiene gran viveza y un gran dinamismo. Un toro yace muerto bajo las patas del caballo. Otro huye con pocas esperanzas de salvarse de la que se le viene encima. Debajo, las huestes de victorioso Ramsés regresan a sus hogares tras haber dado al enemigo lo que se merecía. En tiempos de Ramsés III, el ejército estaba formado fundamentalmente por mercenarios, entre los que había no pocos elementos no egipcios.
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Parte interior del primer pilono. Medinet Habu
(Fuente: EGIPTO. El mundo de los faraones. KÖNEMANN, 2.004)
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……….Hasta aquí las partes más llamativas y divinas del complejo. Pero echemos un vistazo al Egipto práctico, al cotidiano. Hay una curioso detalle de arquitectura egipcia no en este palacio, sino en otro muy cercano, las despensas. Mejor dicho, los almacenes reales. Dijimos en su día que los egipcios conocían la bóveda. Sin embargo para sus Faraones y dioses jamás la emplearon. Pero, cuando las construían, las hacían resistentes. Nótese cómo hay cuatro capas de ladrillos de adobe superpuestas, para dar mayor solidez al conjunto. Es como si construyeran cuatro bóvedas, una sobre otra. De ese modo lograron dejarnos un testigo de su buen hacer.
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Zona de almacenes del Templo de Ramsés II (Rameseum, a visitar pasado mañana).
(Fuente: EGIPTO. El mundo de los faraones. KÖNEMANN, 2.004)
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……….Dejamos a Ramsés III en su inútil fortaleza y retrocedemos a la dinastía XVIII, a nuestro amigo Amenofis III, el de las dos caras. En su época ortodoxa, Amenofis apoya al clero de Amón-Ra y reside en este palacio, del que sólo quedan los cimientos, que nos pueden dar una idea de la distribución en planta. La entrada al palacio era por el patio 1. De allí se pasaba a la Sala del Trono 2 o a la 3, si la comitiva era menor. El Palacio comenzaba a partir del muro siguiente. El harén estaba en 4 y 5, los aposentos del Faraón eran 6. 7 y 8, siendo 8 su dormitorio, con paredes reforzadas. Las habitaciones de la reina estaban al otro lado del pasillo, bien lejos. Las zonas 9 y 10 eran cocinas y almacenes.
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Distribución del palacio de Amenofis III. Medinet Habu
(Fuente: Atlas du monde biblique. Larousse/The Times.)
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……….El palacio de Amenofis III tenía en sus terrenos un Templo funerario. Dicen los entendidos que los únicos restos de tal Templo serían los colosos de Memnón. El nombre, como siempre, viene de los griegos, que fueron los primeros viajeros que se asomaron al universo egipcio. Los griegos de entonces eran como los japoneses de nuestra época, los había por todas partes, siempre fuera de su casa. Ello fueron quienes llamaron a esas estatuas con el nombre de Memnón, no se sabe muy bien si por deformación del nombre griego de Amenofis o por alguna otra causa. Los colosos, como su nombre indica, son enormes, pero están tremendamente destrozados. Véalo si no el lector.
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Uno de los colosos de Memnón
(Fuente: EGIPTO. El mundo de los faraones. KÖNEMANN, 2.004)
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……….Es muy frecuente hallar vistas de los colosos. Tienen su leyenda. Uno de ellos en la Antigüedad, y a causa de un terremoto, se rajó en su interior y se asegura que al amanecer y con el cambio de temperatura, el aire salía de las grietas y emitía un sonido parecido al de un lamento. Estuvo años el coloso lamentándose de su suerte hasta que un Emperador, y Faraón honorífico, Septimio Severo, ordenó que lo arreglasen. A partir del arreglo, el coloso enmudeció. Le habían quitado la gracia, la poca gracia que tenía. Hoy es sólo una sombra de sí mismo.
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Los colosos y su entorno
(Fuente: Agencia de Viajes ViaMed. Palma de Mallorca. Verano 2.004)
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Enlace al próximo día: Medinet Habu c.
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……….Fernando Conde Torrens es autor de «Año 303.Inventan el Cristianismo», «Simón, opera magna», «El Grupo de Jerusalén», «La Salud» y una serie de artículos sobre el mundo de las ideas. En www.sofiaoriginals.com expone los resultados de sus investigaciones sobre la eterna búsqueda del ser humano.
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