Escuela virtual de Sabiduría de Pamplona.

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Piedras y tabaco

Piedras y tabaco

Copyright Fernando Conde Torrens, el 16 de Octubre de 2.019.

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……….  El artículo anterior fue el de este enlace.

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……….   Piedras.     Piedras y tabaco

……….   Un problema que pudiera presentarse en estos procesos relacionados con el aparato urinario es la formación de piedras en el riñón, aunque este fenómeno no hubiera tenido lugar nunca con anterioridad. La administración de medicamentaos nuevos para combatir las infecciones pudiera influir en ese funcionamiento distinto del riñón.

……….   Las llamadas “piedras” realmente no son tales; son un conglomerado de arenillas que, aglomeradas por la humedad de la orina, toman consistencia y aparentan ser un sólido único. Cuando se las deja secar, simplemente metiéndolas en un frasco y con el paso del tiempo, la piedra se desmorona y aparece su verdadera naturaleza, arenillas. Pero a pesar de ser “arenilla” fabricada por el riñón, el trastorno que causan en el paciente que las sufre es tremendo.

……….   Ni en la vejiga ni en el riñón causan problemas. El problema es cuando descienden por el uréter. En especial, si uno está tumbado. Una solución puede ser ponerse vertical, preferiblemente de pie. En esa posición la “piedra” queda como colgada del uréter – tal vez enganchada en las paredes del mismo por dos de su agudas puntas – y no ejerce presión sobre ninguna parte del cuerpo. En consecuencia, no duele.

……….   En cambio, si nos ponemos tumbados, otras partes del vientre descansarán su peso sobre la zona del uréter donde está la “piedra” y ésta se clavará en el uréter, generando un dolor insoportable.

……….   La única solución que cabe es ponerse tieso y procurar mantener esa posición todo el tiempo que se pueda. Dormir con almohadas, procurando mantener la zona lumbar lo más vertical posible. Y esperar a que la “piedra” caiga en la vejiga. Entonces deja de molestar.

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Piedras y tabaco

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……….   El tabaco.    Piedras y tabaco

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……….   Queda hablar de otro tema que afecta también a la próstata, el tabaco. Pudiera parecer que no, pero si volvemos a la escena inicial de este informa, los médicos lo saben bien. La razón tal vez no sea tan conocida, pro entre mis informantes de problemas de vejiga, el tabaco es una componente. No de inflamación general de la vejiga, sino de inflamación local, de agresión local. Agresión que se produce allá donde el conducto cambia de dirección, Y eso sucede cuando el líquido abandona la vejiga y entre en la uretra. De estar remansada, la orina pasa a caer por un conducto estrecho y muy inclinado.

……….   Si el líquido fuera homogéneo, uniforme, puro líquido, no pasaría nada Pero no lo es. En el tabaco hay pequeñísimos cristales, que actúan como cuchillas de afeitar sobre el conducto uretral. Esta microscópicas chillas de afeitar van rasgando con cortes diminutos la parte del conducto en que lo rozan, en el cambio de dirección de la corriente.

……….   Los fumadores habituales sufren de estas lesiones en la zona de la vejiga donde las cuchillas la rozan, siempre el mismo, el cambio de dirección. Con los años hay que quitar la parte dañada, como sucede con la “hiperplasia prostática benigna”. Si se sigue fumando, hay que repetir la operación una y otra vez.

……….   Llega un momento en que no se puede operar más, quitar más, porque se acaba la piel. Es el momento de conectar la vejiga, mediante una sonda, a una bolsa exterior, la llamada “vejiga externa”. Y seguir la vida.

……….   Esta situación es similar a la que debe seguir el operado de próstata, en cualquiera de las dos modalidades, mientras se recupera la parte agredida en la operación. Señalamos esto, amigo lector, para que se sepa que cualquier agresión a la que sometemos a nuestro organismo pasa factura. Y conviene conocer las facturas.

……….   Ésta es la causa, tal vez entre otras, de que se oiga decir que los operados de cáncer de próstata no suelen morir de esa afección de la próstata. Al mismo tiempo que las diminutas cuchillas de afeitar del tabaco laceran la próstata o sus alrededores, otras substancias perjudiciales se depositan en los pulmones y disminuyen su capacidad de depurar la sangre venosa.

……….   La sangre no recibe la cantidad de oxígenos que las células precisan, porque el órgano que debiera purificarla, los pulmones,  está obstruido. Eso obliga al corazón a activar su ritmo, para conseguir el nivel de oxígeno que el organismo exige. Ese forzar continuo el corazón culmina con su agotamiento. Y el fumador no muere a causa de su próstata maltrecha, sino de un infarto.  

……….   Este proceso lo siguen también las mujeres fumadoras. Ellas no tienen próstata, pero no se libran de intoxicar e inutilizar parcialmente sus pulmones con los productos nocivos que contiene el tabaco. Con lo que sufren el proceso que se ha descrito arriba. Y si no lo dejan, pagan también la factura a cuenta de su corazón o de los pulmones.

……….   El tabaco es la puntilla para la salud. Los fumadores de toda la vida tienen que hacer frente a tres problemas serios de salud. En primer lugar, les alcanzará el problema prostático, que puede muy bien llevarles a la situación de “vejiga exterior”, es decir en una bolsa, ligada por una sonda, y atada a la pierna. Pero al mismo tiempo se verán atacados los pulmones y el corazón. De forma que terminará bien con un infarto o con un cáncer de pulmón. Ambas dolencias son más letales que la dolencia prostática, que en sí no es mortal, aunque estropea mucho la vida.

……….   Y no sólo al que la sufre; en casos, a todo su entorno familiar. Hay una circunstancia que no ha salido a relucir hasta este momento. Es el aspecto psicológico. Y aparece porque la vida cambia. La incontinencia tiene mucho que ver en ello. Pero hay otro factor, la impotencia. Si la inflamación es “maligna” y hay que extirpar la vejiga, se dan ambas. La primera, es temporal, mientras se está sondado. La segunda, es permanente.

……….   Si la inflamación es benigna, la incontinencia es temporal, en los momentos en que la inflamación no está controlada. No hay impotencia, porque se mantiene los órganos que hacen posible la intimidad.

……….   Conviene saber a qué nos enfrentamos cuando realizamos agresiones permanentes a nuestro organismo. Sencillamente, nos lo cargamos.

……….   Puede parecer que somos duros en el relato. Pero la vida es así y “tenemos derecho a saber”. Conviene saber antes de que llegue. Cuando ha llegado, ya no tiene remedio.

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2 comentarios en “Piedras y tabaco”

  1. María Belén Ríos Martínez dice:

    Hola.
    Quiero dejar mi experiencia con las arenillas de riñón. Cuando he tenido este malestar, que ha sido en contadas ocasiones, alivia el dolor introducirse en una bañera llena de agua caliente, el calor dilata los conductos y facilita el camino hacia el exterior.
    Espero que les sirva.
    Un saludo.

    1. Fernando Conde Torrens dice:

      Muchas gracias, María Belén, en nombre de todos los depositarios de piedras-arenillas en el riñón. Servirá a más de uno tu aportacxión.

      Aprovecho para aclarar esa doble definición del fenómeno. Cuando el cuerpo sale de nuesto conducto urinario tiene morfología de piedra, de aristas puntiagudas, que justifican el dolor que causa cuando pasa por el uréter. Si uno la deja en un recipiente cerrado y pasan dos días, la tal piedra se convierte en arenilla. El líquido que la aglutinaba se ha evaporado y no le da ya la consistencnia sólida que tenía cuando generaba el dolor que generó.

      Los profesionales, que no tienen un elenento así en sus interioridades, lo denominan «arenillas» y tal vez piensan que con ello le quitan importancia al fenómeno y así el paciente aguantará mejor el dolor. A mi me fastidiaba que lo que yo veía como una piedra hecha y derecha, lo denominaran en plan superior «arenillas», usando un despectivo diminutivo. Cuando causabe un dolor insoportable precisamente estando sólida. Cuando ví en qué quedaba, entendí su motivación. Pero siguiendo es mimsmo criterio, a los pacientes podian llamarnos «montón de huesos», porque en eso quedamos al final …

      Gracias, Maria Belén.

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