Escuela virtual de Sabiduría de Pamplona.

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Simón de Monfort Felipe Augusto y Carcassonne francesa

Simón de Monfort Felipe Augusto y Carcassonne francesa

© Copyright  Fernando Conde Torrens

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Arnau Amalric, Abad, – un problema tenía:

Dirigir la Cruzada – él solo no quería,

sus monjes le esperaban – en su propia abadía,

de modo que pensó – que el cargo ofrecería

a cualquier muerto de hambre, – que, raudo, lo querría,

por la gran recompensa – que con el cargo había.

Ser duque de Toulouse – al puesto añadiría,

que del propio Inocencio – tal idea venía;

el Papa desde lejos – ya se las compondría

para hacer que los reyes – hagan lo que él quería:

Desposeer al Duque – del puesto que tenía,

no se reta a la Iglesia – con blasfema alegría.

El perdón concedido – el Papa olvidaría,

sus mentiras Dios mismo – sin duda bendecía

que el fin, dos veces santo, – santo el medio volvía.

……….

A varios caballeros – que en la Cruzada había

propuso el Abad santo – la dicha regalía

y para su sorpresa – nadie la apetecía

y alegaban razones – que el Abad no entendía

de dignidad, decoro, – de camaradería

aunque es cierto que el Duque – apoyó la herejía,

así que el pobre Abad – qué hacer ya no sabía;

de pronto entró en su tienda, – cuando ya anochecía,

Simón de Monfort, que unos – sesenta años tendría,

y dijo que gustoso – el cargo aceptaría

por servir a su Dios, – como ya le servía

cuando allá en Tierra Santa – su gran maza blandía

y aplastaba cabezas – de moros noche y día.

……….

El buen Abad transmite – al hombre en quien confía

las consignas del Papa, – lo que el Papa quería

respecto al de Toulouse, – que en el campo vería

cómo al Vizconde llevan – a la mazmorra fría.

Es Agosto. En Noviembre – el Conde moriría

en la cárcel; se dijo – que por disentería,

pero hay quien asegura – que matado moría;

el caso es que su viuda – velozmente cedía

a Simón los derechos – que el difunto tenía

y con eso, de paso, – la vida protegía

de su hijo más pequeño, – al que ella no quería

ver muerto de repente – por cualquier tontería.

……….

Conde de Carcassonne, – de Albi también sería,

y también de Beziers, – do poca gente había,

Simón de Monfot fuese – a rendir pleitesía

como nuevo vasallo – del rey Pedro, que un día

quiso parar la guerra – que a Trencavel se hacía.

Y el rey Pedro II, – que memoria tenía,

rechazó a tal vasallo – por pensar no cumplía

las reglas que se cumplen – en la Caballería.

……….

Simón, pues, por su parte – la Cruzada seguía,

pacta paz con algunos, – mientras a otros rendía

y quema a los herejes – que en su mano ponía

el dueño de un castillo – que no se resistía,

u ordena que mutilen, – como una vez haría,

a cien que resistieron – en cierta pedanía,

a los que ojos, nariz – y orejas quitaría

amén del alto labio. – Un tuerto dejaría

que en fila y de la mano – al resto llevaría

a entrar en un castillo – que a Simón resistía,

como plástica muestra – de lo que pasaría

si todo el mundo no hace – lo que Simón decía.

……….

A pesar de estos medios – aun hay quien se oponía,

sin entregar vecinos – que el fuego abrasaría,

mas todos van cayendo – porque a Simón le guía

una gran confianza – en que eso hacer debía

y el Legado del Papa – al verle le decía

que eso era necesario – y que “Dios lo quería”.

……….

Catapulta de contrapeso en el castillo de Gillesd e Rais, en Tiffauges, Francia

Simón de Monfort Felipe Augusto y Carcassonne francesa

(Fuente: Les machines de guerre au Moyen Age. Renaud Febbeyte. Éditions Ouest-France, 2.000.)

……….

Al duque de Toulouse – la suerte llegaría,

aunque Raimundo VI – cruzado se hizo un día.

Los Legados convocan – a nobleza e hidalguía;

a Raimundo excomulgan – y así al fin moriría,

rechazado por todos – sin honor, sin valía,

sin títulos, sin tierras, – hecho una porquería.

……….

Y con Pedro II  – el Legado porfía

y acepta al mal vasallo – y aún más, forzado, haría

casa a su hijo Santiago – y consuegro se hacía –

con la hija de Simón, – que se llama María.

……….

Resumiré los hechos, – pues muy largo sería

relatar los castillos – que Simón tomaría,

contar hereje a hereje – a los que quemaría,

contar los caballeros – que de olmo colgaría

en los ocho años largos – de la su correría.

………. 

Bola tallada

Simón de Monfort Felipe Augusto y Carcassonne francesa

(Fuente: Les machines de guerre au Moyen Age. Renaud Febbeyte. Éditions Ouest-France, 2.000.)

……….

Las Navas de Tolosa. – Pedro II haría

un gran papel luchando – con la infiel morería.

A su retorno, al Papa – por fin convencería

de dar por terminada – la cruel carnicería,

pero el romano grupo – de halcones vencería

y prosiguió con saña – la humana cacería.

……….

En 1.213 – el rey Pedro se alía

con todos sus vasallos – y en Muret desafía

al consuegro Simón. – En mala hora lo haría,

pues aunque con sus tropas – estaba en mayoría

una flecha perdida – su vida segaría

y al saberlo sus tropas – salieron de estampía:

Es claro que la suerte – no supo lo que hacía.

……….

El rey Felipe Augusto – por fin intervendría

y en 1.215 – de su torre saldría,

llegándose a Toulouse, – Monfort al lado iría –

y asistiendo a un concilio – en que se quitaría

al de Toulouse el título – y a Simón se le haría

gran duque de Toulouse. – La ciudad abriría

sus puerta a Raimundo – VI y al otro día

por Simón de Monfort – un sitio sufriría.

Simón, incombustible, – que cien vidas tenía,

pero una gruesa piedra, – que volando venía,

le pegó en la celada – y la dejó vacía:

Los sesos se esparcieron – por la su cercanía

y sus restos llevose – el que bien le quería,

su hijo Amaury, que, entonces, – su heredero sería.

Y en Tolosa cantaron  – con enorme alegría:

Tolosa poderosa que la tu gente ría,

Monfort al fin ha muerto en este mismo día,

que así el honor retorne donde siempre debía.

……….

Simón de Monfort muerto de una pedrada bajo las murallas de Toulouse.

Simón de Monfort Felipe Augusto y Carcassonne francesa

(Fuente: La Historia de Francia. M. Guizot. Librairie Hachette et Cie. PArís, 1.877.) 

……….

En Carcassonne lo entierran – como correspondía

y al saber que Monfort – no se les opondría

los nobles se rebelan. – Felipe Augusto envía

a su hijo Luis con tropas – como el papa quería,

y no quedó ni un alma – que, libre, escaparía.

……….

Una ciudad tras otra – al rey se rendiría,

los cátaros escapan – y a Montsegur se fía

las vidas de los pocos – que quedan. Ya no había

lugar donde esconderse. – Un año duraría

su tenaz resistencia, – pero una compañía

de montañeses sube – a otro pico que había,

montan la catapulta – que luego arrasaría

Montsegur, sus almenas – y la gente que había.

………. 

Castillo de Montsegur

Simón de Monfort Felipe Augusto y Carcassonne francesa

(Fuente: Carcassonne y los castillos cátaros. Casa Editrice Bonechi. Florence, 2.004.)

……….

La tragedia termina – con la hoguera en que ardía

el resto, cuatrocientos. – Son gente que moría

por ser adelantados – y eso no se admitía.

 ……….

Tras años de batallas, – Francia incorporaría

Tortosa y Carcassonne. – Aragón perdería

las tierras que acogieron – la occitana “herejía”.

………. 

Todo volvió a su cauce – y la vida seguía

como era la costumbre, – sí, como Dios quería.

 ……….

Torre de la Catedral de San Nazario

Simón de Monfort Felipe Augusto y Carcassonne francesa

(Fuente: Colección propia) 

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Siguiente artículo: Carcassonne, San Luís y Felipe el Atrevido.

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……….Fernando Conde Torrens es autor de «Simón, opera magna», «El Grupo de Jerusalén», «Año 303. Inventan el Cristianismo», «La Salud» y una serie de artículos sobre el mundo de las ideas. En  https://www.sofiaoriginals.com expone los resultados de sus investigaciones sobre la eterna búsqueda del ser humano.

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