Escuela virtual de Sabiduría de Pamplona.

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Donde no puede estar una tumba

Donde no puede estar una tumba

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………..   Este problema va a ser de fácil solución, porque la daremos desde la primera frase: En tiempos romanos, una tumba no puede estar en medio de una ciudad. Los romanos en esto eran tajantes: Los sepulcros, por motivos higiénicos, fuera de las ciudades, a la vera de los caminos que salían de ellas. Y allá se ven, aun hoy en día, en las ciudades que han sido amantes de su historia y respetuosas con ella, tumbas, mausoleos y epitafios de próceres y patricios que pasaron a mejor vida hace miles de años.

………..   Y, de paso que nos ocupamos de cierto «enterramiento» famoso, tocaremos el tema del desescombro, que, en tiempos de los romanos, e incluso medievales, no se podía realizar. Y resaltaremos los errores en que algunos incurren por no situarse en la época de la que hablan y enfocar los asuntos antiguos con mentalidad moderna, de los siglos XX o XXI.

………..   Es comprensible que el lector no se percate de que le están engañando. Para darse cuenta del engaño, tendria que saber del tema del artículo más que el propio autor. Y eso es casi siempre imposible.Pero hoy vamos a ir poquito a poco montando las piezas del puzzle. Y haremos como hicimos recientemente en los casos de Pamplona y Cádiz, siguiendo el crecimiento de la ciudad paso a paso, fase a fase. Claro que la Ciudad es nada menos que Jerusalén … Pero con la documentación que tenemos podremos hacerlo.

………..   Una mañana de verano de hace unos cuantos años paseaba por la Plaza del Castillo de Pamplona y me di cuenta, para mi sorpresa, de que había una Feria del libro usado. No era la Feria anual: Era otra, local, montada por una docena de Vendedores de «libros con historia», es decir, usados. Yo nunca desperdicio una ocasión así. Además, había pocos compradores, lo que me aseguraba la plena atención de Vendedor. Y me puse a mirar. Hice una pasada rápida por todos los puestos, y clasifiqué a los más prometedores. Pronto estaba con un libro en las manos: «Les derniers jours de Jerusalen» de F. de Saulcy. París, 1.866. Trataba de la toma de Jerusalén por Tito. Pero lo que lo hacía apetecible de verdad era que incluía varios  planos topográficos de la Jerusalén de 1.866. 

………..  F. de Saulcy dirigía una misión militar francesa enviada a Jerusalén para hacer trabajos de topografía. Y levantaron el plano de la ciudad con curvas de nivel cada 5 metros. Yo había estudiado Topografía en las dos carreras y sabía lo que significaba contar con ese documento: A un plano topográfico no hay relato, ni historia, que le contradiga. Aun sin verle una utilidad concreta, decidí que no podía dejar pasar por alto aquella ocasión y pagué los 145 euros que me pidió el Vendedor. Hasta me pareció barato. Añadiré que yo jamás le regateo a un Vendedor de libro antiguo. Sólo una vez lo hice, por un precio que me pareció abusivo. Fue en ebay. Le puse este mensaje al Vendedor: «Me gusta el libro, pero no me gusta el precio. Lo máximo que me parece justo es X euros.» El hombre se lo pensó y cayó en que «más vale pájaro en mano …». Y me dio su conformidad.

……….. Saulcy, que era militar, sabía de los movimientos de tierras que se hacen en un sitio. Él vivía en los últimos tiempos en que se hacían sitios a ciudades amuralladas. Y que esos movimientos de tierras permaneces obre el terno por siglos. Nadie va a desescombrar tierra. Y de ello dedujo la historia del sitio, que narra con todo detalle.

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Donde no puede estar una tumba Portada del libro Donde no puede estar una tumba

Donde no puede estar una tumba

(Coleccion particular)

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……….. Pero antes de meternos con el material del libro, hagamos un acercamiento a la ciudad de Jerusalén. Con un dibujo, cuya fidelidad puede ser objetable, pero que nos servirá para hacernos una idea previa del aspecto general de la ciudad. Empecemos por el Templo. La perspectiva está algo girada respecto a la que veremos en los planos; hay una diferencia de 45º. Si empezamos por el Templo (1) y lo recorremos en su sentido longitudinal, viene luego un barrio de casas que discurre paralelo a la muralla. Al final de todo, la muralla gira en ángulo recto y discurre por el lado menor de rectángulo hipotético que es la ciudad.

……….. Cuando ese lienzo de muralla termina, nuevo giro a la derecha y la muralla discurre medio lienzo antes de encontrar un enome Palacio. Ése es el Palacio de Herodes (16). Al poco de rodear el Palacio, la muralla gira en sentido contrario, hacia la izquierda. Pasa entonces al lado del Palacio del Sanedrín (11). Y sube paralela al lateral mayor del Templo. Dos nuevos quiebros y termina rodeando al Templo. Esa fortaleza que se ve dominando con sus murallas al Templo, es la «Fortaleza Antonia» (3), sede de la guarnición romana. Del lateral izquierdo del Templo sale lo que luego se llamará al «Acueducto de Wilson» (5). Según la maqueta, apenas habría más edificios singulares y todo serían ya casas humildes de jerosolimitanos. Se ve alguna que otra piscina, (2), (20) y (22).

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Donde no puede estar una tumba  Maqueta de Jerusalén  Donde no puede estar una tumba

Donde no puede estar una tumba

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……….. El lector ya se ha hecho una idea de qué nos vamos a encontrar en los mapas topográficos de F. de Saulcy. E insisto en lo de «topográficos» porque es un detalle de vital importancia para lo que vamos a defender: Porque las casas y calles se describen con todo rigor y porque las alturas de cada lugar de la ciudad tienen una precisión no inferior a 2,5 metros.

……….. Pues bien, vámonos con el primero de los plano de Saulcy. Y ahora atenderemos a dos aspectos distintos. 

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1º. Dónde están las demás tumbas.

2º. Cómo es el trazado, si es hipodámico en todo o en parte.

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……….. Vamos con el primer tema, dónde se localizan las tumbas. Por encima de la ciudad se distinguen:

Tumba de los Reyes (Tombeau des Rois)

Cementerio musulmán (Cimetière musulman)

Grutas sepulcrales (Grottes sepulcrales)

……….. En el lateral derecho están:

Cementerio musulmán (Cimetière musulman)

Tumba de María (Tombeau de Marie)

Otro Cementerio musulmán (Cimetière musulman)

Tumba de Josafat (Tombeau de Josaphat)

Tumba de Absalón (Tombeau de Absalon)

Cementerio judío (Cimetiére juif)

Tumba de Zacarías (Tombeau de Zacharie)

Tumba de los Profetas (Tombeau des Prophetes)

Tumba monolito (Tombeau monolithe)

Grutas sepulcrales (Grottes sepulcrales)

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……….. Es decir, en torno a las murallas hay hasta 13 lugares distintos con enterramientos, lo cual se corresponde con lo que hemos comentado de que

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TODAS LAS SEPULTURAS ESTABAN FUERA DE LAS CIUDADES.

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……….. Ahora escarbemos un poco en la Historia para tratar de averiguar el «hecho» insólito de que la de Jesucristo esté dentro de la ciudad.

……….. Y para ellos debemos conocer en primer lugar la situación en la Jerusalén del año 33, aproximadamente, y la Jerusalén cuando consta que se hizo algo sobre la tumba de Jesucristo, esto es, cuando Constantino envió a su madre – para quitársela de encima, defendemos aquí – a la misma Jerusalén, para que en su nombre inaugurara Templos cristianos. Esto sucedía hacia el año 327, con un margen de error de un año. Antes de seguir más adelante, el lector debe fijarse en dónde está situado el llamado «Santo Sepulcro» («Saint Sepulcre«), porque en el mapa al que luego iremos no está indicado.

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Donde no puede estar una tumba

[Fuente: Les derniers jours de Jerusalen» de F. de Saulcy. París, 1.866]

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……….. Para saber cómo era Jerusalén el año 33 debemos conocer su génesis, su proceso de crecimiento como ciudad. En un principio, en el lugar estaban instalados los «Jebuseos». A éstos los desalojó David, dicen los cronicones, hacia el año 1.000 AEC. En el mapa que sigue, ya que en el anterior no figuraba el recinto o muralla «jebusea»se ve que dicho recinto primitivo comprendía lo que luego será el Palacio de Herodes hacia abajo.

……….. Sin embargo, decididos los remodeladores de la Jerusalén inicial a hacer de ella la capital de su Reino, y queriendo incorporar dentro de la ciudad la planicie del Templo, optaron por diseñar la ciudad más hacia la derecha y prescindir de la parte más baja del recinto jebuseo. Y así se hizo, dando origen a la Primera Muralla (Première enceinte). La muralla iba directa del que será el futuro Palacio de Herodes, a la mitad del Templo. La muralla rodeaba y defendía el Templo y seguía hacia abajo, más tarde hacia la izquierda y luego subía a unirse con parte de la muralla jebusea. Ello se aprecia en el  plano que sigue. Siglos más tarde se completó con una pequeña aportación, la Segunda Muralla (Deuxième enceinte).

……….. Vino luego un añadido muy pequeño, el recinto de Ezequías, que se incorpora entre la Primera Muralla y la Segunda.Y ésta es la situación con el cambio de era. Debemos borrar de nuestra mente la Tercera Muralla (Troisième enceinte), es decir todo el monte Bézétha y la parte izquierda, hasta la Torre Hípicus, porque eso era campo, extramuros. Y en ese campo estaba el Calvario. Situado en el punto donde está escrito H  F y la cota de 801 metros en rojo debajo. Si el lector se fija, la cota del terreno al borde de la Segunda muralla es de 770 metros. Y va subiendo, de cinco en cinco metros, conforme nos acercamos al punto «H  F» que tiene una cota de 801, el Calvario.

……….. Y el relato oficial nos cuenta que los familiares del crucificado tomaron el cuerpo del condenado y para enterrarlo, lo llevaron, a lo que parece, justo al pie de la muralla de la ciudad. Cuando todas las demás tumbas estaban mucho más lejos. Este hecho sería algo totalmente insólito, inexplicable.

……….. Pero además hay otra circunstancia que impediría ese hecho: Esa zona tendría ya construcciones levantadas, no estaría dispuesta para recibir una tumba. Había muchas gentes que acudían al entorno de una ciudad y acampaban bajo las murallas. Formaban barrios, con edificaciones provisionales, efímeras, sólo para darles cobijo. No eran propietarias del terreno y cuando se fuera a ampliar la ciudad, construyéndose una nueva muralla que defendiera tal zona, deberían desalojar. Pero mientras vivían en su choza provisional. 

……….. Por todas estas circunstancias, la posibilidad de que la tumba de un crucificado se realizara bajo la «Segunda Muralla» es un absurdo, un imposible. Debemos preguntarnos qué pudo suceder para que aparezca hoy en día un «Santo Sepulcro» donde aparece, aunque para visualizarlo el lector deba retroceder al mapa anterior.

……….. El mapa en el que estamos nos va a servir para saber de la construcción de la «Tercera Muralla» (Troisième Enceinte). Fue obra de Herodes Agripa I, hijo de Herodes el Grande, y se comenzó a construir en el año 41 EC. Se terminarían tres años más tarde. Luego esta «Tercera Muralla» no estaba construida en los tiempos narrados en los Evangelios.

……….. Pasan casi 300 años y a Constantino se le ocurre promocionar una nueva religión, que se llamará Cristianismo. Y en dos reuniones de obispos de los territorios que controla, los años 314 en Occidente (Arlès) y 325 en Oriente (Nicea) pone en marcha el asunto. Ahora Constantino ha hecho realidad sus planes de hace 22 años, es ya el Emperador Único de todo el Imperio, como lo había sido Diocleciano. Cierto que hace apenas unas semanas ha tenido que condenar a muerte a su propio hijo primogénito, Crispo, porque violó a su esposa, Fausta, y a los pocos días tuvo que ordenar que mataran a ésta, porque descubrió que Crispo no la había violado y que Fausta lo acusó falsamente, para favorecer el acceso futuro al trono de sus propios hijos, tenidos con él.

 

……….. Fue su madre la que le descubrió el crimen de Fausta. Pero ahora su madre, Elena, estaba quejosa con él y le echaba en cara haber ordenado la muerte de su único nieto, al que estaba muy unida. Constantino sabía que su madre era insistente y que lo tratabs aún como si él fuera el hijo y ella fuera la madre. Sin percatarse de que ahora él era el Emperador de todo el Imperio y que se le debía obediencia plena. Y nula crítica por sus decisiones, que eran siempre lo mejor para el Imperio, que ahora dependía todo de él.

……….. Por eso había decidido mandar a su madre lejos, a Jerusalén, a que construyera templos al Hijo de Dios y se olvidara de su nieto de una vez. Felizmente, su madre había aceptado la misión y había salido con una gran comitiva de acompañamiento, dispuesta por él, camino de Siria. Constantino le había proporcionado la idea que tenía él de los Templos que había que construir y esperaba que con la edad que tenía su madre, ese tema de los Templos le llevara los pocos años que pudieran quedarle de vida. Mataría así dos pájaros con una flecha. Al mismo tiempo que salía su madre en caravana, Constantino envió mensajes a los tres mandatarios más insignes de Jerusalén, con órdenes bien claras de cómo manejarse respecto el cometido de su madre. Deberían satisfacerla en todos los aspectos, tratándola como si fuera él en persona.

……….. Sigamos nosotros el curso de la comitiva de Elena. Fruto de unas instrucciones que no conoce, Elena se va a encontrar con la plena colaboración de todas las autoridades de Jerusalén y de toda la Palestina. Ella buscaba la cruz de Jesucristo, pero por más que buscaron en calabozos y mazmorras, no pudieron encontrar tres cruces juntas en cárcel alguna. Le explicaron que sin duda se volvieron a utilizar y posiblemente se separaron, pues no todas las semans crucificaban a tres malhechores a la vez … 

……….. Se conformó entonces con encontrar el lugar del sepulcro de Jesucristo.

……….. «Eso ya es más fácil, Augusta«, le dijeron. «Porque un lugar así es grande y no se habrá movido de donde estuvo en tiempos del divino Tiberio. Dejadme que haga algunas indagaciones con los más ancianos del lugar.»   

……….. El Gobernador de Palestina, que había venido de Cesarea a Jerusalén, se reunió con sus ayudantes, tratando de encontrar un lugar en el que se pudiera defender que hubo 300 años antes una tumba.

……….. «Debiera estar situada extramuros de la Segunda Muralla, Gobernador.» Le dijeron de entrada. Sacaron mapas de la ciudad de tiempos de Augusto y allá estaba la Segunda y la Tercera Muralla. Y en ella se veía claramente el lugar de las ejecuciones de los reos. Estaba en un alto, como no podía ser de otro modo, para que se viera desde las murallas de la ciudad.

……….. «Habrá que elegir un lugar más alejado de las murallas que el lugar del suplicio …» dijo el Gobernador pensativo. Y entonces a su ayudante se le ocurrió una idea.

……….. «Señor, se podría aprovechar el terreno que recientemente hemos expropiado al publicano Joseph ben Alí … Está más cerca de las murallas, pero nos saldría gratis y daría de sobra para un sepulcro y para media docena de sepulcros …«

……….. «Pero, objetó el Gobernado, sería un sacrilegio meter en la ciudad la tumba de un difunto … Es contrario a todas las leyes de Roma.«

………..  Su ayudante tenía la respuesta preparada:

………..«Tenéis razón, Dómine, si se tratara de un difunto. Pero no estamos buscando un lugar para la tumba de un difunto, sino para la tumba de una idea …«

………..  En la sala donde se celebraba la reunión se extendió un silencio absoluto . Todos estaban asumiendo las palabras del ayudante. Entonces éste prosiguió.

………..  «Todo sabemos, Dómine, que en tiempo de Tiberio, y bajo Pilato, no hubo ningún ajusticiamiento a nombre de ese «Iesus Nazarenus«. Pero nuestro Augusto tendrá sus motivos para promover tal idea. Y nosotros debemos secundarle en sus propósitos.»

……….. El Gobernador lo pensó por un momento. Todos estaban de acuerdo, ya tenían el lugar de la tumba del tal «Iesus«. Él convencería a la mujer de que ése era el lugar que buscaba. Además, ordenó coger tres cruces y colocarlas escondidas en un recoveco del lugar.

……….. Y así Elena quedó encantada con la rápida solución encontrada a los dos problemas, la tumba y las cruces. La leyenda de que con una de ellas un moribundo se había curado fue un relato medieval para «edificación» del pueblo cristiano, a mayor gloria de Dios. No les costaba nada y detalles como ése encantaban al populacho.

 

 

……….. Y ahora vamos con el tema más largo de explicar, pero fácil de demostrar: Los romanos no destruyeron Jerusalén. La ciudad no fue asolada, ni demolida hasta sus cimientos, para dar nacimiento a una ciudad nueva, plenamente romana, llamada Aelia Capitolina. Aelio era el primer nombre del Emperador reinante, Adriano.

……….. Tratemos de establecer el origen de este bulo universal, que aun hoy en día se lee en lugares de prestigio. No nos sorprendería que la respuesta pueda estar en el Evangelio de Marcos, capítulo 12, versículo 2. Allá Eusebio puso en boca de Jesucristo, de refiéndose a Jerusalén: 

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«No quedará aquí piedra sobre piedra que no sea destruida.»

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……….. ¿No dijo Jesucristo que no quedaría «piedra sobre piedra sin destruir«?

……….. Pues «Delenda est Jerusalén» = «Jerusalén tiene que sea destruida«.

……….. Y todos los historiadores cristianos – los únicos que al final quedaron – a una se pusieron a escribir que primero el año 70, con Tito, y luego el 135, con Adriano, Jerusalén fue destrozada, demolida, derruída, desolada. No quedó piedras sobre piedra. Y de ella surgió una nueva ciudad, plenamente romana, llamada Aelia Capitolina, con su Cardo Máximo, su decumano, su Foro, su Basílica, sus Termas, su palestra, su Teatro y su Anfiteatro.

……….. Lo malo que es que todo ello, como la historia del falso Jesucristo, sus Apóstoles y seguidores fieles iniciales, sólo existió sobre el papiro o el pergamino. El método empleado para dar vida a lo que nunca existió, el mismo que para dar vida al Fundador del Cristianismo, el sin par Eusebio de Cesarea. Lo dice la propia Wikipedia y se lee en todos los sitios:

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«Los sucesos descritos a partir de 325–326, sobre el descubrimiento del sepulcro y la Vera Cruz por la

emperatriz Elena se deben al obispo de Cesarea (Palestina) e historiador Eusebio, llamado también

el Padre de la historia de la Iglesia

[Fuente: https://es.wikipedia.org/wiki/Santo_Sepulcro]

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……….. Nosotros ya sabemos el crédito que podemos dar a los relatos de Eusebio: Ninguno. Basta que lo diga él para que sea mentira. Es su oficio cuando escribe su «Historia eclesiástica«, respaldar la falsificación cristiana, hacer de Notario Mayor del Reino.

……….. La realidad es que los romanos se dieron cuenta de la fuerte mentalización religiosa asumida por el pueblo judío. Estaba regido por Sacerdotes, con toda la carga emocional que ello suponía. Obedecían ciegamente las consignas del Sanedrín y tocar una piedra de su «Ciudad Santa» hubiera levantado a las masas contra ellos. Se conformaron con aplicar sus leyes, procurando interferir lo menos posible con las fuerzas vivas judías. Y así y todo lo tuvieron difícil. Aun no cambiando la fisonomía de la «Ciudad Santa», tuvieron dos rebeliones generales, que tuvieron que sofocar con las Legiones: La del año 66 y al del 135.

……….. Que no cambiaron ni un ápice la configuración de Jerusalén lo demuestra el mapa topográfico que ya conocemos. En algunas ciudades muy memorables, como lo fue Alejandría, los romanos se encontraron con una ciudad con un trazado absolutamente hipodámico, que en la imagen no se aprecia. Y en ella hicieron hueco para construir un Teatro, una palestra, un Foro con un Cesarium, un Estadio y un Hipódromo. Claro que los habitantes de Alejandría llevaban cuatro siglos de Faraones ptolemaicos, estaban totalmente helenizados y no opusieron resistencia alguna a las costumbres romanas. No fue así en Jerusalén, donde la decisión del Gobernador de meter en la Ciudad los estandartes de sus legionarios originó una sublevación tal que hubo que retirarlas. Así las gastaban los judíos, que tenían prohibido meter imagen alguna en su «Ciudad Santa».

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……….. Alejandría romana

Donde no puede estar una tumba

 

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……….. Y ahora veamos si queda algo de aquel trazado hipodámico perfecto que Alejandro le dio hace 2.350 años, con largas calles paralelas a la playa y otras perpendiculares.

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……….. La Alejandría de hoy.

Donde no puede estar una tumba

[Fuente: Google Maps]

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……….. Y se aprecia que sí, que, aun con modificaciones en algunas zonas, el trazado original de la ciudad se ha mantenido en buena parte de la misma, con calles paralelas y perpendiculares al mar, que se observan en uno y otro extremo de la ciudad moderna. Con esto, y con muchos más ejemplos que se podrían presentar, se muestra que el trazado de una ciudad permanece en esencia en el tiempo – si de tiempos anteriores a 1.850 hablamos. Y ello porque los habitantes de las mismas, al no tener capacidad de desescombro, sólo podían hacer modificaciones locales del trazado de sus calles.

 

 

 

……….. Será a partir de esa fecha, con la Revolución Industrial, cuando el humano se dota de la capacidad de hacer grandes movimientos de tierras, al disponer de la fuerza mecánica  de las máquinas, que funcionan a vapor o por electricidad.

……….. Volvamos a la Jerusalén de 1.866. No hay Foro, ni Teatro, ni Estadio, ni Hipódromo, ni palestra. No hay un Cardo Máximo, ni un  decumano, no hay una orientación predominante de las calles. El trazado de las mismas corresponde a un trazado antiguo, donde cada zona de la ciudad se ha ordenado en multitud de callejas serpenteantes, sin más obligación que circunscribirse en el trazado de las murallas de su tiempo. No se ve al mano de ningún ordenador del territorio. Y menos que se dé a la Ciudad Santa un trazado al tipo romano, de una ciudad nueva, que sólo lo fue de nombre, «Aelia Capitolina«. A eso se tuvo que limitar Adriano, consciente de sus limitaciones, físicas y humanas.

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……….. Plano de Jerusalén del año 1.866. Misión francesa de F. de Saulcy.

Donde no puede estar una tumba

[Fuente: Les derniers jours de Jerusalen» de F. de Saulcy. París, 1.866]

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……….. Así pues, podemos concluir sin temor a error que:

……….. 1. La Ciudad de Jerusalén no fue destruida por los romanos, ni demolida, ni arrasada de modo que no quedara «piedra sobre piedra». Eso fue una construcción literaria de un «falsificador a su pesar», Eusebio de Cesarea. Pero, por muy gráfica y sugerente que sea una expresión literaria, no debe imponerse a la Historia, ni usurpar su lugar, en una sociedad que se considera adulta.

……….. 2. Adriano no reconstruyó la Ciudad, con un trazado ni más modesto, mi más amplio, porque no tenía la capacidad técnica necesaria para hacer tal cosa. Y nos da prueba de ello el trazado que ha llegado a nosotros de la Ciudad Santa, que no es ya medieval, sino de tiempos primitivos, anteriores en gran parte al cambio de era.

……….. 3. Si vimos en Cádiz que las sucesivas fases – de ser correcta nuestra reconstrucción – procuraban ser una prolongación del trazado de calles anteriores, en el caso de Jerusalén ni siquiera se dan esas directrices y cada recinto obedece a sus propias reglas y conveniencias.

……….. La idea de que el Templo del Santo Sepulcro incluía además la cima del Gólgota es una información que también se ha demostrado falsa. Y ya metieron también la losa donde Jesús fue tendido y embalsamado, a medio camino entre el Gólgota y el sepulcro. Hemos visto que el Gólgota es ese montículo de cota 800 que se ve en la parte superior izquierda del mapa último. Decir que el Sepulcro se ubicó caminando los enterradores hacia la Ciudad es una barbaridad incompatible con las costumbres romanas. Pero decir que el actual Templo del Santo Sepulcro incluye también la cima del Gólgota es caer en el esperpento. Haria falta creer que la cima un monte se deslizó colina abajo, para venir a la falda y quedarse allá. Es un absurdo físico. Pero con los creyentes todo es posible. 

……….. Otra falsedad flagrante fue la idea de que el malvado Adriano – de gustos íntimos sospechosos – ordenó construir un Templo pagano sobre el sepulcro del Hijo de Dios, para tratar de impedir todo culto y recuerdo. Cuando recientemente se han excavado las bases del sepulcro, han encontrado obras del año 326 de nuestra era, como no podía ser menos. Fue cuando se inventó todo de manera pública. Pero no hubo ni rastro de obras romanas del siglo II, el tiempo de Adriano. El que montó el invento cristiano fue Constantino, y antes que él nadie se preocupó jamas de un Cristianismo que sólo existió en la mente de Lactancio, pero cuando éste era ya adulto, hacia finales del siglo III.

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Todo lo relativo a Jesucristo y al Cristianismo es un fiasco integral,

la fake más monumental que se ha dado en la Historia.

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……….. Cuando esta sociedad occidental despierte y se dé cuenta de las barbaridades que se han dado por buenas en los tiempos de la Informática y de las redes sociales, las generaciones futuras se quedarán con la boca abierta.

……….. De forma que cuando los fieles cristianos van a lo que se les presenta como el «Santo Sepulcro«, están visitando un edificio del siglo IV, del mismo siglo en el que se originaron sus creencias. Todo es del siglo IV:

Jesucristo, la Virgen, San José, los Apóstoles, San Pablo …

……….. Todo es del siglo IV e  inexistente históricamente. Inventado. Como lo fueron las persecuciones y los mártires anteriores a Nicea, año 325.

……….. Para más información nulamente objetiva, mirar el enlace siguiente, escrito por un miembro de la curia jerosolimitana.

Santo Sepulcro.

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