Escuela virtual de Sabiduría de Pamplona.

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El Imperio Seleúcida 5 bajo Seleúco II Kalínico

El Imperio Seleúcida 5 bajo Seleúco II Kalínico (246-225)

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Copyrigth (c) Fernando Conde Torrens el miércoles 27-4-2.012

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        La muerte, o más bien el asesinato, de la segunda esposa de Antíoco II, Berenice, de su hijo y de todos los nobles que habían formado parte del séquito de Berenice, hermana de Ptolomeo II, y se habían quedado en la corte seleúcida, por parte de Laodice, primera esposa de Antíoco II Zeos, tuvo sus consecuencias, negativas para el hijo mayor de Laodice, Seleúco II Calínico, que accedió al poder tras el envenenamiento de su padre. Hay otra versión que dice que Antíoco murió por causas naturales y que, tras su muerte, Laodice se puso en marcha y ordenó las acciones indicadas.

        Sea como fuere, el hecho demuestra que Laodice era de armas tomar, que no se detenía ante nada, que era mandona por demás. Y no será ésta su única intervención en la gobernabilidad del Imperio.

        Pero voy a salir al paso sobre un tema de menor importancia, con esto del Kalínico, el mote del recién ascendido, por maniobras maternas, monarca seleúcida. Dicen todas las referencias miradas que Calínico, escrito con «C» significa «el de la bella victoria». Y sorprende que nadie se sorprenda por lo de la «bella», adjetivo cursi como él solo referido a victoria guerrera. Ya hace milenios he advertido una manipulación del adjetivo «kalos» en los Diccionarios de Griego. Todos, como un solo hombre, le dan en primer lugar la acepción de bello, hermoso.

        Realmente, la primera acepción de kalon debiera ser perfecto, pleno, supremo. Y «Peri to kalon» debe traducirse correctamente por «Sobre la Perfección«, Enéada de Plotino, con las connotaciones superiores que eso tiene. Cambiándolo por «Sobre la Belleza» se realiza un juego de manos y se anula toda referencia a cosas molestas. Entonces, Seleúco II sería Kalínico, «el de la suprema victoria», de «kalos nikos«, «suprema victoria». Tampoco es que las suyas fueran victorias imperecederas; lo fueron más bien parciales, temporales, incluso efímeras, pero dejémosle que se haga ilusiones y veamos cómo fue su convulsa vida.

 

Moneda con la efigie de Seleúco II Kalínico

El Imperio Seleúcida 5 bajo Seleúco II Kalínico

(Fuente: http://es.wikipedia.org/wiki/Seleuco_II_Calinico )

 

        Cuando las nuevas de la muerte de Antíoco II, de su esposa egipcia, hermana del Faraón Ptolomeo III, recién ascendido al trono, del hijo de ésta, supuesto heredero siguiente del trono Seleúcida, y de todos los nobles del séquito, llegó a Egipto, Ptolomeo III Evergetes montó en cólera, cosa comprensible. Y no sólo hizo eso, sino que también montó en su carro, organizó su ejército y se puso en marcha para dar una lección al advenedizo «Kalíniko«. La expedición organizada por Ptolomeo III entró en Siria, se dirigió directamente a la capital occidental, Antioquía, donde residían Berenice y el pequeño infante, derrotó a Seleúco II, que huyó, tomó Antioquía, tomó también Seleucia del Tigris, todo la Siria, la Cilicia, tomó Mesopotamia y hubiera seguido tomando más y más satrapías si algunos nobles egipcios no hubieran aprovechado su ausencia para organizar una sublevación.

        Ptolomeo III tuvo que volverse a casa y resolver sus problemas domésticos. Eso hizo que no pudiera consolidar sus conquistas, que serían recuperadas por Selúco III a la siguiente ronda guerrera. Antes de volverse, hizo una parada militar donde se proclamó rey en nombre de su finado sobrino, el pequeño Seleúco, hijo de su hermana Berenice, aunque poco le iba a durar el éxito.

        Ya tenemos a Seleúco II expulsado de sus capitales. Forjó una alianza con Mitrídates, rey del Ponto, un reino que no había formado parte del Imperio de Alejandro, e inició la Tercera Guerra Siria, en la que con facilidad, pues sólo estaban las guarniciones dejadas por su acusador, recuperó las ciudades perdidas poco ha. Pero antes de que llegar a recuperar todo el territorio perdido, vio conveniente hacer las paces con Egipto , que ya venía contra él, porque tenía problemas de gran envergadura en casa En el tratado de paz, Egipto salió beneficiado, mantuvo Fenicia en su poder, las ciudades costeras de Asia Menor y pudo extender sus dominios incluso hasta la Tracia europea. Sin embargo no todo lo salió bien al egipcio, pues el rey de Macedonia, receloso de ver las naves egipcias navegando por sus aguas, le plantó batalla y lo derrotó en Andros el año 245.

        El problema que obligó a a Seleúco II a hacer precipitadamente las paces con Egipto fue que su madre favorecía que también su hermano menor, Antíoco II Hierax, reinara en una parte del Imperio, junto son Seleúco II. Aunque tal pretensión no le hizo ninguna gracia a Seleúco, prefirió ceder que contrariar a su madre, dueña de poderosos recursos del poder que podía volver en su contra. Así pues, se acordó en el seno de la familia que Hérax reinaría sobre la parte Norte del Imperio, en Asia Menor. Pero el joven Hiérax no se quedó satisfecho con la pequeña porción del Imperio que su hermano le dejó, se alió con los gálatas y promovió la guerra contra su hermano. Y derrotó a Seleúco II en la batalla de Ancira, ampliando sus dominios.

        La guerra entre los dos hermanos fue la gota que colmó el vaso, o la excusa que estaban esperando nuevos protagonistas de nuestra historia, los sátrapas de algunas satrapías orientales, de la Bactriana, al mando del sátrapa Diódoto, y de la Partia, donde mandaba el sátrapa Andrágoras. El origen de tales rebeliones,  al decir de los historiadores, era que el Imperio oriental estaba desatendido por los monarcas seleúcidas, que andaban siempre peleándose en la parte occidental del Imperio porque allá tenían como vecinos a los sucesores de los Diádocos, sus oponentes. Incluso habían trasladado sus capitales más el Oeste, alejándolas de Babilonia

        Eso era lo esperable y no iba a cambiar en el futuro, porque la dinastía reinante era una dinastía extranjera, que había venido del Oeste y que hacia allá tendía su mirada de continuo. Y todo lo que querían los monarcas eran los impuestos recaudados en el Este y tropas formadas por ciudadanos de las satrapías orientales para continuar sus guerras en el Oeste, donde estos hombres morían o de donde apenas algunos volvían. 

        Puesto que todavía están actuando los personajes incluidos en al anterior genealogía, mantenemos ésta por incluir al triángulo actuante, Laodice I, Seleúco II Kalínicoy y su hermano, Antíoco Hiérax.

        Como la historia del Kalínico se alarga más de lo habitual, vamos a partir su reinado en dos y lo continuaremos en el artículo siguiente, cuyo enlace figura a continuación.

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Enlace con el próximo día: El Imperio Seleucida 6 bajo Seleuco II Kalinico 2.

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………  Fernando Conde Torrens es autor de «Simón, opera magna», «El Grupo de Jerusalén», «La Salud» y una serie de artículos sobre el mundo de las ideas. En https://www.sofiaoriginals.com/ expone los resultados de sus investigaciones sobre la eterna búsqueda del ser humano.

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