El nacimiento de París 2 La invasión de los Helvecios
© Copyright Fernando Conde Torrens
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(Fuente: L´Histoire de France, tomo I. M. Guizot. Librairie Hachette et Cie, 1.877.)
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Los Helvecios le dicen – al buen jefe romano
que ellos van de camino – a algún lugar lejano
que está junto al Océano, – hacia el extremo hispano,
y que no harán destrozos – ni en montaña, ni en llano.
Los cita un mes más tarde – de un gesto de la mano,
y entretanto construye – un muro alto y lozano
de cuatro metros de alto – que cubre el amplio vano
por do pasar pensaba – el que huye del germano.
Marcha veloz a Roma – y al volver, en su mano
cinco nuevas Legiones – y con las nueve, ufano,
ataca a los Helvecios – a mano y a trasmano.
Les sigue y les persigue – con furor casi insano,
sin darles tregua nunca, – ni en monte, ni en pantano,
los derrota, extermina, – hasta que ven que es vano
seguir y a Suiza vuelven – por un camino arcano.
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Caballero Galo
(Fuente: L´Histoire de France, tomo I. M. Guizot. Librairie Hachette et Cie, 1.877.)
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Los aliados, contentos, – con César han cumplido
y, aprovechando el tiempo, – le sueltan el quejido
de lo mucho que llevan – del Germano sufrido:
“Si así siguen las cosas, – un año transcurrido
y nosotros los galos – de Galia hemos salido;
el odiado Germano – al sur habrá venido,
el río habrá pasado – y habremos sucumbido
y seremos un pueblo – con el norte perdido
y al amigo romano – le habrá sobrevenido
un arisco vecino, – por haberse dormido
y no prestar su apoyo – a quien se lo ha pedido.”
No se sabe si a César – el discurso que ha oído
le ha conmovido el alma – o bien ha presentido
que la gloria de Roma – y su destino han sido
encauzados por sendas – que la Fortuna ha unido.
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El cruce del Rhin por los Germanos
(Fuente: L´Histoire de France, tomo I. M. Guizot. Librairie Hachette et Cie, 1.877.)
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El caso es que hace caso – al humilde balido
y envía un mensajero – al germano temido:
“Juntémonos, amigo, – en lugar escogido.”
Ariovisto, orgulloso – por su madre parido,
le responde: “Pues vente. – Si yo hubiera querido
contigo tener algo, – a ti hubiera acudido.”
Y César, que no es tímido, – le ha raudo respondido:
“No más pueblos del Norte – quiero que hayan venido,
no quiero que se ataque – al que es mi protegido,
o vengaré tal acto – tan pronto es cometido.”
Ariovisto responde – con ánimo ofendido:
“A los Eduos yo pude – y nadie me ha vencido.
Roma es dura y domina – al que ya está caído,
también tengo derechos – en el mismo sentido.
Nadie que me ha atacado – hame sobrevivido,
si quieres probar suerte, – camino recorrido
y el valor del germano – te será conocido,
que ni un día en quince años – bajo techo he dormido.”
Mientras esto recibe – César ha conocido
que miles de germanos – al río han acudido
y que Ariovisto sale – con un cuerpo aguerrido
a sitiar las ciudades – de un pueblo protegido
de Roma. Así pues César – halo ya decidido,
dirige sus Legiones – adonde él ha sabido
que Ariovisto mantiene – su cuartel protegido.
Cuando Ariovisto sabe – que César va a su lado,
entra en su campamento – y espera confiado,
hasta que Julio César – cerca de él ha acampado.
Con unos mensajeros – al romano ha invitado
a aquella conferencia – que aún no se ha celebrado.
Julio César acepta – y cuando hanse juntado
César escucha atento – a un Ariovisto airado:
“¿Y qué quieres de mí? – ¿Por qué te has adentrado
en tierras que son mías? – Aquí, ¿quién te ha llamado?
Si como amigo vienes – muy lejos has llegado,
y debes retirarte – con quien te ha acompañado.
Si luchamos y mueres, – con ello habré agradado
a muchos grandes hombres – del romano Senado.
Si raudo te retiras, – con ello habrás logrado
cerrar esta campaña – sin que muera un soldado,
y este pueblo a mi mando – será tu nuevo aliado
que por ti irá a la guerra – como hayas ordenado.”
Los germanos jinetes – que estaban a su lado
sin mayor disciplina – piedras han arrojado
a jinetes romanos. – César se ha retirado.
Y aunque Ariovisto insiste – la mañana siguiente
en seguir conversando, – Censar no lo consiente.
Pasada una semana – Julio César presiente
que ha llegado el momento – y entonces lentamente
forma a sus diez Legiones – del modo ya frecuente.
Los germanos se apuestan – desordenadamente
ante tanto soldado – formado pulcramente
y al grito de ¡Ambra! ¡Ambra! – salieron de repente
corriendo hacia las filas – de la Legión de enfrente.
Lo hábil que con la espada – es cada contendiente,
la táctica ensayada – por años, diariamente,
la moral de victoria – que el legionario siente
al ver que le lidera – un jefe inteligente,
hacen que la victoria – se incline finalmente
hacia el lado romano. – César, que fue paciente,
y la caballería – guardó pacientemente,
deja que sus jinetes – persigan mortalmente
al germano que escapa – del campo combatiente.
Ariovisto se escapa, – pero con poca gente,
y cruza el Rhin en barca, – mas murió al mes siguiente.
Prisioneros Germanos a Roma
(Fuente: L´Histoire de France, tomo I. M. Guizot. Librairie Hachette et Cie, 1.877.)
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Los Helvecios, en casa, – Ariovisto expulsado,
los Galos y romanos – en la Galia han quedado
solos. Era la meta – que se había buscado,
pero … – siempre hay un pero – adonde se ha llegado
es que la Galia es gala – pero Roma ha pensado
que la Galia es ahora – terreno conquistado.
¿Quién echó a los Helvecios? – ¿Y quién ha liberado
la Galia de Germanos – con un costo elevado?
Estas cuentas echaba – el romano Senado;
sobre el terreno sólo – era el de Roma aliado
aquél cuyos deseos – se habían realizado.
César toma medidas – que a muchos no han gustado:
César sólo es amable – con el que está a su lado,
destituye a los jefes – que no le han ayudado
y en su lugar coloca – a quien le ha acompañado,
marca indemnizaciones – a villa y a poblado
en pago a que la Galia – Roma ha pacificado,
Han pasado los meses – y el clima empeorado,
comienzan las revueltas – en un y otro costado,
y César las sofoca, – ni alegre, ni enfadado.
En sofocarlas todas – ocho años ha empleado.
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Máxima extensión del Imperio Romano en el 200 d.C.
(Fuente: El ejército romano. Adrian Goldsworthy. Ediciones Akal, SA.A., 2.005)
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Continuará …
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………. Fernando Conde Torrens es autor de «Simón, opera magna», «El Grupo de Jerusalén», «La Salud» y una serie de artículos sobre el mundo de las ideas. En https://www.sofiaoriginals.com/ expone los resultados de sus investigaciones sobre la eterna búsqueda del ser humano.
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El nacimiento de París 2 La invasión de los Helvecios El nacimiento de París 2 La invasión de los Helvecios El nacimiento de París 2 La invasión de los Helvecios
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