El nacimiento de París Una historia en seis mil estrofas
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© Copyright Fernando Conde Torrens, el miércoles 24-12-2.008
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Viejos “historiadores” – de una época pasada
ligaron a la Grecia – en su época dorada
con París y con Francia. – Cuando, Troya, tomada
por furiosos aqueos, – ardía devorada
por los cuatro costados, – y por senda olvidada
Francus, vástago de Héctor, – inició su escapada
y llegó hasta una nave – que estaba preparada
para él y algunos hombres – en escondida rada.
Y así, cual otro Eneas, – pero sin marejada,
llegó al sur de una tierra – que hoy la Francia es llamada.
Iniciaron la marcha – y tras una jornada
llegan a una planicie – por un río regada:
Dan el lugar por bueno – y allí dejan fundada
Troyes, como recuerdo – de la ciudad amada.
Prosiguieron la marcha – y hacen otra acampada
en isla defendida – por la corriente airada
de un río que, impetuoso, – la isla mantiene aislada:
En recuerdo del tío – que trajera raptada
la bella Helena a Troya – París fue nominada
la ciudad, que rodean – de una alta empalizada.
Con alta empalizada – la deben defender
y sentirse tranquilos – a la hora de comer.
Como ellos son guerreros – y eso saben hacer
a un pueblo de pastores – se logran imponer.
Para ellos son los francos, – a los que hay que temer,
y ese país la Francia – con el tiempo va a ser.
Ya ve el lector qué fácil – resulta componer
una historia sencilla – que se pueda creer.
Que eso no sea Historia – forzoso es conceder.
La Historia en plan moderno – debe bases tener
debe haber testimonios – que tocar o que ver.
Grupo de Galos anteriores a los Romanos
(Fuente: L´Histoire de France, tomo I. M. Guizot. Librairie Hachette et Cie, 1.877)
Al mismo Julio César – le dio por componer,
hízolo en prosa llana, – muy fácil de entender,
ampliando lo que dijo – “llegar, ver y vencer”,
y en su obra “Bello gálico – puédese allí leer
que los “parisi”, tribu – de mínimo poder,
a otros más poderosos – hubieron de ceder
sus tierras y cosechas – y su debe y su haber.
Su patria abandonaron – y hubieron de emprender
la marcha al mediodía – y allí abrigo tener.
Buscaron, pues, refugio – marchando al mediodía
do una tribu más fuerte – bien les acogería
y fuera convivencia – con camaradería
la relación pactada – a partir de aquel día.
Fue así con los Senones, – tribu que residía
más abajo del Sena, – su nombre lo decía.
En el curso del Sena – varias islas había.
Los “parisi” eligieron – la que les parecía,
que mayores opciones – de defensa ofrecía.
Se llamó “Lucotecia” – y eso decir quería
que en caso de una lucha – su techo allí estaría:
“Lucotecia”, o “Lutecia”, – que el “co” se perdería.
A unos tiros de piedra – una ensenada había;
el puerto allí formado – mercado pediría.
El mismo río Sena – un pasadizo abría
entre el Este y Oeste. – A lo que se uniría
un paso que hacia el Norte – por tierra conducía.
Las tierras eran fértiles, – pozos de agua a porfía,
los bosques abundaban – hasta la lejanía:
Regalo tan ingente – su fruto traería.
Numerosos poblados – de primitiva gente
coronan esta cima – y también la de enfrente.
Hoy se descubren restos – casi continuamente,
poblados que comercian – con Grecia y con Oriente
y al viajero se atiende – muy afanosamente
cuando narra su viaje – o muestra un reluciente
vaso que brilla bajo – la luz del sol poniente.
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Alineamientos de Karnac, en la Bretaña
(Fuente: Histoire de France. Librairie Larousse, hacia 1.915)
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Más que pensar en dioses – como hoy, humanamente,
los dioses de los galos – son algo diferente,
un lugar misterioso, – con algo no corriente,
un bosque en ocasiones – con olor pestilente,
porque un ser de otros mundos – es en él residente …
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Monumentos megalíticos de la antigua Galia
(Fuente: Histoire de France. Librairie Larousse, hacia 1.915)
Y esos lugares marcan – de forma permanente
con un pilar enhiesto – que muy profundamente
hincan en tierra. El galo – es fuerte y resistente,
es alto y es forzudo, – es rudo y es valiente.
Se fueron con Aníbal – en un gran contingente
porque Aníbal llenaba – ese ardor combatiente
del galo primitivo, – para el que es preferente
el fragor de la guerra – que el pastoril ambiente.
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La Galia a la llegada de Julio César
(Fuente: Histoire de France. Librairie Larousse, hacia 1.915)
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Mas por la Galia antigua – no dejan de pasar
pueblos que en otras partes – no logran encontrar
lugar donde asentarse. – Del norte han de llegar
los salvajes Germanos, – que van a devastar
regiones de la Galia – y que van a llamar
a otras tribus amigas – que se van a asentar
en la Galia del norte. – Más al norte del mar
que linda con Italia – se ponen a luchar
los Eduos y otra tribu.- Podremos comprobar
por qué causas va Roma – la Galia a conquistar.
Los otros, los Arbernos, – proceden a llamar
a guerreros germanos – que les van a ayudar
a vencer a los Eduos, como así va a pasar.
Los derrotados Eduos – deciden enviar
a Roma una embajada – para solicitar
de Roma las legiones – que les puedan vengar.
El Senado discute – sin lanzarse a actuar
y a Ariovisto, el germano, – deciden adular
cubriendo de regalos, – y hasta vanle a nombrar
rey del pueblo germano, – que tanto le va a dar.
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Embajada de los Eduos ante el Senado Romano
(Fuente: L´Histoire de France, tomo I. M. Guizot. Librairie Hachette et Cie, 1.877)
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Le deciden nombrar – rey de la Germanía,
que a otros pueblos germanos – mantenga en lejanía,
que en Galia suficiente – gente viviendo había.
Yo no sé si Ariovisto – hizo lo que pedía
Roma, pero del Este – peligro se cernía
sobre los buenos Eduos. – Lo que Suiza sería
albergó a los Helvecios, – pueblo que se hartaría
del acoso Germano – y que decide un día
viajar hacia Occidente, – pues ya no se podía
aguantar más. Y el pueblo – sus pertenencias lía
y en carros y carretas – al Oeste pone vía.
Antes quema su casa – y cuanto contenía,
monta lo más valioso – de cuanto poseía
y se va con la esposa – y la chiquillería.
Son sesenta mil carros – la invasión que se lía
y tanta gente junta – no es una tontería.
El Senado romano – decidió impediría
que el aluvión helvecio – la Galia invadiría
y envió a Julio César, – cónsul tal año y día,
que con cuatro legiones – su paso impediría.
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Continuará …
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………. Fernando Conde Torrens es autor de «Simón, opera magna», «El Grupo de Jerusalén», «La Salud» y una serie de artículos sobre el mundo de las ideas. En https://www.sofiaoriginals.com/ expone los resultados de sus investigaciones sobre la eterna búsqueda del ser humano.
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