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Imperio Seleúcida 22 bajo hijos de Antíoco VIII Grifo 2

 

El Imperio Seleúcida 22 bajo hijos de Antíoco VIII Grifo 2. Año 83 AEC.

 

© Copyright Fernando Conde Torrens, el Viernes 23-12-2.011

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        Año 94 AEC.

        Muerto el primogénito del difunto Grifo, quedaban otros cuatro varones. Los tres mayores acordaron que el monarca principal fuera Demetrio III Eucarios, el cual asoció a sus otros dos hermanos al poder. Con ello se instalaban tres hermanos al frente del ya magro Imperio Seleúcida: Demetrio III Eucarios, Antíoco XI Epífanes y Filipo I Filadelfo.

        Demetrio III se alió con el Faraón reinante en Egipto, Ptolomeo IX, con quien tenía un lejano parentesco por vía materna. Demetrio III volvió a recuperar parte de los territorios cercanos a Damasco, en la parte Sur de Siria, donde tenía su capital, que habían sido arrebatados a su padre y a su hermano.

        Año 93 AEC.

        Formó alianza con sus hermanos para atacar al primo, Antíoco X Eusebio, que tenía su capital en Antioquía del Orontes. Pero el primo venció en la confrontación y cuando el ejército combinado de los hermanos se retiraba, al pasar un río, uno de ellos, Antíoco XI Epífanes, se ahogó.

        Demetrio III Eucarios derrotó a Alejandro Janeo, rey de Judea, pero no pudo ocupar el territorio, dada la animadversión que sus tropas despertaban en la políticamente activa población judía.

Dos últimas generaciones de monarcas Seleúcidas.

        Año 91 AEC.

        El tercer hermano, Filipo I Filedelfo, arrebató Antioquía al primo odiado, Antíoco X Eusebio. Al saber la noticia, a Demetrio III Eucarios le pareció que Antioquía debía pasar a ser posesión suya. Su hermano dijo que ni hablar, así que el monarca principal,Demetrio III Eucarios, se preparó para hacerle la guerra a su hermano. 

        Pero no tuvo ocasión. Viendo el cisco que había en el Imperio Seleúcida, los reinos contiguos entendieron que era el momento de aprovecharse de la debilidad del vecino y, aplicando la ley aquí enunciada, hacerse con una buena parte de su territorio. Los árabes nabateos, con capital en Petra, al Sur, el rey de Armenia, Tigranes II, al Norte, y los poderosos Partos, sus vecinos del Este, empezaron a hacer correrías por las tierras más a mano, saqueándolas.

        Demetrio III salió a luchar contra unos y otros, pero fue derrotado por los Partos. Éstos se llevaron preso a Demetrio III Eucarios y el año 88 lo mataron.

        Año 87 AEC.

        Al saberse la noticia de la muerte de Demetrio III Eucarios, el hermano que quedaba, Antíoco XII Dionisos, ocupó el lugar de su hermano en Damasco, alzándose con la corona. Sólo quedaba en Antioquía su hermano Filipo I Filadelfo, pues el primo, Antíoco X Eusebio, parece que había muerto el año 90 luchando contra los Partos.

        Antíoco XII Dionisos (87-84), heredó los problemas de su hermano, y renovó su alianza con Egipto. Pero de poco le sirvió. Luchó contra los judíos, como hizo su hermano, y tuvo que hacer frente a los árabes nabateos, que, ya sin ningún respeto, asolaban la parte Sur de sus dominios. Organizó un ejército y salió contra los árabes, expertos jinetes. Parece que Antíoco XII Dionisos no era muy buen estratega, porque en la batalla que se entabló los jinetes nabateos le cercaron y mataron. Muerto el jefe, su ejército se desintegró y busco su salvación en la huida. Los árabes nabateos aprovecharon el éxito obtenido y ocuparon Damasco, la capital Sur del Imperio. Era el año 84.

        Esta parte final de la historia del Imperio Seleúcida parece querer deciros que la inercia es un poderosos motor de los pueblos y sus dirigentes. Los herederos de Antíoco VIII Grifo apenas tienen un pequeño reino donde caerse muertos. Y sin embargo siguen peleando entre sí, absortos en su ombligo y sin darse cuenta de lo que todos sus vecinos se dieron cuentan, que gastando las pocas fuerzas que les quedaban en peleas intestinas destrozaban su propio futuro. Eso es miopía política, falta total de visión de Estado, andar a la rebatiña, ser un desgraciado …

        Año 83 AEC.

        Mientras Antíoco XII Dionisos trataba sin éxito de defender la parte Sur del depauperado Imperio, en el Norte, su hermano Filipo I Filadelfo hacía frente a la ambición de Tigranes II (140-55), el rey de Armenia. Éste había sometido ya una parte importante de los territorios circundantes y dio el golpe de gracia al Imperio Seleúcida, apoderándose de todo el Imperio y deshaciéndose de sus monarcas el año 83.

        A la vista del mapa que sigue, con la máxima extensión del Imperio de Tigranes II de Armenia, podemos recordar varios nombres de reinos que aparecen en libros de Historia antigua, como la Cólquide, en morado, junto al Mar Negro, las Sarmacia de los sármatas, Iberia, el Ponto, en amarillo claro, Capadocia y Cilicia,  viejas conocidas nuestras, la Comagene, la Osroene, la Adiabene y la Media Atropatene. En Judea, Cesarea marítima, además de Jerusalén. Muchos de estos nombres salen en el Nuevo Testamento.

        Y, sobre el Eúfrates, Dura-Europos, objeto de nuestras más serenas disputas. Por un tiempo efímero, estas regiones formaron parte del Imperio Armenio. En breve, Roma aparecerá en escena y lo convertirá todo en una u otra provincia romana. El reino de Armenia quedará como reino tapón entre Roma y el Imperio Parto, forcejeando uno y otro Imperios para que el monarca de Armenia sea un títere propio. Pero eso es adelantarnos mucho.

Imperio de Tigranes y reinos vasallos, antes de ceder ante Roma.       Año 94 AEC.

        Muerto el primogénito del difunto Grifo, quedaban otros cuatro varones. Los tres mayores acordaron que el monarca principal fuera Demetrio III Eucarios, el cual asoció a sus otros dos hermanos al poder. Con ello se instalaban tres hermanos al frente del ya magro Imperio Seleúcida: Demetrio III Eucarios, Antíoco XI Epífanes y Filipo I Filadelfo.

        Demetrio III se alió con el Faraón reinante en Egipto, Ptolomeo IX, con quien tenía un lejano parentesco por vía materna. Demetrio III volvió a recuperar parte de los territorios cercanos a Damasco, en la parte Sur de Siria, donde tenía su capital, que habían sido arrebatados a su padre y a su hermano.

        Año 93 AEC.

        Formó alianza con sus hermanos para atacar al primo, Antíoco X Eusebio, que tenía su capital en Antioquía del Orontes. Pero el primo venció en la confrontación y cuando el ejército combinado de los hermanos se retiraba, al pasar un río, uno de ellos, Antíoco XI Epífanes, se ahogó.

        Demetrio III Eucarios derrotó a Alejandro Janeo, rey de Judea, pero no pudo ocupar el territorio, dada la animadversión que sus tropas despertaban en la políticamente activa población judía.

Dos últimas generaciones de monarcas Seleúcidas.

        Año 91 AEC.

        El tercer hermano, Filipo I Filedelfo, arrebató Antioquía al primo odiado, Antíoco X Eusebio. Al saber la noticia, a Demetrio III Eucarios le pareció que Antioquía debía pasar a ser posesión suya. Su hermano dijo que ni hablar, así que el monarca principal,Demetrio III Eucarios, se preparó para hacerle la guerra a su hermano. 

        Pero no tuvo ocasión. Viendo el cisco que había en el Imperio Seleúcida, los reinos contiguos entendieron que era el momento de aprovecharse de la debilidad del vecino y, aplicando la ley aquí enunciada, hacerse con una buena parte de su territorio. Los árabes nabateos, con capital en Petra, al Sur, el rey de Armenia, Tigranes II, al Norte, y los poderosos Partos, sus vecinos del Este, empezaron a hacer correrías por las tierras más a mano, saqueándolas.

        Demetrio III salió a luchar contra unos y otros, pero fue derrotado por los Partos. Éstos se llevaron preso a Demetrio III Eucarios y el año 88 lo mataron.

        Año 87 AEC.

        Al saberse la noticia de la muerte de Demetrio III Eucarios, el hermano que quedaba, Antíoco XII Dionisos, ocupó el lugar de su hermano en Damasco, alzándose con la corona. Sólo quedaba en Antioquía su hermano Filipo I Filadelfo, pues el primo, Antíoco X Eusebio, parece que había muerto el año 90 luchando contra los Partos.

        Antíoco XII Dionisos (87-84), heredó los problemas de su hermano, y renovó su alianza con Egipto. Pero de poco le sirvió. Luchó contra los judíos, como hizo su hermano, y tuvo que hacer frente a los árabes nabateos, que, ya sin ningún respeto, asolaban la parte Sur de sus dominios. Organizó un ejército y salió contra los árabes, expertos jinetes. Parece que Antíoco XII Dionisos no era muy buen estratega, porque en la batalla que se entabló los jinetes nabateos le cercaron y mataron. Muerto el jefe, su ejército se desintegró y busco su salvación en la huida. Los árabes nabateos aprovecharon el éxito obtenido y ocuparon Damasco, la capital Sur del Imperio. Era el año 84.

        Esta parte final de la historia del Imperio Seleúcida parece querer deciros que la inercia es un poderosos motor de los pueblos y sus dirigentes. Los herederos de Antíoco VIII Grifo apenas tienen un pequeño reino donde caerse muertos. Y sin embargo siguen peleando entre sí, absortos en su ombligo y sin darse cuenta de lo que todos sus vecinos se dieron cuentan, que gastando las pocas fuerzas que les quedaban en peleas intestinas destrozaban su propio futuro. Eso es miopía política, falta total de visión de Estado, andar a la rebatiña, ser un desgraciado …

        Año 83 AEC.

        Mientras Antíoco XII Dionisos trataba sin éxito de defender la parte Sur del depauperado Imperio, en el Norte, su hermano Filipo I Filadelfo hacía frente a la ambición de Tigranes II (140-55), el rey de Armenia. Éste había sometido ya una parte importante de los territorios circundantes y dio el golpe de gracia al Imperio Seleúcida, apoderándose de todo el Imperio y deshaciéndose de sus monarcas el año 83.

        A la vista del mapa que sigue, con la máxima extensión del Imperio de Tigranes II de Armenia, podemos recordar varios nombres de reinos que aparecen en libros de Historia antigua, como la Cólquide, en morado, junto al Mar Negro, las Sarmacia de los sármatas, Iberia, el Ponto, en amarillo claro, Capadocia y Cilicia,  viejas conocidas nuestras, la Comagene, la Osroene, la Adiabene y la Media Atropatene. En Judea, Cesarea marítima, además de Jerusalén. Muchos de estos nombres salen en el Nuevo Testamento.

        Y, sobre el Eúfrates, Dura-Europos, objeto de nuestras más serenas disputas. Por un tiempo efímero, estas regiones formaron parte del Imperio Armenio. En breve, Roma aparecerá en escena y lo convertirá todo en una u otra provincia romana. El reino de Armenia quedará como reino tapón entre Roma y el Imperio Parto, forcejeando uno y otro Imperios para que el monarca de Armenia sea un títere propio. Pero eso es adelantarnos mucho.

Imperio de Tigranes y reinos vasallos, antes de ceder ante Roma

(Fuente: http://es.wikipedia.org/wiki/Archivo:Maps_of_the_Armenian_Empire_of_Tigranes.gif )

        El año 83 Tigranes II, rey de Armenia, conquista el Imperio Seleúcida. La dinastía Seleúcida parece abocada a su fin. Pero hay un vecino que está asomando al Asia Menor, Roma. A Roma le regalaron el reino de Pérgamo , al morir Atalo III, el año 133, como ya vimos en su día. Y Roma ha decido expansionarse hacia el Este hasta encontrar a un Imperio digno de tal nombre. Y lo hallará en el Imperio Parto. Pero el de Tigranes no es un Imperio que se precie. Y Roma envía a sus legiones para que den para el pelo al Tigranes ése, Emperador de pacotilla. Al mando de ellas, el general Lúculo. Pero Lúculo no hará, como César dijo que hizo, «llegar, ver y vencer«. Tigranes se lo pondrá difícil.

Enlace con el próximo día.

Fernando Conde Torrens es autor de «Simón, opera magna», «El Grupo de Jerusalén», «La Salud» y una serie de artículos sobre el mundo de las ideas. En https://www.sofiaoriginals.com/ expone los resultados de sus investigaciones sobre la eterna búsqueda del ser humano. En http://simonoperamagna.blogs.com/  hay comentarios y más información sobre este libro.

(Fuente: http://es.wikipedia.org/wiki/Archivo:Maps_of_the_Armenian_Empire_of_Tigranes.gif )

        El año 83 Tigranes II, rey de Armenia, conquista el Imperio Seleúcida. La dinastía Seleúcida parece abocada a su fin. Pero hay un vecino que está asomando al Asia Menor, Roma. A Roma le regalaron el reino de Pérgamo , al morir Atalo III, el año 133, como ya vimos en su día. Y Roma ha decido expansionarse hacia el Este hasta encontrar a un Imperio digno de tal nombre. Y lo hallará en el Imperio Parto. Pero el de Tigranes no es un Imperio que se precie. Y Roma envía a sus legiones para que den para el pelo al Tigranes ése, Emperador de pacotilla. Al mando de ellas, el general Lúculo. Pero Lúculo no hará, como César dijo que hizo, «llegar, ver y vencer«. Tigranes se lo pondrá difícil.

Enlace con el próximo día.

Fernando Conde Torrens es autor de «Simón, opera magna», «El Grupo de Jerusalén», «La Salud» y una serie de artículos sobre el mundo de las ideas. En https://www.sofiaoriginals.com/ expone los resultados de sus investigaciones sobre la eterna búsqueda del ser humano. En http://simonoperamagna.blogs.com/  hay comentarios y más información sobre este libro.

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