Malas reacciones 3 Siglo XX
© Copyright Fernando Conde Torrens, el 27-9-2.006
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……….Vimos en días pasados la obra de Edward Gibbon «Historia de la decadencia y ruina del Imperio romano« , escrita a finales del siglo XVIII, y otra obra, «Crímenes del Cristianismo«, de los librepensadores Foote y Wheeler, éstos, de finales del siglo XIX.
……….Conocemos en ambos casos las reacciones de los defensores de la ideología ortodoxa (que a sí mismo se denomina ortodoxa, de ortos = correcta, doxa = enseñanza, la enseñanza verdadera). Voy a llamar la atención no sobre el hecho de la prisión por blasfemia del autor de la obra segunda, sino sobre la campaña de silencio montada, al menos en este santo país, sobre el autor de la primera.
……….Puedo hablar por experiencia personal. Cuando tuve dudas de si mis ideas eran las correctas, orto, me puse a averiguar de dónde venían tales ideas y qué personajes a lo largo de la Historia habían destacado como impulsores de ideas, de las orto y de las no tan orto. Por ejemplo, Sócrates fue uno de tales personajes. E intenté saber lo que decía Sócrates leyendo la obra de su discípulo Platón. E incluso la de Jenofonte.
……….Yo pensaba, en mi ingenuidad juvenil, que los demás bípedos, cuando tendrían dudas, o le se les planteara una polémica, sobre la discutible veracidad de sus creencias, harían lo que un servidor hizo, ponerse a analizar la cosa. Me costó tiempo constatar que no siempre era así. Es más, que casi nunca era así. Que los defensores de la cosa orto, no se ponían a analizar pacientemente si sus creencias eran las correctas, sino que, en vez de eso, ignoraban la objeción planteada por el exterior y trataban a ese exterior como si de su enemigo, o de un apestado, se tratara, negándole el saludo y la palabra, que, antes de la confrontación ideológica, había sido fluida y hasta amigable.
……….Y nadie me diga que posiblemente planteé la confrontación de las ideas de manera brusca, burda o maleducada. Fui todo sonrisas y «savoir faire«, que dicen los franceses, «saber hacer«, traducido. A pesar de toda mi diplomacia, nunca más se supo del tema. Y el silencio se extendió a todo el contacto.
……….Y sólo cuando, leyendo las aventuras de otros «exteriores» discrepantes, planteantes o incordiantes, me he dado cuenta de que las reacciones se repiten con matemática precisión, es cuando he llegado a las conclusiones que expongo unilateralmente en este blog, a saber, que los defensores de la ortodoxia tienen como respuesta primera ignorar en absoluto toda afirmación que se oponga a su verdad orto. Que la segunda consiste en no promiscuarse ya nunca más con el portador del virus heterodoxo, la enseñanza no correcta, de hetero, distinta. Y que eso se hace en tiempos modernos, cuando ya no es posible encerrar al que incordia y menos condenarlo por hereje y manzana podrida.
……….Pero estoy quizás adelantando conclusiones y eso no es procedente. Veamos la reacción dudosa de hoy. Ya en nuestros tiempos, veamos lo que le sucedió a una investigadora sobre el tema de la muerte. Y para ello cedo la palabra al autor del libro siguiente, sobre, claro está, la muerte, ese desagradable y siempre inoportuno tema que es políticamente incorrecto sacar.
………. Malas reacciones 3 Siglo XX
Libro citado
Editado en el año 2.002.
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……….Copio, como en otras ocasiones, de la página 54 y siguientes, un breve resumen de la trayectoria personal de una investigadora de fama mundial, de la doctora Elisabeth Kübler-Ross, autora de tres libros sobre el tema tabú.
……….«Cuando la doctora Kübler-Ross escribió su libro «Sobre la muerte y los moribundos« llevaba relativamente poco tiempo entrevistando a pacientes en fase terminal. El libro se basaba en los resultados de unas doscientas entrevistas con moribundos, pero, desde nuestro punto de vista, quizás lo más valiosos de la aportación social de la doctora Kübler-Ross sería su segunda etapa, en la que, en los primeros años de la década de los 70, centró sus investigaciones en la Vida después de la vida, llevando a cabo más de 20.00 entrevistas con personas entre los dos y los 99 años que habían tenido experiencias cercanas a la muerte o que habían estado clínicamente muertas temporalmente. Esto explica la progresiva evolución que vivió Elisabeth Kübler-Ross a lo largo de este proceso de escucha y aprendizaje …»
……….Como el lector comprueba, la doctora citada no se planteó dudar de la historicidad de Cristo, ni el papel de Constantino en el nacimiento del Cristianismo. Su interés era mucho más inofensivo, los procesos que danzan alrededor de la muerte. Mas, helas! que dicen los franceses (traducido, ay!), no sólo los temas referidos sobre historicidad y roles, son mal vistos por los defensores orto. Cualquier excursión de humano, por muy médico que sea, sobre el terreno de la muerte que manda Dios, está mal visto y es reo de señalamiento digital. A Dios no se le puede estudiar …
……….«Muchas de estas experiencias y conclusiones las desgrana brillantemente la doctora Kübler-Ross en sus posteriores libros, como el clásico y esperanzador «La muerte, un amanecer«, que resultan altamente enriquecedores y aportan luz y esperanza a millones de personas en todo el mundo, pero que, al mismo tiempo, han supuesto grandes reveses para esta insigne mujer que, a lo largo de su proceso personal, debió afrontar el pasar de ser laureada, galardonada y valorada como prestigiosa investigadora, a sufrir el rechazo de los estamentos más conservadores de la medicina y de la ciencia oficiales e incluso a ser ampliamente criticada por muchas personas que nunca comprendieron cómo un personalidad de tan brillante carrera se había perdido (según ellos) por los caminos de la especulación seudocientífica, hablando de vida más allá de la vida …»
Malas reacciones 3 Siglo XX
La obra más conocida de la doctora Kübler-Ross
Editado en 1.992.
. . Malas reacciones 3 Siglo XX
……….De manera que también en nuestros días, las actividades que no están plenamente de acuerdo con las coordenadas ideológicas orto, son reo de lesa majestad.
……….Ésta no es una postura científica, racional, lógica, adulta. Cerrar los ojos ante determinada faceta de la vida – y la muerte es una, y además, inevitable – y no querer mirar, por miedo a lo que pueda pasar si se sabe, es una postura impropia de una persona adulta. No querer que nadie mire porque las ideas propias pueden peligrar si se mirara, es … (calificativo a cargo del lector).
……….Lo científico es mirar con ojos al menos indiferentes los esfuerzos de personas que deciden analizar con detenimiento determinado aspecto. Es su tiempo el que van a dedicar a ello, no el nuestro. Y luego, escuchar, si el tema nos interesa, lo que tengan que decir, sus hallazgos, conclusiones, argumentos de defensa, etc. Y sobre ellos adoptar una postura de aceptación, interés o rechazo.
……….Pero adoptar la postura sin oír, ver, ni entender, o, peor aún, desprestigiar al que investiga porque lo hace sobre aspectos que uno entiende que debieran quedar bajo la niebla sempiterna de los tiempos, he aquí una postura acientífica y anticientífica. La Tierra seguiría siendo plana, los monstruos seguirían poblando los mares y la peste, asolando la verde Europa. Tal vez aquellos tiempos sean los que algunos añoran …
……….El próximo día, un tema descarado por demás, el Carbono 14 y determinado lienzo.
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Siguiente artículo: Malas reacciones 4. Siglo XX.
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……….Fernando Conde Torrens es autor de «Simón, opera magna», «El Grupo de Jerusalén», «Año 303. Inventan el Cristianismo», «La Salud» y una serie de artículos sobre el mundo de las ideas. En https://sofiaoriginals.com expone los resultados de sus investigaciones sobre la eterna búsqueda del ser humano.
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