Por Mundo Esotérico y Paranormal
………. Pueden volar a través de las paredes o rodear los planetas, convertirse en luz pura o encontrarse con seres queridos fallecidos. Muchos tienen experiencias felices de amor universal. La mayoría no quiere volver a vivir. Cuando lo hacen, en ocasiones están dotados de capacidades especiales: pueden predecir el futuro o intuir los pensamientos de las personas.
………. Muchos terminan infelices y divorciados, rechazados por sus seres queridos o amigos, cargados con un conocimiento que no se atreven a compartir. Son los llamados “viajeros de la muerte”. Puede parecer ciencia ficción, pero no lo es. Estos son los testimonios de personas que han tenido experiencias cercanas a la muerte (ECM) y regresaron del otro lado para contar su propia historia.
………. Los avances en la Medicina nos están permitiendo “resucitar a los muertos”. Hasta el siglo XX, la muerte se determinaba colocando un espejo en la boca del paciente. Si no se empañaba, la persona estaba muerta. Ahora vivimos en lo que se conoce como la “era de Lázaro”.
………. Pero incluso así la comunidad científica y religiosa son reacias a la idea de las ECM. Todas las experiencias registradas demuestran que la muerte no es el fin: es la emancipación temporal, que se te da cuando el universo determina que tu cuerpo y entorno actuales han cumplido su propósito.
………. Y ahora, un reconocido neuropsiquiatra ha afirmado que las personas que está a las puertas de la muerte reciben visitantes espirituales.
Visitante del Más Allá ……….
………. En una reciente entrevista, el Dr. Peter Fenwick, que es Neuropsiquiatra y reconocido como una autoridad de prestigio en el estudio de la relación mente-cerebro, reveló qué son los visitantes al final de la vida y cuándo aparecerán.
………. Durante una entrevista con su colega el Dr. Jens Rohrbeck, el Dr. Fenwick reveló que la gente ve “visitantes” que no están entre nosotros semanas antes de su muerte.
………. “Ahora qué es un visitante en el lecho de muerte, son familiares que vienen a ti y lo hacen de una manera específica”, dijo el Dr. Fenwick, según recoge el periódico británico Daily Express. “Pueden estar fuera de la habitación en la que te estás muriendo o pueden entrar en la habitación que es bastante común. Tú, por supuesto, hablarás con ellos y luego algunos de ellos se sentarán en la cama y te hablarán. ¿Por qué se sientan en la cama? Porque es enormemente reconfortante para ti tener a alguien sentado en la cama.
………. Tomamos cien visiones en el lecho de muerte y las analizamos en busca de contenido. Descubrimos que las personas más comunes que vienen son parientes de primer grado: La madre y el padre se ven comúnmente. Los cónyuges fallecidos son bastante comunes. Pero también descubrimos que vienen hermanos y hermanas. Personas que no conoces de vez en cuando. Animales, no muchos.”
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………. El Dr. Fenwick también afirmó que los llamados “visitantes” en las visiones son realmente seres espirituales. Explicó que se comportan de manera diferente a los familiares.
………. “Suelen esperar fuera del Hospicio, del albergue. Y se les ve por la ventana, o pueden acercarse a la puerta y entrar algunos”, agregó el Neuropsiquiatra.
………. El Dr. Fenwick es reconocido por sus estudios sobre los fenómenos al final de la vida y ha recopilado cientos de casos sobre experiencias cercanas a la muerte. Los fenómenos del final de la vida son una serie de experiencias relatadas por quienes están muriendo.
………. Además ha afirmado que su investigación en el área puede demostrar que la mente sigue ahí después de que el cerebro está muerto.
………. Aunque la comunidad científica no reconoce la posibilidad de la vida después de la muerte, cada vez son mas los científicos que creen en esta idea. A principios de año, una nueva investigación científica demostró que la mediumnidad y otras capacidades como la clarividencia son completamente reales.
………. Según investigadores que participaron en este estudio, las personas que escuchan voces de los muertos están experimentando comunicaciones clariaudientes.
………. El Estudio, que incluyó a 65 Médiums de la Unión Nacional de Espiritistas (SNU) y 145 personas normales, encontró que los Médiums son más propensos a actividades mentales inmersivas, como actividades imaginativas, o experimentar estados alterados de conciencia. Y con frecuencia tienen problemas auditivos inusuales.
………. El 65 % de participantes que escuchan a los muertos revelan que solían comunicarse con ellos «dentro de la cabeza».
Fotografía sacada con «doble exposición», tapando el objetivo abierto de continuo, mientras se coloca la persona «fantasma».
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………. Todo esto nos demuestra que hay otro tipo de vida después de la muerte física. Es inevitable, cada uno de nosotros va a morir algún día, así que no sirve de nada tener miedo a la muerte.
………. No hay que sentir ningún tipo de miedo ante la perspectiva de perder la conciencia de tu cuerpo mientras duermes. Aceptas el sueño como un estado de libertad. También lo es la muerte. Es un estado de reposo, una pensión de esta vida. No hay nada de qué preocuparse.
………. Cuando llegue la muerte, hay que reírse de ella. La muerte es solo una experiencia a través de la cual debes aprender una gran lección: no puedes morir.
………. Nuestro yo real, el alma, es inmortal. Podemos dormir un poco en ese cambio llamado muerte, pero nunca podremos ser destruidos. Existimos y esa existencia es eterna. La ola llega a la orilla y luego vuelve al mar; no está perdido. Se vuelve uno con el océano o vuelve de nuevo en forma de otra ola.
………. Este cuerpo ha venido y desaparecerá; pero la esencia del alma en tu interior nunca dejará de existir. Nada puede acabar con esa conciencia eterna. Incluso una partícula de materia o una onda de energía es indestructible, como ha demostrado la ciencia; el alma o esencia espiritual de una persona también es indestructible.
………. La materia sufre cambios; el alma pasa por experiencias cambiantes. Los cambios radicales se denominan muerte, pero la muerte o un cambio de forma no cambia ni destruye la esencia espiritual. Y muchos científicos, como el Dr. Peter Fenwick, están convencidos de ello.
………. ¿Crees en la vida después de la muerte? ¿La muerte simplemente es una fase más de nuestra vida eterna?
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Por fin algún científico acierta Por fin algún científico acierta Por fin algún científico acierta Por fin algún científico acierta Por fin algún científico acierta Por fin algún científico acierta Por fin algún científico acierta Por fin algún científico acierta Por fin algún científico acierta Por fin algún científico acierta Por fin algún científico acierta Por fin algún científico acierta
Me han borrado un comentario. No sabía que aquí hubiera censura
Es que la exposición de tu punto de vista, sin dar razón o argumento alguno que lo apoye, lo debes publicar en tu propio sitio Web. No entrar en otro sitio que defiende todo lo contrario con razones no pocas.
Para entrar en sitio ajeno y llevarle la contraria, debes llevar la contraria a lo que se dice en el artículo al que entras para llevar la contraria. Y para eso hay que estar mínimamente preparado y atacar puntos concretos del artículo que intentas desmontar. Eso brillaba por su ausencia. Por eso lo eliminé, por insubstancial. Insiste en tu propio Blog, por favor.
Eso no es así, estimado amigo. Por no compartir la visión que tiene alguien de algo no es motivo de censura. Otra cosa es que hubiera entrado insultando o faltando al respeto, entonces la censura está más que justificada, pero no fue el caso.
Mi punto de vista viene dado simplemente por la pregunta que se hace al final. Cito, » ¿Crees en la vida después de la muerte?» No respondí con un sí o un no, ya que eso me parece una respuesta muy simple, así que la desarrollé. Y lo hice desde la comprensión absoluta de lo que me rodea y llevo observando desde que tengo uso de razón.
No, no he visto ningún espíritu de un familiar, amigo o conocido. Tampoco he visto el alma de familiares muy cercanos en los que estuve con ellos en sus últimos momentos, ni trascender, ni nada por el estilo. Ojala, pero no.
Es por ello que no creo ni en almas, ni espíritus, ni vidas después de la muerte. Al final, esto es como las religiones, si quieres te lo crees y sino no, pero que pruebas ya le digo yo que no hay.
Y no se lo tome a mal, amigo mío. No coincidiremos en este tema, lo cual es muy licito, pero estoy con usted al 100% con lo de 303.
Pues nada, estupendo. La opinión de una persona, por muy científico que sea, como diría aquel, no tiene que “ir a misa” porque estemos de acuerdo con él, porque se adapte a lo que pensamos. Hay muchos más argumentos en contra que a favor. La ciencia ha demostrado por activa y por pasiva que el “alma” no es otra cosa que la mente “creada” por el cerebro, con sus neuronas y demás. Otra cosa es que esa mente nos juegue una mala pasada, por decirlo de alguna manera, y es que no quiere morir y se agarra a un clavo ardiendo, creer en lo que sea con tal de calmar su angustia pensando en la muerte.
¿Qué pasa con la persona que muere instantáneamente al recibir un disparo o que le cae una cornisa en la cabeza cuando paseaba tranquilamente? Es una discriminación, ¿por qué unos tienen la suerte de recibir “visitas del más allá” y otros no?
Por cada “razón” que dé alguien que crea en esas “cosas” hay miles de razones que demostrarán lo contrario.
Estoy pensando ahora mismo en alguien que no sea capaz de hacer amigos en esta vida (en el más acá). ¿Cómo se las apañará cuando tenga que vivir eternamente en el más allá?
Se me ocurre también que alguien que aquí abajo tenga una deficiencia mental, cuando abandone su cuerpo será una persona sana, inteligente (¿para qué le servirá esa inteligencia?).
Otra ocurrencia: Yo mismo soy totalmente dependiente de mi pobre cerebro, si me libero de él dejaré de ser yo, seré otro, yo habré muerto definitivamente.
No sé, es que…
No acabo de entender cómo una mente tan científica como la suya que ha escrito un libro tan interesante como el “Año 303”, pueda adaptar su forma de pensar a algo tan poco científico. Su libro me ha hecho reflexionar sobre algo que ya sospechaba, que todas las mentiras del cristianismo se urdieron en el siglo IV, y que me ha hecho estudiar al personaje principal de toda la trama, el tal Eusebio, que está claro que no sólo ha sido el inventor de los evangelios sino de todos los personajes del cristianismo primitivo, bien llamado así porque nada se sabe históricamente sobre esa época si no fuera por las fantasías de este personaje que elaboró junto a otros siniestros personajes de ese siglo.
No pasa nada si no me lo publica, pero tenía que decirlo.
Bien, Víctor. Eres al arquetipo de la persona que pretende comprender cosas sutiles, trascendentes, profundas, con las capacidades inútiles para ese trabajo, las inferiores, las superficiales. No te culpo, funcionas con lo que has desarrollado. Y por eso tienes “ocurrencias”, como tú las llamas.
Respondo primero a tus ideas.
Dices: “Hay muchos más argumentos en contra que a favor.”
Pero es que las cosas trascendentes no se debaten con argumentos. No se debaten, lo primero. De temas trascendentes, de política, de religión, de toros y de mujeres (los hombres) no se debe debatir, discutir. Es inútil. Sólo separa.
Lo trascendente “se siente” por dentro, o no hay nada que hacer. Es como el Amor, se siente o no se siente. No se puede explicar, ni argumentar. ¿De qué le vale a un solterón que le argumenten las ventajas del Amor? ¿Va a enamorarse por eso? Pues igual.
Sigues. “La Ciencia ha demostrado por activa y por pasiva”. Tertulia sobre creyentes y no creyentes
Que no es cuestión de demostrar, Víctor. Las cosas internas no cabe demostrarlas. Es utópico confiar en la Ciencia para entrar en ese terreno.
Lo de que la mente “no quiere morir y se agarra a un clavo ardiendo, creer en lo que sea con tal de calmar su angustia pensando en la muerte.”
Con eso me parece que no te refieres a personas en concreto, sino que hablas en general. He conocido a personas enfermas que estaban deseando morirse, y otras sanas que no le tenían ningún miedo a la muerte. Y no pocas.
Ese temor les pasa a las personas despistadas, ignorantes, que no saben qué hay después. A muchos cristianos practicantes, a pesar de «practicar». Pero es que “practicar” … sólo … no llena, no da confianza. Por eso temen.
Luego añades, hablando del que muere de repente, que, según tú, no recibe visitas de familiares difuntos: “Es una discriminación, ¿por qué unos tienen la suerte de recibir “visitas del más allá” y otros no?”
¿Y qué sabes tú – que lo ignoras todo sobre lo trascendente – lo que les pasa a unos y a otros? Es una temeridad afirmar lo que afirmas, que no reciben acompañamiento de familiares que velen por ellos. ¿Qué sabes tú del tiempo que pasa entre que le perforan los sesos y que decide seguir al camino correcto? Aventuras hechos que no conoces para apoyar tus objeciones.
Más aún: “Por cada “razón” que dé alguien que crea en esas “cosas” …”. Ya te he dicho que no es cuestión de “razones”, ni de argumentos. Cuando me toque hablar a mí, te diré qué te pasa y por qué piensas como piensas.
Acabas de hablar de tus concepciones con: “Otra ocurrencia: Yo mismo soy totalmente dependiente de mi pobre cerebro, si me libero de él dejaré de ser yo, seré otro, yo habré muerto definitivamente.”
Esto lo dices porque te identificas con tu cerebro, con tu mente, con tus pensamientos. Supongo que si fueras “Victoria”, te identificarías con tu corazón. Tampoco acertarías entonces. Esa identificación dice mucho de tu estado, de tu situación, de tu “nivel de Evolución”.
Voy a comentar tus objeciones. Luego paso a tu último enfoque. El problema que tienes, Víctor, es que estás a medio camino. Has superado la creencia, la creencia en teorías falsas, burdas, infantiles, en el Cristianismo. Y hay que felicitarte por ello.
Es un paso. Pero es insuficiente. Es imprescindible. Pobre de ti si siguieras creyendo, y “practicando” lo de ir a Misa. Y pensando que con eso estabas a salvo. Pero te falta un segundo paso. Te falta desarrollar las “Capacidades Superiores”.
Aquí tienes cómo explico de manera resumida qué es eso de las “Capacidades Superiores”, la “Semilla” empezando a brotar de la tierra, que eres tú:
https://youtu.be/2VYUzdeqS7E
Querer entender las cosas sutiles, trascendentes, con la mente de aprender la tabla de multiplicar es como querer oír la música de un disco un ciego, pasando la mano por el disco microsurco, o el CD. Inútil.
Vamos con tu última idea: Que no entiendas que yo “pueda adaptar mi forma de pensar a algo tan poco científico.” Es que imaginas que yo sigo tus pasos, que opero con tus facultades, con las capacidades que tú has puesto en marcha. Y no es así. Yo he puesto en marcha otras. Las traía ya puestas cuando nací. Y no pretendo presumir, sino explicarte lo que hay. Te darás cuenta un día, cuando las desarrolles.
Una gran parte del problema es que muchos identifican a la Divinidad como el Dios cristiano, el Dios pintarrajeado por el ignorante de Lactancio. Ese no es, Victor, desde luego que no. Es diferente. Y no es creer en Él. Él no precisa que creamos en Él, ni que la adoremos, ni que le recemos. Por favor …
Suponer que todo el que acepta una Divinidad cree, o acepta, el Dios cristiano es un error garrafal. Está, sobre el papel, el Dios de Lactancio. Y luego existe la Divinidad real, que no tiene nada que ver. Y la Divinidad real no es que sea poco científica – eso es la que inventó Lactancio – es que está más allá de la Ciencia, si los científicos de bata blanca usan tus mismos instrumentos, la mente de la tabla de multiplicar.
Decía Dun Scotto Eriúgena, en tiempos de Carlomagno, que, en temas profundos, «la autoridad reside en el interior del oyente». Es ese interior el que ha de desarrollarse, Víctor. Sin ese desarrollo el humano se pierde lo mejor de la vida. Ya se dará cuenta y volverá, a desarrollar lo que no desarrolló en esta vida … Eso si no se da cuenta en esta vida, que justo para eso es …
He pasado nuestra charla a ”El Camino” de la Web, porque hablamos de temas interesantes … Si lo prefieres, cambiamos el título.
Un abrazo y gracias por tu sinceridad, Víctor.
Estimado Víctor.
He leído con detenimiento lo expuesto por usted anteriormente y me atrevería a decir que hemos caminado por la misma senda, por eso, me gustaría conversas con usted del tema. Para ello, le pido permiso para que don Fernando me pueda facilitar su correo o que él se ponga en contacto con usted para que le dé el mío si no le supone mucha molestia. De esta forma, no desvirtuaremos el tema aquí tratado con nuestra conversación.
Un cordial saludo.