Súbditos a medias Mundo helenístico 61
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© Copyrigth Fernando Conde Torrens, el 13-1-2.012
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* La relación rey-ciudades. Súbditos a medias Mundo helenístico 61
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Hay una diferencia fundamental entre la manera en que el monarca macedonio consideraba a sus súbditos, vecinos del reino de Macedonia (considerando macedonios a los tesalios) y la manera de relacionarse con los habitantes de las ciudades griegas. Y al revés. A los ojos de un griego, los macedonios eran sumamente raros, ya que no tenía un centro religioso donde adorar a los dioses y celebrar juegos, y no eran ciudadanos de su ciudad, sino que eran devotos de su monarca, cosa que ellos no eran. No en vano la Historia pasada reflejaba una hostilidad helena al vecino del Norte, que había acabado por vencerlos, a pesar de haberse unido todos. Y no en vano Alejandro había vendido como esclavos a todos los habitantes de Tebas, la ciudad que más se le resistió.
Como consecuencia de ese pasado, la Hélade no era favorable al monarca macedonio reinante, y guardaba con Macedonia la máxima distancia que permitían las circunstancias. Por su parte, el rey macedonio deseaba no tener problemas con Grecia. Para lo que tenía que mantenerla sometida y al mismo tiempo pacífica. Las circunstancias históricas cambiantes, el hecho de que a la Grecia la hubiera conquistado alguien del exterior, bárbaro otrora, establecía un nuevo marco. Y los reyes macedonios oscilaban entre tratar a las ciudades griegas como aliados y como súbditos. El grado de acercamiento dependía, además y sobre todo, de la importancia estratégica de la ciudad. De modo que había ciudades y ciudades.
Esta situación vivida en Grecia bajo la monarquía macedonia fue una transición entre su autonomía como ciudad-estado y su inserción en el Imperio Romano. Una ciudad considerada súbdita del soberano era intervenida, se establecía en ella una guarnición de tropas macedonias o se ponía en el poder a una oligarquía favorable a Macedonia o se nombraba un gobernador (tirano, en el vocabulario de la época) de confianza.
Genealogía de los Antigónidas, reyes de Macedonia
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Alejandro había tratado a las ciudades griegas como aliadas, salvando los casos de resistencia frontal. Pero Alejandro tenía mucho poder. Antípater, el regente dejado por Alejandro, cambió y las consideró súbditas. Los Atálidas, los reyes de Pérgamo, eran de la misma opinión que Antípater, ciudad conquistada era ciudad súbdita. Casandro, mantuvo la política de su padre, súbditas. Antígono I, que fue rival de Casandro, durante años trató a las ciudades como aliadas. Pero el tiempo le mostró que su política inicial era poco práctica y más tarde puso guarnición en las que le pareció conveniente hacerlo. A su hijo Demetrio I le pasó lo que al padre, empezar con guante blando y terminar con mano dura. Tanto Demetrio I Poliorcetes como Lisímaco, el Diadoco de la Tracia, al Este de Macedonia, introdujeron los impuestos, tomando como modelo lo que Alejandro había recibido de las ciudades como contribución de guerra, supuestamente voluntaria. A los griegos la idea de pagar impuesto les resultaba muy dura.
Hubo alternancias, aunque la mayoría de los monarcas helenistas tendieron a tratar a las ciudades como súbditas. Aunque también hubo ciudades en Grecia que apenas estuvieron sometidas a intervención real alguna, las ciudades de importancia estratégica nula, perdidas en lo que se suele llamar el trasero del mundo.
De todas formas, vamos a ver que formando parte de una Liga, cosa que casi todas las ciudades hacían, la plena libertad tampoco se daba. Una ciudad, que antes de ser invadida por Macedonia, tenía su Asamblea, su Consejo y sus magistrados. Las Asambleas, por lo complicado de la convocatoria y la relativa importancia de los asuntos a tratar, salvo excepciones – cayeron en desuso, y la labor rectora de facto la ejercía el Consejo, o los magistrados por su cuenta.
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Restos de las murallas de Demetrias, capital macedonia de Demetrio I Poliorcetes
(Fuente: Historia de la Humanidad. GRECIA HELENÍSTICA. Rebeca Rubio et alia. Arlanza Ediciones, 2.000.)
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Como un ejemplo de la distinto estatus de las diversas ciudades, parece ser que en tiempos de Antígono II Gónatas, el filósofo fundador de la dinastía, la situación en su reino era la siguiente (ver los dos mapas que siguen, de Macedonia, Tesalia, la península Calcídica y Grecia).
* Sobre Macedonia y Tesalia gobernaba él directamente: Las ciudades tenía un Gobernador, puesto por Antígono II, pero las Asambleas eran libres.
* La penísula Calcídica tenía un Gobernador general, puesto por Antígono II.
* Tesalónica tenía un Gobernador, que controlaba la Asamblea.
* La Asamblea de Casandreia era plenamente autónoma y también tenía su Gobernador.
* En toda Grecia las Asambleas no estaban controladas.
* Corinto, Calcis y el Pireo tenía guarnición y en ellas mandaba un general, o estratego, macedonio.
* Megara y Eubea estaban bajo un general.
* Atenas estaba gobernada por una oligarquía favorable a Macedonia. Durante 6 años tuvo guarnición y el rey nombraba a los magistrado; luego, no.
* Argos, Megalópolis y otras ciudades del Peloponeso eran gobernadas por tiranos afines a Macedonia.
* El resto de Grecia era autónoma, sin relación con Macedonia.
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Mapa (a tamaño del escaneo) de Macedonia, Tesalia y el Épiro
(Fuente: Geographia Antiqua. Cellarius. London, 1.819.)
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Este tipo de situación, compleja, variable, era la habitual con un rey macedónico. Macedonia no precisaba el dominio de todas las ciudades de Grecia, lo que le interesaba era poder acudir a cualquier lugar de Grecia y disponer de corredores para trasladar sus tropas sin peligro.
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Mapa (a tamaño del escaneo) de la Hélade (Grecia propria, según ellos)
(Fuente: Geographia Antiqua. Cellarius. London, 1.819.)
Queda por decir que los griegos aprovecharon bastante mal su libertad, cuando la tuvieron. El deporte nacional era arremeter una ciudad contra otra, decisión que se adoptaba en las Asambleas. Como ejemplo, sacado de este período, cuando el año 217 Roma amenazaba la independencia de Grecia, Agelao, líder de la Liga Etolia, propuso a todas las ciudades griegas que se unieran; ahora bien, aunque se unieran en la Liga, cada ciudad era libre de pelearse con la que ella decidiera, la Liga reservaba ese derecho a sus miembros. Con ello pretendía lograr más asociados en la Liga.
La falta de solidaridad entre las distintas ciudades-estado griegas fue un mal endémico en la Hélade. Las Ligas que se formaron, y que analizaremos en breve, lo hicieron demasiado tarde, cuando ya las polis se habían desangrado luchando unas contra otras en peleas locales, favoreciendo así su conquista por Macedonia.
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Enlace con el próximo día: Autonomía y magistrados.
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………. Fernando Conde Torrens es autor de «Simón, opera magna», «El Grupo de Jerusalén», «La Salud» y una serie de artículos sobre el mundo de las ideas. En https://www.sofiaoriginals.com/ expone los resultados de sus investigaciones sobre la eterna búsqueda del ser humano..
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