Tertulia con Eduardo Serrano sobre referencias reales
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Eduardo Serrano Hace 2 meses Tertulia con Eduardo Serrano sobre referencias reales
Felicitaciones por tan extraordinario invitado.
He leído Año 303, también he leído todo tipo de criticas hacia el trabajo de Torrens. Las de ignorantes no sorprenden, pero si las de personas que se supone son profesionales en el área. Entre ellas está la de Antonio Piñero, que dice no hablar de lo que no sabe. Y a la vez dice que «la investigación de Torréns es absolutamente imposible; vulgar contradicción (no recomiendo que tiren su tiempo y dinero en sus libros)»
Y otra: http://veritasfidei.org/el-cristianismo-se-invento-en-el-ano-303/.
Finalmente, ninguno de estos «eruditos» ha dado un solo argumento que demuestre que Torréns esta equivocado. Repito, ni un solo argumento. Y es que cualquiera que haya estudiado la historia del siglo IV, de inmediato podrá notar que hay cortinas de humo, es decir, fuentes cristianas que hacen referencia al Cristianismo- Y andanzas de personajes cristianos, de los que no hay un gramo de historia externo. Pero se autorreferencian extendidamente entre ellos mismos.
Otro dato, en los papiros canónicos griegos, se pueden encontrar algunas grafías que corresponden al siglo IV. Parecen insignificantes, pero esto solo se explica de dos maneras: O bien, viajaron al futuro los «evangelistas» o fueron escritos en el siglo IV y durante el proceso de las copias se les fue alguno que otro error de ese tipo.
El asunto de las «pruebas» arqueológicas como la tumba, es tan risible y tan ridículo que son del siglo IV. Y con la pertinente aclaración por parte de los arqueólogos «honestos» de que es imposible saber si encuentran allí los restos de «Jesús». Para reír. Dice esto textualmente: «La investigación no ofrece ninguna evidencia de si Jesús está o no enterrado en ese sitio de Jerusalén. Pero sí ratifica la histórica creencia de que los romanos construyeron el monumento 300 años después de su muerte».
Luego se retractan, pero al final todo queda igual: https://es.gizmodo.com/estabamos-equivocados-sobre-la-supuesta-tumba-de-jesucr-1820829255?fbclid=IwAR1lfPxzQgN-tKAmTJ6dSFJn7Nn_cFUJ2FPcyciE-Vlwa6s0Zsw0Yvx6TzI
Dennis R. MacDonald publicó «The Homeric Epics and the Gospel of Mark» («La épica homérica y el evangelio de Marcos», 2000). En está investigación expone que el Evangelio de Marcos griego, usa exactamente las mismas palabras clave que hay en La Iliada y la Odisea. Esto no es una coincidencia. Lo que sucede es que Eusebio, al dominar el griego, necesariamente leyó esta obra, que de hecho era obligada a todo intelectual que aprendiera esa lengua. No hizo un calca, sino una «transvaluación», como se conoce técnicamente.
Y ni duda cabe en que también tomaron la cultura egipcia, que tanto ha documentado Llogari Pujol. El Talmud no hace ninguna referencia a «Jesús», tema descartado desde hace mucho: https://israelnoticias.com/judaismo/jesus-yeshu-ben-pandera-talmud/
Y este: https://israelnoticias.com/judaismo/talmud-no-habla-de-jesus/
El Antiguo Testamento es ficción pura. No tiene un gramo de Historia (bueno, quizá un gramo si, o dos tal vez, no más) documentado por el Departamento de Arqueología de la Universidad de Tel Aviv en Israel. La investigación se llama «The Bible Unearthed: Archaeology’s New Vision of Ancient Israel and the Origin of Its Sacred Texts», by Israel Finkelstein, Professor of Archaeology at Tel Aviv University, and Neil Asher Silberman, an archaeologist, historian and contributing editor to Archaeology Magazine.
Sería bueno que alguien le regalara esa investigación a Antonio Piñero para que deje de creer que Moisés, el Éxodo y los Patriarcas fueron eventos y personas reales. Todo son cuentos chinos, como bien dice Fernando, y decimos aquí también en México. Es lo de siempre, cuando alguien quiere cuestionar la «oficialidad» de la Historia, el sistema, que es un pulpo enorme de corrupción, se encarga de atacar a través de sus títeres como Piñero, Chris Du Pond y otros tantos. Con la única finalidad de opacar la luz de la Verdad que nos comparten. Son a ellos a quienes les apuntan con los reflectores para que el público inocente se trague lo que dicen.
Gracias, Fernando, por exponer está verdad. Un abrazo.
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Fernando Conde Torrens Hace 1 mes Tertulia con Eduardo Serrano sobre referencias reales
Caramba, Eduardo Serrano, me has dejado de una pieza.
Te felicito por lo mucho que has escarbado para tener todos esos enlaces, varios de los cuales no conocía y leeré con interés.
Al final, la Verdad se acabará por imponer. Pero sería bueno que no se demorara mucho, no demasiado. Hay demasiados titulados, demasiados profesionales que guardan silencio, para no comprometerse, por precaución. Y es a ellos a los que toca mover. Todo no se lo pueden dar los demás hecho. No corrijo ni una coma a lo que has expuesto. Mis más efusivas felicitaciones.
Un fuerte abrazo.
Absolutamente de acuerdo con Eduardo Serrano. Bien articulo. Leí la tertulia con Antonio Piñero del que he visto varios vídeos y me dio vergüenza y rabia ver cómo se atreve a tirar por tierra las teorías de Fernando sin si quiera leer su libro. De las fuentes historicas que hacen irrefutable la existencia del Jesús histórico no hay nada como dice . Recomiendo el libro de Ricardo Alonso Zabala «lo siento pero Jesús no existió,» en el que analiza esas fuentes. Y la conferencia de Iván Antezana sobre la historicidad de Jesús.
Gracias, Ángel Tomás, por tu comentario. Efectivamente, una persona con sentido crítico se sorprende de que un Catedrático adopte semejante postura de no querer enterarse y criticar acervamente el resultado de una investigación. Con ello sólo demuestra que lo suyo no es la investigación, ni lo ha sido nunca. Un predicador encubierto bajo el manto de un título sí puede ser anticientífico. Porque da prioridad a la predicación de lo que sabe.
Uu titulado debiera ser otra cosa. Más ecuánime y juicioso que el hombre de la calle. Pero para ello debe cumplir dos condiciones: No tener conflictos de intereses. Y no haber defendido públicamente una solución a determinado enigma histórico o filologico. Y es que si ha defendido en alguna obra la solución a un enigma, eso ya lo convierte en acérrimo defendor de su propuesta. Y le crea conflicto de intereses.
He observado que algunas personas que en su día fueron investigadores independientes, cuando encuentran una respuesta al enigma analizado y lo publican, se convierten en lo mismo que los predicadores en un púlpito: Que sólo aceptan sus coordenadas mentales, rechazando y sin querer debatir, o usar su cabeza con nadie más. Y es una pena. El lector tiene que hacer la luz en su propio cerebro, a base de emplear su sentido crítico.