Tesis 70 Textos difíciles 4 y El altar de Vestinus. Siglo II EC., época de Adriano.
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© Copyright Fernando Conde Torrens
Estamos llegando al final de la exposición de escritos griegos en prosa, escritos antiguos, que por su especial forma no es posible que hayan sido deformados con posterioridad a ser creados por su autor.
No voy a defender que lo hicieran a propósito. Pero lo cierto es que la forma concreta que dieron a sus composiciones constituye una inatacable defensa para que tales escritos conservaran la forma que les dio su creador. Nadie podía alterar lo más mínimo, interpolar una frase, introducir una palabra. Es difícil imaginar que alguien iba a estar preocupándose de qué signos de puntuación tendrían tan raras construcciones. De modo que es de lo más congruente pensar que la forma en que nos son reproducidas hoy sea la forma que su autor le dio.
Y con ello se llega a la conclusión de que sabemos cómo se escribía en prosa en fechas tan lejanas como el siglo IV AEC. hasta el escrito que hoy vamos a ver, de tiempos de Adriano, Emperador del año 117 al 138, siglo II de nuestra era. Lo que estamos viendo hasta ahora es que el arte de la escritura estaba muy desarrollado, que los autores dominaban los temas y los exponían con una perfecto dominio tanto del lenguaje como de la ordenación, esto es, de la puntuación.
Hoy traigo a colación un texto de Julius Vestinus, también en forma de altar, o pedestal. Si se compara con el pedestal de Dosiadas, anterior a él en casi 500 años, el de Vestinus da la impresión de estar mejor ajustado. Las frases se acomodan mejor al perfil derecho del altar. Los puntos así lo indican.
El caligrama de Dosiadas lo componían 18 líneas de texto. Seis de ellas terminaban con signos de puntuación. El de hoy lo componen 26 líneas . Es mayor. Y terminan en signo de puntuación 10 líneas . La relación de hoy es el 38%, frente al 33% anterior. Además, el texto es más largo. Es lo esperable en alguien que acomete una labor que ya se hizo 500 años antes, que lo haga algo mayor y ligeramente mejor. A nosotros lo que nos interesa es que había signos de puntuación en torno al cambio de era, y aún antes.
El lector podrá comprobar cuanto se lleva dicho en el altar original en texto griego que sigue.
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Altar de Julius Vestinus
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No me atrevo ya a traducirlo. Cuando tenga una traducción fiable, la añadiré a este texto. Una cosa es entender un pasaje de un Evangelio ya traducido palabra a palabra en un libro, y otra atacar la traducción de un texto difícil.
Uno mira el texto que preparó Julius Vestinus y puede pensar que era un manera como otra cualquiera de perder el tiempo. Pero tal vez bastantes lectores reflexionen por el gusto de una sociedad que aprecia la belleza y el dominio que implica escribir esas pequeñas obras de ingenio. Y cuando lo haga el lector se acercará a ese mundo. Y tal vez, sin duda, lo comprenderá un poquito mejor que lo hacía antes: Las personas cultas se regalaban, disfrutaban, valoraban los escritos ingeniosos. Eso es cultura, y civilización. De eso se trataba. ¿Y nosotros, hoy?
Lo que estas informaciones intentan es que nos asomemos a la historia. Que echemos un vistazo sobre una faceta de ella. Y que esa parte sea genuina. No buscamos sólo satisfacer una curiosidad, no sólo pasar un rato agradable. Sino asomarnos por un instante y ver qué se hacia en los tiempos a los que queremos acercarnos. Y hacerlo lo suficiente como para saber qué sucedió realmente con cierto asunto. Cierto difícil, polémico y problemático asunto. Tendremos que hacerlo por etapas. Y eso es lo que hacemos conociendo la historia de los caligramas, de los textos difíciles. Porque también es difícil nuestro empeño. Por eso, porque lo son, las cosas así se logran poco a poco.
Por cierto, está pendiente de comprobación que hay dentro del Nuevo Testamento escritos isométricos. Está por comprobar que exista un Juan original, compuesto de 10 capítulos de 10 versículos cada uno. ¿Se da cuenta el lector de que tal tipo de escrito sería un caligrama a lo bruto? No se me había ocurrido hasta ahora …
………. Fernando Conde Torrens es autor de «Simón, opera magna», «El Grupo de Jerusalén», «La Salud» y una serie de artículos sobre el mundo de las ideas. En www.sofiaoriginals.com expone los resultados de sus investigaciones sobre la eterna búsqueda del ser humano.
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