Egipto Antiguo 79 El complot, o el cambio de bando.
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© Copyright Fernando Conde Torrens, el miércoles 15-5-2.013
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En el artículo anterior hemos visto cómo falló el plan B de Cleopatra VII . Pero ocurre a veces que cuando se cierra una puerta, se abre una ventana. Y a Cleopatra la ventana que se le abrió fue grandiosa.
Llegados los mensajeros a presencia de Potino, Aquilas y Teodoto, informaron de la importante novedad. El trío se reunió para deliberar. Era una ocasión de oro para cambiar la balanza en su favor. Si Egipto había apoyado a Pompeyo y después de todo César se había alzado con la victoria final, ahora tenían la ocasión de congraciarse con el vencedor, con Julio César. Sin duda César no tardaría en aparecer por Alejandría, en persecución de su enemigo. Egipto podría ofrecerle la cabeza de Pompeyo como regalo de bienvenida. Bastaba con dejar desembarcar al antiguo aliado y, por sorpresa, asesinarle. Para tal trabajo el Faraón no era necesario. Pero detrás de Pompeyo vendría César. Así que se decidió que el Faraón regresara a Alejandría. Allí se iba a jugar la partida final, no ante las murallas de Pelusio.
Roma era el albacea testamentario del finado Ptolomeo XII, el padre de los hermanos en litigio. Y no sería extraño que César quisiera adjudicarse el papel de mediador en la disputa fraterna. Era importante tener a César del lado del Faraón legítimo, Ptolomeo XIII. La moneda de cambio bien pudiera ser la cabeza de Pompeyo.
No obstante, y para evitar sorpresas, Aquilas, con las tropas, permanecería en Pelusio. Los emisarios partieron de vuelta. Se debía esperar la llegada del Faráon. Él decidiría qué debía hacerse. Ese fue el motivo de que Pompeyo tuviera que sufrir la humillación de permanecer una semana anclado en la parte exterior del Puerto de Alejandría, no lejos del muelle Loquias, en la capital de su antiguo aliado.
Parece ser que las ruinas de Pelusio no levantan medio palmo del suelo, pues no se encuentra la ciudad en el lugar que debió estar. Diría que esos salientes en las murallas que dan al interior son del tipo de las que se ven, reconstruidas, en la segunda imagen del artículo del 1 de Mayo pasado.
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Posiblemente, las ruinas de la antigua Pelusio
(Fuente: Google Maps y ArchSoft PhotoStudio)
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La caravana real partió a la mañana siguiente de Pelusio con destino a la capital, Alejandría. En el viaje, Potino y Teodoto organizaron el escenario en que la captura de Pompeyo debía realizarse. Para dar confianza al viajero, el propio Faraón esperaría al ilustre viajero en las gradas del muelle real. De ese modo, Pompeyo no desconfiaría.
A la primera ocasión que se tuviera, era preciso asestarle una puñalada mortal. De inmediato, soldados escondidos en el muelle rodearían a sus acompañantes, haciendo imposible cualquier reacción de éstos. Potino se encargaría de explicarle al Faraón la conveniencia de pasar su favor al vencedor, César, que no tardaría en aparecer. Pompeyo era ya cosa del pasado. Nada se le diría del plan de asesinarlo, no fuera a poner obstáculos. El plan era perfecto y un niño malcriado e ignorante no lo debía estropear.
En la foto que sigue de Alejandría se aprecia el Heptaestadium, el muelle artificial que unía tierra firme con la isla del Faro, donde se aprecia éste. El puerto del Kiboto, cuadrado, en primer término a la derecha, el puerto militar egipcio. La isla de AntiRodos, donde estaba el Palacio de Cleopatra, hoy sumergido en el mar a causa de un maremoto. El Puerto Real, en el gran muelle situado al fondo. Y el Lago Mareotis al fondo, en la parte superior derecha.
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Vista aérea de la Alejandría ptolemaica desde el Noroeste
(Fuente: http://www.youtube.com/watch?feature=player_detailpage&v=lHaEW-Gl2Eo )
NOTA: Enlace no disponible hoy.
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Y porque me ha salido al buscar otras cosas, ofrezco al lector una imagen de la ciudad que mantuvo la esencia y la civilización del Imperio Romano hasta fecha tan tardía como 1.453, Constantinopla. Más abajo se ofrece la misma imagen ampliada al máximo.
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Constantinopla en 1.420, unos 30 años antes de ser tomada
(Fuente: Antiguo Egipto. Atlas Ilustrado. María Cristina Guidotti, Valeria Cortese. Ediciones Susaeta, 2.002)
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Las ciudades antiguas son muy inferiores en tamaño a las modernas. Había menos habitantes en Europa. Constantinopla era la capital de medio Imperio Romano, pero aún así. Es forzoso pensar que están señalados los edificios principales y los huecos restantes, rellenados con casas cuyo dibujo no dé muchos problemas y permita ver los edificios emblemáticos. Pero la distribución en planta de la ciudad sería diferente ínsula por ínsula, que es como entonces se llamaban a las manzanas de casas, o cuadras, en Sudamérica.
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La misma imagen, ampliada
(Fuente: Antiguo Egipto. Atlas Ilustrado. María Cristina Guidotti, Valeria Cortese. Ediciones Susaeta, 2.002)
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Enlace con el próximo día: Egipto antiguo 80 Traición en el muelle.
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………. Fernando Conde Torrens es autor de «Simón, opera magna», «El Grupo de Jerusalén», «La Salud» y una serie de artículos sobre el mundo de las ideas. En https://sofiaoriginals.com/ expone los resultados de sus investigaciones sobre la eterna búsqueda del ser humano.
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