La lucha por el abastecimiento de grano, en «El pan nuestro de cada día en el mundo helenístico 91»
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© Copyrigth Fernando Conde Torrens el viernes 23-3-2.012
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Pero si la esclavitud, es decir, el servicio doméstico y laboral, era un tema importante, tener comida lo era más aún. El mayor problema al que los magistrados de cada ciudad en el mundo helenístico debía resolver era el suministro de grano. En tiempos de Demóstenes (384–322 AEC.), es decir, en tiempos de Filipo II, padre de Alejandro Magno, una fanega (1 medimnos = 52´53 litros) de trigo costaba 5 dracmas. Con la puesta en circulación por Alejandro del tesoro de los monarcas persas, el valor del dracma bajó a la mitad, el precio del trigo subió y hacia el año 300 la fanega de trigo pasó a costar 10 dracmas, o denarios.
El precio del trigo bajó conforme el valor del dinero subió y hacia el año 200 AEC. se había colocado en 5´5 denarios o dracmas por fanega. Los principales productores de trigo era Egipto, la Cirenaica y Crimea. Grecia importaba trigo de Egipto y Crimea. Cuando después del 200 AEC. Crimea bajó su producción, la Numidia africana ocupó su lugar como suministrador. También Babilonia suministraba trigo a las colonias jonias de la costa Este de Asia Menor. También Sicilia era productor de trigo y llegó a suministrar a Grecia. Pero el mayor suministrador fue siempre Egipto. Por su posición estratégica y central, las islas de Rodas y Delos fueron los graneros intermediarios en estos canjes.
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Esclavos domésticos en la cocina de la casa
(Fuente: Roma antigua. Anna Maria Liberati – Fabio Bourbon. Folio, 2.005.)
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Había suficiente trigo para las necesidades de la época, sobre todo porque los Ptolomeos, que regían Egipto, se encargaron de organizar esa fuente de riqueza para su país, conocedores de las necesidades continentales del cereal. Aunque cada ciudad debía contar con sus propia cosecha de cereal para cubrir sus necesidades, numerosas ciudades dependían de la importación, tales como Atenas, Corinto, Delos, muchas islas del Egeo, la Jonia y otras muchas ciudades. Un fallo en la cosecha de la ciudad significaría escasez, con la necesidad de racionar el suministro, o incluso el hambre. Como las comunicaciones por tierra en la época eran pésimas, se dieron hambrunas locales con cierta frecuencia.
Generalmente un magistrado, el agoranomos, se relacionaba con los suministradores de trigo y lograba que la ciudad estuviera abastecida a un precio razonable. Pero cuando los precios subían en algún período de escasez, el sistema de regulación se hundía, a menos que el propio agoranomos comprar trigo a su costa o convenciera a algún comerciante rico de comprar trigo y venderlo por debajo del precio de coste.
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Horneado del pan. Saint Germain en Laye (Francia)
(Fuente: Enciclopedia Universal Larousse. Tomo 4. Spes Editorial, 2.005.)
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Esto, que pudiera parecernos suicida para el comerciante, era, sin embargo, un recurso de uso frecuente, ya que un elevado número de ciudadanos ricos se prestaban a recibir el agradecimiento de sus conciudadanos poniendo de su bolsillo la diferencia de precio entre el de compra y el de venta al pueblo. Esto da una idea de que la idea de servicio público estaba ya muy extendida en el mundo helenístico.
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Enlace con el próximo día: Economatos en el mundo helenístico 92.
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………. Fernando Conde Torrens es autor de «Simón, opera magna», «El Grupo de Jerusalén», «La Salud» y una serie de artículos sobre el mundo de las ideas. En https://www.sofiaoriginals.com/ expone los resultados de sus investigaciones sobre la eterna búsqueda del ser humano.
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