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La tesorería de las ciudades en el mundo helenístico 106

La tesorería de las ciudades en el mundo helenístico 106 era escasa. Pero se podía pedir préstamos. Unas ciudades eran más fiables que otras …

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© Copyrigth Fernando Conde Torrens el viernes 27-4-2.012

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..……..  Para la mayoría de las ciudades, pedir prestado era algo habitual. La cantidad de dinero que la ciudad manejaba no tenía nada que ver con la pobreza mayor o menor que en ella se diera. Una ciudad en la época helenística no tenía presupuesto. Los cálculos que se hacían eran muy rudimentarios: «Tanto solemos ingresar y tanto podemos gastar. Y a esperar que se den unos y otros movimientos.» Sólo se sabe de Delos, que mantenía un fondo, al que llamaban adiatakta, o imprevistos, para gastos de este tipo. Para las demás ciudades, un gasto extraordinario, por pequeño que fuera, implicaba un nuevo impuesto o una suscripción popular. Ambas cosas requerían tiempo, por eso la ciudad, hasta ingresar los fondos que esperaba, pedía prestado para poder hacer frente al gasto. También se podía retrasar el pago.

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Tetradracma ateniense, con Atenea y la lechuza

La tesorería de las ciudades en el mundo helenístico 106

(Fuente: Historia Antigua. J. M. Roberts. Ediciones BLUME, 2.002.)

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……….  Otra cosa era la facilidad con la que se recuperaran las deudas. A veces las informaciones que se tienen de tiempos antiguos sobre estos matices son contradictorias o dependen de la propia experiencia del historiador. Así, mientras Polibio (200118 AEC.) dejó escrito que en el período 220-200 había mucho dinero circulando por la Beocia, Herecleides afirma que en tal época las deudas eran casi irrecuperables, lo que indica todo lo contrario. Puede obtenerse una confirmación con otros autores. Así, Orcomeno en tal época prestó por dos veces dinero a terceros. Nicetas prestó a su ciudad, a pesar de que ésta había retrasado el pago hasta el máximo, mientras que Eubulo recibió su pago incluso antes del día acordado. Está claro que, como siempre ha sido, se mezclaban consideraciones políticas o personales y no a todos los prestamistas se les trataba del mismo modo.

……….  La ciudad de Delos ya hemos visto que hizo suya una política de conceder préstamos continuamente, por estar financiada de manera regular por los fondos del Templo de Delos, uno de los de mayor fama en la Antigüedad. Se verificaba así una circulación del dinero, que los peregrinos dejaban en el Templo en forma de donativos, y que revertía en favor de los agricultores y comerciantes de cercanías. El Templo era un continuo flujo de dinero, que salía en forma de préstamos a la ciudad, y volvía a entrar, en forma de nuevos donativos y devolución de los préstamos, con intereses.

……….  Pero salvo esta excepción, las ciudades eran pobres, pues el Tesoro de la ciudad en raras ocasiones disponía de reservas. Pero esta escasez de fondos de la ciudad no significaba que sus ciudadanos fueran pobres. Del mismo modo que los fondos de que dispone una Universidad local no tiene demasiado que ver con la situación económica de los ciudades de la ciudad. Pero eso significaba que raramente se daba el caso de que una ciudad prestara a otra. Pero sus ciudadanos podían hacerlo, y lo hacían con frecuencia. Ya se ha indicado las diferencias abismales de capacidad económica entre unas personas y otras en la Antigüedad. Eran la ciudad la que vivía, como solía decirse antes, «con una mano delante y otra atrás» o también, «más pobre que las ratas«.

……….  Por esa razón, en una ocasión Éfeso quiso armar una partida de mercenarios y necesitaba dinero para ello, puso en venta la concesión de la ciudadanía a 12 extranjeros y con tal dinero pagó a los mercenarios. Otra ciudad, Tasos, hizo lo mismo y consiguió 10.000 dracmas, vendiendo la ciudadanía a cinco extranjeros, que pagaron 2.000 dracmas per cápita por ser ciudadanos de Tasos. En tiempos de la Guerra Social o civil entre Ligas helenas, de la que hablaremos más adelante, Tritea hizo lo propio para reclutar mercenarios. Ya se ven las prioridades y los problemas que tenían las ciudades antaño: Defenderse, reclutar tropas, y hacerlo sin poner en peligro las vidas de sus ciudadanos.

……….  Con todo este tráfago de préstamos y de retrasos en los pagos, podía suceder que una ciudad cogiera fama de morosa y perdiera la confianza de los prestamistas. Fue el caso de Oropus, que tuvo que convencer a sus prestatarios para que le dejaran dinero a cambio del principal, los intereses y la promesa de honores cívicos en favor de los mismos. Otro riesgo que tenían los prestamistas era que la ciudad sufriera las consecuencias de una guerra. Como le sucedió a Mileto en el año 201 AEC., que había dejado dinero a ciudades de la Caria y ésta fue atacada por Filipo V. Mileto no pudo obtener la devolución del dinero y tuvo que pedir prestado a sus ciudadanos ricos para poder subsistir, pagando tal deuda por medio de anualidades. Pero las ciudades así perjudicadas se recobraban pronto, como sucede en una economía simple.

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Posición de Mileto y la Caria, en Asia Menor, la actual Turquía

La tesorería de las ciudades en el mundo helenístico 106

(Fuente: Longman´s Atlas of Ancient Geography. London and Bombay. 1.902. )

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Enlace con el próximo día:  Las infraestructuras en el mundo helenístico 107.

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……….  Fernando Conde Torrens es autor de «Simón, opera magna», «El Grupo de Jerusalén», «La Salud» y una serie de artículos sobre el mundo de las ideas. En https://www.sofiaoriginals.com/ expone los resultados de sus investigaciones sobre la eterna búsqueda del ser humano.

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