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Los problemas de la época Mundo helenístico 77

Había en el mundo helenístico luces y sombras. Hemos visto las luces. Veamos ahora las sombras en «Los problemas de la época Mundo helenístico 77».

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© Copyrigth Fernando Conde Torrens, el lunes 20-2-2.012

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        Las costumbres que hemos visto hasta ahora lograron una cooperación entre ciudades superior a todo lo que se había dado hasta entonces. No obstante, y además de la ambición de no pocos, de su afán de poseer, quitando a los demás, si hacía falta, se daban ciertas carencias estructurales que dificultaban la unión. Eso se debió a que ciertas obras, que necesitaban una acción común, fallaron completamente. Un aspecto era un calendario común.

        El historiador Timeo de Tauromenio (355260) , introdujo el elemental cómputo de las Olimpíadas como manera de tener una cronología común e independiente. Fue muy seguida, pero no se impuso. Cada ciudad siguió datando los años por sus magistrados, e incluso no todas los comenzaban en el mismo día o mes. Atenas comenzaba su año en Julio. Esparta, en Octubre. Delos, en Enero. Mileto acabó por empezar su año en Abril. y la confusión que se creaba con esto era descomunal.

            Peor aún fue el fracaso en lograr caminos mínimamente seguros y aceptablemente pavimentados. El bandidaje era común, a veces organizado bajo un puente. Cuando Heráclides recorrió Grecia, hacia el año 205 AEC., dejó escrito que sólo una carretera, la que unía Oropos y Tanagra, dos ciudades perdidas en la Hélade, distantes entre sí 18 km., era una carretera segura.

 

La Beocia (con Tanagra) y el Ática (con Oropus)

Los problemas de la época Mundo helenístico 77

(Fuente: Geographia Antiqua. Cellarius. Rivington, Longman&Cia, y Whittaker. London, 1.819.)

 

        La piratería era peor que el bandidaje y estaba mejor organizada. El fallo en esto fue de los monarcas, que no contribuyeron en nada. Demetrio y Antíogono Gonatas, Ptolomeo II y Antíoco III estaban, todos ellos, en excelentes relaciones con los capitanes piratas, de los que eran útiles aliados. A fin de cuentas, los piratas eran una fuerza marina y esos monarcas los usaron como si fueran una parte de su flota. Muchos de los llamados «piratas» eran realmente «corsarios» y obedecían al monarca que mejor les pagaba.

        Los auténticos piratas – exilados, inadaptados, mercenarios sin empleo, esclavos huidos … – vivían en pequeñas plazas fuertes en algún lugar del Egeo. Un grupo de piratas ocupó y mantuvo en su poder durante cierto tiempo la ciudad costera de Pygela, no lejos de Pérgamo, en la Caria. En el mapa que sigue y en la «S» de «Jonians» se encuentra Éfeso, de la que Pygela es casi un barrio. De paso, el lector podrá ver lo fácil que lo tenían los piratas y los corsarios para atacar donde quisieran y cuando quisieran, máxime teniendo en cuenta que el mapa no cubre todo el Egeo.

 

La Caria, con Éfeso, Mileto, Magnesia del Meandro, Priene, Pigela y Alabanda

Los problemas de la época Mundo helenístico 77

(Fuente: Longman´s Atlas of Ancient Geography. Rev. George Butler. Longman, Green and Co. New York, London and Bombay. 1.902.)

 

        Se sabe de muchos ataques contra las islas del Egeo; pero éstos eran, en el siglo III AEC., razias de un solo barco para capturar unos pocos esclavos. Los piratas tenían un enemigo encarnizado, Rodas, que ya hemos visto que era una potencia marítima equiparable a Pérgamo. Mientras Rodas mantuvo su predominio por el Egeo, los piratas estuvieron contenidos. La mayor dificultad para Rodas provenía de Creta. En cada ciudad cretense los viejos del lugar, vueltos respetables con los años, gobernaban de forma debida, mientras que los jóvenes se hacían a la mar cada vez que surgía un líder aventurero. Los esfuerzos de Rodas estaban dirigidos a que las autoridades cretenses impidieran esas correrías. Por eso, a diferencia de los reyes, aliados de los piratas, sólo Rodas interfería la actividad de los piratas merodeando por las islas del Egeo. Eso hacía que hubiera más paz con Rodas y su políticas anti-piratas que de no existir ella. Y eso agradaba a los reyes, que, de cara al exterior, ensalzaban la Omonoia.

        Ésta era la situación antes de fijar Roma su mirada en el Este. El día próximo veremos qué pasó con la llegada de Roma, que todo lo cambiaba.

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Enlace con el próximo día:  Los piratas en el mundo helenístico 78.

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………. Fernando Conde Torrens es autor de «Simón, opera magna», «El Grupo de Jerusalén», «La Salud» y una serie de artículos sobre el mundo de las ideas. En https://www.sofiaoriginals.com/ expone los resultados de sus investigaciones sobre la eterna búsqueda del ser humano.

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